Por Mariano Santos N.
Es lo que están haciendo CENTENARES de compañías petroleras, principalmente medianas y pequeñas y, sobre todo, aquellas que utilizan la «tecnología del siglo XXI»: el fracking (fracturamiento hidráulico, en castellano), que extrae gas petróleo desde unas rocas llamadas esquistos o lutitas, que en condiciones normales o con la tecnología convencional no sería posible. Esta tecnología es altamente cuestionada hoy en día principalmente por las consecuencias ambientales que genera y, su eficiencia tecnológica.
¿Por qué cierran los pozos?, Pues simplemente porque no es rentable. Normalmente esta tecnología tiene costos de producción que bordean los $50 el barril, si el precio del crudo está por encima de este valor, tiene rentabilidad, pero si está por debajo ya no es rentable.
¿Qué pasa en el Ecuador?
En nuestro país, Rafael Correa tuvo la «brillante» idea, junto a Wilson Pastor (hoy en la picota, por el caso del campo petrolero Singue), de instrumentar estos contratos, que no la tuvieron otros neoliberales clásicos como Febres Cordero, Sixto Durán, etc. de privatizar la casi totalidad de la extracción petrolera. En base a esta «genialidad», el Estado paga una tarifa a las compañías petroleras para que estas extraigan el crudo del subsuelo, con lo cual más de 7.000 trabajadores de la empresa que teóricamente se iba a dedicar a realizar esta actividad (Petroamazonas)se han quedado como meros observadores en la mayoría de casos o, se dedican a trabajar para una trasnacional, (como es el caso de la petrolera Schlumberger en el bloque 61) que realizan la extracción, pero a cuenta del Estado.
En nuestro país se da en estos últimos tiempos una gran paradoja en torno a los subsidios: por un lado; el régimen de Lenin Moreno, apoyado por la gran burguesía del Ecuador, al igual que un grupo de economistas ANTIPATRIA (ex ministros de Estado y un ex vicepresidente corrupto, amnistiado por Rafael Correa) insisten en eliminar el subsidio a los combustibles; mientras , que por otro lado, no se dan cuenta o, quieren no darse cuenta (se hacen los desentendidos) que desde hace ya varias semanas , todos los ecuatorianos, si, absolutamente todos los ecuatorianos estamos subsidiando a las compañías petroleras que extraen el petróleo del subsuelo ecuatoriano, para lo cual no han dicho una sola palabra.
Evidentemente y, de acuerdo a los contratos, si el precio en que estamos vendiendo nuestro crudo es inferior al de las tarifas, estamos subsidiando a las compañías.
Sin embargo, para una mejor comprensión de las cosas vamos a algunos detalles.
El pasado 30 de marzo, diario el Universo de Guayaquil [1] decía en un titular «Ecuador recibe $7,65 por barril de las petroleras privadas, pese a bajo precio internacional», para luego hacer un desglose de esa cifra señalando «$4 por margen de soberanía, $1,05 por leyes amazónicas, $2,60 por transporte y comercialización.»
Según El Universo, el 26 de marzo del 2020, el precio teórico del crudo ecuatoriano se ubicó en $15,89; pero, para redondear el cálculo asume que estaba en $16, con lo cual el 25% del margen de soberanía son los cuatro dólares a los que hace mención.
Pero, esa miseria que estaría recibiendo el Ecuador es ¡verdad a medias!
Pues, resulta que nuestro País tendrá luego que DEVOLVER esos valores, cuando el precio del hidrocarburo se recupere y se encuentre por encima de la tarifa contratada. En la misma nota del mismo diario se señala…»Al ser insuficiente el ingreso para cumplir con la tarifa, el saldo pasa a una cuenta pendiente que el Gobierno no pagará, sino cuando el precio del crudo suba: es la figura del carry forward».
Todas las compañías con prestación de servicios tienen esa cláusula de SALVATAJE; veamos por ejemplo en el contrato de la petrolera China andes Petroleum: Cláusula 14.5 acumulación.
«En caso de que el ingreso disponible no sea suficiente para cubrir el pago de la contratista, el saldo faltante mensual se acumulará durante el mismo año fiscal pertinente. La diferencia entre los montos pagados por concepto de la tarifa por barril y el ingreso disponible del mismo mes del año fiscal se trasladarán al siguiente mes o año fiscal, sin intereses en caso de que no hubiese podido ser cubiertos del respectivo subsiguiente año fiscal se acumulará sucesivamente durante la vigencia de este contrato».
¿Serán ecuatorianos los que introdujeron estas lesivas cláusulas en esos contratos?, Correa, Pastor, Moreno ¿son ecuatorianos?
Hasta antes del CORONA virus, el Ecuador tenía una deuda pendiente con las petroleras por este concepto, que estaría bordeando los $2.000 millones, cifra que es mantenida en secreto bajo siete llaves. Actualmente se está forjando una nueva deuda… Para el salvataje a las petroleras.
Entonces, no sólo que las petroleras son subsidiadas por los ecuatorianos, sino que siempre van a tener utilidades, incluso así el precio como actualmente ocurre, estuviera por debajo de la tarifa, pues no hay que olvidar que, en esta, hay dos componentes, el costo de producción y, la utilidad razonable.
Moraleja: ¡siempre ganan!
Durante todo el mes de marzo, el crudo WTI (West Texas Intermediate), que es el crudo de referencia para el Ecuador, se ha estado vendiendo en valores que fluctúan entre menos de $20 y $27 el barril. No hay una voz oficial que diga cuánto es el castigo que tiene nuestro crudo, es decir el valor que toca descontar al del WTI; pero según varios diarios nacionales, esa cifra estaría entre los 4 y8 dólares, con lo cual, nuestro crudo se estaría vendiendo muy por debajo de los $20 el barril, entre $12 y $20.
Pero, este no es el único problema del que adolecen estos contratos pues, vale indicar lo que señala el segundo inciso del art. 408 de nuestra constitución, que textualmente dice:
«El Estado participará en los beneficios del aprovechamiento de estos recursos, en un monto que no será inferior a los de la empresa que los explota».
Entonces, con los actuales precios del crudo, ¡todos los contratos de prestación de servicios son inconstitucionales! Sin embargo, el problema no es de ahora solamente, pues, el año anterior, nuestro crudo se vendió a un promedio de $55.5 el barril y, muchos contratos no cumplieron esta disposición constitucional, pues el Estado debió retenerse por lo menos $27,75 en cada barril; o, dicho de otra manera, las tarifas que paga el Estado no debían exceder ese valor es decir los 27.75.
Pero, como puede apreciarse en el siguiente cuadro la gran mayoría de los contratos de prestación de servicios no cumplieron esa disposición constitucional. ¿Qué dijo el gobierno? Nada; ¿qué dijo la Asamblea Nacional? Igual, nada, la fiscalía, bien gracias.
Cuadro No 1
EMPRESA | CAMPO | TARIFA |
Pacipetrol | Galindo (bloque 2) | 51,39 |
Petrosud | Palanda Yuca Sur campos nuevos (bloque 64) | 42,39 |
Petrosud | Sarni (bloque 64) | 42,93 |
Petroriental | Bloque 14 | 41,00 |
Petroriental | Bloque 17 | 41,00 |
Repsol | Prestación de servicios | 38,11 |
Repsol | Bloque 67 | 35,95 |
Andes Petroleum | Tarapoa | 35,00 |
Agip | Bloque 10 | 35,00 |
Petrosud | Palanda Yuca Sur en producción (bloque 64) | 33,79 |
Gente Oil | Singue (bloque 53) | 33,50 |
Pegaso | Puma (bloque 45) | 21,10 |
Petrobell | Tiguino (bloque 66) | 31,36 |
Petrosud | Pindo | 30,19 |
Orión | Eno Ron (bloque 54) | 35,60 |
Orión | Ocano Pena Blanca (bloque 52) | 32,90 |
Shaya Ecuador S.A. [1] | Bloque 61 | 26,50 |
Consorcio Pardaliservices | Libertador – Atacapi | 25,50 |
Enap | PBHI | 20,77 |
Consorcio Shushufindi [1] | Shushufindi-Aguarico | 19,50 |
Enap | MDC | 16,72 |
*Nota:
[1] Schlumberger
Como se puede apreciar, la mayoría de los contratos tienen una tarifa que rebasan el valor de $27,75, es decir que son inconstitucionales.
Ahora, con los precios del crudo deprimidos, no sólo que son inconstitucionales todos los contratos, sino que además los mismos generan pérdidas, es decir egresos (¡SUBSIDIOS!) al Ecuador entero.
¿Qué hacer?, ¿qué soluciones?
Si tú, estimado lector, tienes un negocio que con el pasar de los días revelan egresos que superan a los ingresos, llegará un momento en que tomarás una decisión drástica y parar el negocio y buscar otra alternativa, es lo lógico y racional; sería una medida audaz.
En estas últimas semanas se ha desatado una guerra por el petróleo, entre Rusia y Arabia Saudita, países que han incrementado notablemente la extracción petrolera, con lo cual hay un excedente de oferta gigante estimado en más de 10 millones de barriles diarios con lo cual se ha inundado de crudo al mercado y esta es una de las razones por las que el precio se ha caído notablemente pero, asumamos que esos dos países se pongan de acuerdo y reduzcan su producción; ¿mejorarán los precios? ¡Difícil!… Pues, el problema real se da por el lado de la demanda: evidentemente nos aprestamos a un año 2020 de la depresión económica; China, apenas está saliendo de la pandemia, pero aún tiene mucho trecho por recorrer se habla de una gran contracción de su economía, Europa que era hasta hace poco el epicentro de la pandemia tiene todavía para largo, todavía no se restablece; y el epicentro está ahora en los propios Estados Unidos. Según su propio presidente, «los muertos estarían entre 100.000 y 240.000…» y el país ya está en recesión; hay más de 10 millones de norteamericanos que piden el subsidio por desempleo.
Existe entonces una crisis generalizada no sólo en China, Europa y Estados Unidos, los principales consumidores de derivados del petróleo en el planeta, sino en todo el mundo y, esto hace que la demanda de crudo, básicamente de combustibles derivados, baje de una forma notable.
¿Cuánto tiempo durará esta pausa, ¿La gran mayoría de expertos hablan que el presente año 2020 ya está perdido y, si es que se piensa de una recuperación hay que pensar optimistamente en el próximo año 2021 y esto con todos los recaudos del caso.
Muchos analistas económicos piensan que la actual pandemia que ha degenerado en una crisis global tiene connotaciones muy parecidas a la gran depresión de los años 30 del siglo pasado; no olvidemos que esa gran depresión tuvo una duración, no de 1 año sino de varios años y fue el preludio de la segunda guerra mundial. La propia OMS advierte que, si se levantan las medidas sanitarias antes de tiempo, se ocasionaría un problema mayor pues la pandemia podría regresar con mucha más fuerza y más generalizada.
Entonces, los precios bajos del crudo, al igual que la recesión, se mantendrán por un período indeterminado, que no sería menor a 1 año. Muchos analistas consideran que la reducción en la demanda estaría bordeando el 30%, que es bastante, pues aproximadamente son 30 millones de barriles diarios, que es casi el total de la producción de todos los países de la OPEP.
Entonces, muy probablemente hay precios bajos para rato, por ende, subsidios a las petroleras afincadas en el Ecuador en centenares de millones de dólares.
Si la recesión se alarga por más de un año y, no hay visos de que se mejore el panorama,
¿Qué hacemos? ¿Vamos a seguir subsidiando a las petroleras durante ese tiempo?
A ¿Cerramos los pozos?
Parecería una solución lógica, lo cierto es que el cierre ocasionaría un problema social de grandes dimensiones pues significa echar a la calle a cerca de 7000 trabajadores, los de Petroamazonas; aunque existe todavía un campo petrolero, SACHA que está en manos de la empresa pública, campo que apenas se enteró el ministro de hidrocarburos recién llegado Ortiz, ya anunció sus intenciones no tan sanas, de entregarlo al capital privado transnacional a cambio de unos dólares ($1.000 1.200 millones- que es la utilidad que genera este campo en 18 meses de operación-), campo que felizmente no ha sido entregado debido al que su crudo está comprometido en eso de las preventas con la China… por lo cual cerrar los pozos sobre todo en aquellos contratos que son altamente onerosos para el País podría ser una alternativa.
Evidentemente el cierre de pozos trae consigo una serie de perjuicios colaterales que no son fáciles de sobrellevar y, al momento que se decida reabrirlos, nos encontraremos con problemas bastante serios, como por ej. la baja o falta de presión en los yacimientos, a más de problemas mecánicos, eléctricos etc., etc.
Existirían otros problemas, como por ejemplo el abastecimiento de crudo para las refinerías, aunque en estas últimas semanas se puede conseguir crudo bastante barato (hasta en $10) pues la oferta excede en varios millones de barriles diarios a la demanda.
Otro inconveniente sería con la China, pues el país entero conoce, que un alto porcentaje de nuestro crudo de exportación está «empeñado» con el país oriental, aunque igualmente por las circunstancias de calamidad se deben obligatoriamente renegociar estos contratos lesivos.
En definitiva, esta alternativa por todas las consideraciones expuestas, no sería viable, pero hay sin embargo otras opciones…
B Renegociar los contratos para que estén acorde con la constitución ecuatoriana.
Esta, sería una renegociación que debe ser implementada con la mayor urgencia del caso, pues por cada día que pasa, nuestro país pierde millones de dólares.
Si nuestra Constitución, en su artículo 408, dice que el Estado se debe atajar no menos del 50% en los beneficios del aprovechamiento de estos recursos, entonces esta debe ser una de las cláusulas OBLIGATORIAS en los nuevos contratos; Evidentemente debe también incorporarse en otra cláusula, el 25% del margen de soberanía para el Estado, pero, sin la trampa de la desvergüenza que existe en los contratos de hoy en día, en donde como ya lo dijimos anteriormente, toca devolver a las petroleras cuando los precios están deprimidos.
Pero, hay la mejor opción:
C Nacionalizar la extracción petrolera.
En realidad, deberíamos hablar de una estatización de la extracción petrolera pues, si bien es cierto la gran mayoría de las empresas que extraen el petróleo son extranjeras, hay unas pocas que son ECUATORIANAS (en una de las cuales es alto ejecutivo un hermano de Lenin Moreno); el problema es que estas pocas, tienen unos ejecutivos que más parecen extranjeros antes que nacionales pues hablan y piensan solamente en inglés…
En artículos precedentes, quien escribe estas notas, ha denunciado reiteradamente la subida artificiosa y corrupta que realizó Rafael Correa junto a Wilson Pastor en los contratos de los costos de producción para poder de esa manera favorecer a las compañías petroleras. Si los costos de producción son artificiosamente subidos, el país es perjudicado en exorbitantes sumas de dinero [2]; por eso, la conveniencia urgente de hacer una auditoría técnica por parte de las universidades, de sus facultades en geología y petróleos, de los colegios de ingenieros en geología y petróleos, para determinar con certeza esos costos de producción, que con seguridad logrará determinar sus fraudulentos montos. Aquí, hay un fraude, por ende, ROBO al Estado que estaría en los $10 por barril [2].
Pero, el otro componente de las tarifas a las que hacíamos referencia es la utilidad de las empresas. En el estado actual calamitoso del país, no nos podemos dar el lujo de entregar esa utilidad razonable a las petroleras, pues son ingresos cuantiosos. ¿Cuánto es esa utilidad razonable?, Este rubro varía dependiendo del contrato y de la petrolera; sin embargo, el mismo estaría entre $3 y $4 el barril.
Si el Estado, a través de Petroamazonas, realiza la extracción petrolera en todos los campos, y si es que se realiza una auditoría para verificar los costos de producción, sumado a estos valores, el componente de las utilidades de las empresas, el país se vería beneficiado con una cifra que bordearía entre los $1200 y $1500 millones de ingresos netos anuales, monto que es independiente a los precios del crudo, y, que en las actuales circunstancias de calamidad le vendría muy bien al País.
NOTAS. –
[1]- Ecuador recibe $7,65 por barril de las petroleras privadas, pese a bajo precio internacional. El Universo, 30 de marzo, 2020.
[2]- EXTRACCIÓN PETROLERA: multimillonario perjuicio en los costos de producción petrolera. Mariano santos, periódico Opción, 15 marzo 2018.