Por Jaime Chuchuca Serrano
Hay distintos tipos de subsidios, y en Ecuador, en décadas, el subsidio a los combustibles ha sido universal con el objetivo de estimular la producción, el comercio, el transporte, así también, como un medio para que las capas más pobres puedan satisfacer sus necesidades básicas, alimentarias y servicios públicos. Los subsidios son una política redistributiva de los ingresos que tiene el Estado. En este período histórico, se ha convertido en una forma en que el pueblo pueda recibir los recursos directamente. Precisamente, porque la dirección política de los últimos gobiernos ha sido recortar los presupuestos para la educación, salud, seguridad social, áreas sociales, obra pública, las políticas redistributivas recobran su importancia.
¿Por qué se desean eliminar los subsidios a los combustibles? Los gobernantes quieren usar el dinero de los subsidios para el pago de la deuda a los acreedores nacionales e internacionales; no es desconocido, que muchos tenedores de los bonos de la deuda son familias oligárquicas. De otro lado, nada garantiza que los dineros de los subsidios, si se los quita, no vayan a los bolsillos sin fondo de la corrupción. Los economistas fundamentalistas creen que los subsidios “distorsionan” los precios, porque se basan en el mercado perfecto, como si este fuera un lugar de ángeles y querubines. En esta dirección, el ministro de Economía, Juan Carlos Vega, quiere acabar con las refinerías nacionales de combustibles para beneficiar la comercialización de grandes empresas internacionales, asociadas con las élites gobernantes.
El discurso gubernamental ataca a los subsidios universales porque apuntan que favorecen a las economías ilícitas, pero esto es tanto como no querer exportar banano, porque hay empresas contaminadas en el narcotráfico. En el argumento del poder, no se cuestionan los subsidios acordados con las transnacionales, como los proyectos mineros, Fruta del Norte y Mirador, que gozan de subsidios a la electricidad, combustibles, agua, exenciones de impuestos, además de que pagan regalías ínfimas al Estado.
Las políticas públicas distributivas para casos particulares y redistributivas (subsidios, incentivos y otras denominaciones) tienen una larga historia de aporte a la economía de los países; censurar en bloque a los subsidios es minimizar el papel que juegan en las naciones. Hace falta un estudio profundo de la doctrina de los servicios públicos y de las garantías políticas constitucionales conocidas como los subsidios, en un país donde crece el desempleo y la indigencia. Según el Global Rights Index (2024), Ecuador se encuentra en el tercer lugar de los diez peores países para los derechos de los trabajadores a la huelga, estabilidad, contratación colectiva, sindicalismo y acceso a la justicia.