Francisco Escandón Guevara
Diversas son las teorías que pretenden explicar el origen del coronavirus o covid-19: las que advierten una guerra biológica por la disputa de la hegemonía mundial, las que culpan a los excéntricos gustos gastronómicos de los pueblos asiáticos e incluso aquellas que especulan sobre la mutación premeditada de la cepa en manos de las farmacéuticas para lucrar con las correspondientes vacunas.
Pero más allá del origen del virus y de la tasa de mortalidad asociada, lo cierto es que la potencial pandemia llegó ya a casi la cuarta parte de países del planeta y su progresión podría ser exponencial.
Al tiempo que el covid-19 amenaza la buena salud de la humanidad, también tiene graves efectos económicos. La posibilidad de una recesión mundial es cada vez más cercana, particularmente porque se desacelera el crecimiento de China después de identificado el virus. La paralización parcial de la producción del gigante asiático, la caída de las acciones en los mercados de valores y la reducción en la demanda de materias primas son malos presagios para la economía mundial.
Eso se traduce en la caída de los precios del petróleo, minerales, productos de agroexportación, etc. y en el inminente descalabro de las economías dependientes. El caso ecuatoriano es alarmante, antes de la cepa las expectativas de crecimiento eran negativas y ahora se profundizan.
El coronavirus también le pasa la factura a la credibilidad política del gobierno de Moreno. La desconfianza crece por las lentas respuestas institucionales que facilitaron el ingreso del virus al país, por la ineficacia del sistema de salud público ecuatoriano y por las casi nulas acciones preventivas que no logran apaciguar a la ciudadanía.
Urge que el gobierno tome medidas emergentes para fortalecer el sistema de salud, fundamentalmente en el nivel preventivo, de no hacerlo será responsable de la psicosis social. Hasta ahora las consultas mediante telemedicina son caóticas e ineficientes. Si el pánico, frente a la posibilidad de contagio, vence a las políticas públicas del Estado, una vez más Moreno habrá fracasado.
Es necesario superar las especulaciones y la desinformación. Terminar con la zozobra exige también controlar a la industria farmacéutica y sus afines que intentan aprovecharse de las circunstancias para acumular riquezas.