Por Msc. José Villarroel Yanchapaxi
Antes de la Constitución del 2008 de Montecristi, los que hoy se conoce como Asamblea Nacional se denominaba Congreso Nacional, los Asambleístas eran llamados Diputados. Han transcurrido casi cinco lustros del correísmo-morenismo ¿Qué cambió con la nueva denominación? ¿Cuál ha sido el desempeño de la Asamblea Nacional?
El “Pacto de la regalada gana”, en 1994 llevó al líder del Partido Roldosista Ecuatoriano y futuro presidente, Abdalá Bucarám, a repartirse con el Partido Social Cristiano las dignidades del Congreso Nacional. Veinte y seis años después, Lenin Moreno reeditó el citado pacto.
El escuálido Partido Roldocista Ecuatoriano (PRE) aún tiene su grado de influencia en ciertos sectores populares guayaquileños, entonces Alianza PAIS a cambio de apoyo y fuerzas de choque a favor del régimen morenista habría entregado, sin ningún tipo de control, la administración de sectores clave para el país como la electricidad y la salud pública en un viaje que José Serrano junto con Alberto Mangas haría en un viaje a Panamá. “Son los costos de proteger este proyecto”, afirmó.
Hoy como en el pasado, a nombre de la gobernabilidad, los camisetazos, los pactos por debajo de la mesa, las mayorías móviles, los cabildeos entre las bancadas políticas son práctica común. El fantasma del hombre del maletín anterior se cambió por el hombre del dinero plástico en la figura de empresarios, proveedores y contratistas que contribuyeron para la campaña del corrreísmo a cambio de contratos de esas empresas privadas con el estado ecuatoriano, tal como lo revela el juicio del caso Sobornos.
Al igual que ahora, Diputados y Asambleístas echaron mano del tráfico de influencias, del nepotismo, de coimas, contribuciones a quienes gestionaron cargos públicos. Antes se hablaba de Diputados pipones, hoy se habla de Asambleístas alza manos, repartidores y vagos quienes tienen un pírrico 2 % de aprobación.
Durante el correísmo-morenismo llegaron a ser Asambleístas presentadoras de televisión, cantantes, futbolistas, bachilleres, profesionales con títulos universitarios chimbos sacados al susto y al apuro, pues venían con hambre atrasada.
El correísmo-morenismo les dio la oportunidad de erigirse como los nuevos ricos del Ecuador con el membrete de revolucionarios Socialistas del Siglo XXI y que dizque representaban la generación que sabían cómo hacer una nueva forma de hacer política, lejos de la partidocracia. Hoy muchos de esos “prometedores cuadros políticos” como: Gabriela Rivadeneira, Soledad Buendía, Carlos Viteri Gualinga andan por los techos, fugados y asilados en embajadas como la de México, Soledad Buendía, la sentenciada Viviana Bonilla que estaría en Venezuela, autodenominándose perseguidos políticos.
El actual Presidente de la Asamblea Nacional, César Litardo declaró que al menos sesenta Asambleístas como el detenido Daniel Mendoza, Eliseo Azuero, prófugo tienen procesos judiciales por actos de corrupción en la construcción del Hospital de Pedernales. La Ministra de Gobierno María Paula Romo, habría repartido el manejo de Hospitales a al menos una veintena de asambleístas de distintas bancadas políticas a cambio de detener o archivar su juicio político.
La década farreada de Rafael Correa Delgado pulverizó la ética y la moral pública, acuñó un sello en que todo era válido para cristalizar el proyecto de su populista revolución ciudadana y sofisticó la corrupción. Los Asambleístas del correísmo-morenismo siguieron a pie juntillas el libreto del cabecilla de la banda de delincuentes verde flex cuyo centro de operaciones sería el Palacio de Carondelet.
A puertas de las elecciones de Febrero de 2020, un grupo de ciudadanos plantea la bicaramelidad. En mi apreciación, el estado se volverá más obeso, le tocará pagar a un montón de asesores políticos manavalis y seguirá cebando a esta pléyade de vagos a sueldo que ni legislan ni fiscalizan.
Un legislador debería tener una alta calidad ética y moral, una probidad notoria intachable, que tenga conocimientos de Ciencias Políticas, Derecho Constitucional, Legislación Laboral y en todos los campos, Filosofía, Psicología, Pedagogía, etc. De lo contrario el Ecuador seguirá en manos de charlatanes codiciosos, pipones que entran a la hacer política para engordar sus bolsillos y de sus familiares, alza manos y repartidores de empréstitos descarados.
¿Todo aquello a nombre de la Democracia?