Determinismo biológico: antiguos y nuevos rostros

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Por Oswaldo Báez Tobar

Conceptos iniciales de evolución biológica

La evolución –concepto fundamental de las ciencias biológicas- comprende la transformación de los seres vivientes a través del tiempo y la diversificación el en espacio geográfico y ecológico. La comunidad científica llegó a la aceptación del concepto de evolución gracias a los aportes pioneros de Lamarck y años más tarde por las contribuciones de Charles Darwin y Alfred R. Wallace quienes presentaran ante Sociedad Linneana de Londres el primer esbozo de la teoría de evolución.

En 1859 Darwin publicó el libro: “El origen de las especies” en él presentó las evidencias de la transmutación de las especies y demostró que la transformación de los seres vivientes ocurrió en la naturaleza mediante el mecanismo de la selección natural. Con la publicación del libro Darwin ganó protagonismo y fama mundial en temas de evolución; así surgió el Darwinismo. (1)

Es necesario precisar que la formulación inicial de la teoría de evolución fue un aporte científico de Darwin y Wallace, dos naturalistas ingleses que después de años de investigar la diversidad de las formas vivientes en varias regiones del mundo, llegaron a la misma conclusión en forma independiente. La teoría evolutiva, en rigor debería llamarse “Teoría Darwin-Wallace”.

La teoría evolutiva –como se la conoce ahora- se enriqueció y fortaleció con el desarrollo de las ciencias biológicas en los siguientes años; llegó a tener aceptación general en la comunidad científica mundial, al punto de ser considerada: la teoría más general de la biología, ya que permitió explicar en base a la ciencia, la unidad y la diversidad de los seres vivientes. (En el acápite final: Precisiones actuales, se resumen los avances en este campo y las tendencias actuales)

El social darwinismo: expresión del determinismo biológico

La teoría de evolución en la visión darwiniana original de difundió rápidamente en círculos académicos de Europa y más tarde en América, llegó a ejercer una fuerte influencia en las ciencias naturales, pero también en las ciencias sociales y en la política; pues, algunos teóricos burgueses de Inglaterra y de otros países de Europa adoptaran los conceptos de la nueva teoría como el soporte ideológico para justificar el sistema económico vigente en esa época.

En efecto, cuando se difundieron y malinterpretaron las premisas del darwinismo, con extrema ligereza y mala fe, se aplicaron dichos conceptos a la interpretación de los fenómenos sociales y políticos. Sin ningún pudor se llegó a afirmar que el éxito económico de unos se debía a que eran “los más aptos” para enfrentar la “lucha por la vida”. En cambio, los otros: los “menos aptos” estarían condenados a la marginación de la sociedad y serían eliminados por selección natural. Así fue como se pretendió dar el “estatus” de teoría sociológica a la teoría de evolutiva darwiniana. En ese marco conceptual se interpretó la existencia de clases sociales y el sistema capitalista como el sistema que acataba estrictamente los postulados de la teoría de evolución. Nació el socialdarwinismo.

La corriente socialdarwinista llegó a sostener de manera arrogante que el sistema económico vigente era el resultado natural e inevitable de las leyes de la biología, por lo mismo debía ser aceptado sin objeción; exaltabalas bondades del sistema capitalista y lo explicaba en el marco del determinismo biológico, al punto de encontrar justificación para el racismo, el fascismo, el nazismo, la xenofobia… Empero, aquella falsa teoría no resistió por mucho tiempo el análisis de las ciencias sociales. Pronto se descubrió la trampa que subyace en el socialdawinismo. Se reveló el error en que se incurrió al extrapolar en forma mecánica los conceptos de las ciencias biológicas al desenvolvimiento de las sociedades humanas y de las naciones.

Por cierto, el espíritu que subyace en el darwinismo social  no era nuevo, pues ya se hallaba presente en las antiguas formulaciones del viejo determinismo biológico de ciertos filósofos como Thomas Hobbes, en su célebre sentencia: «el hombre es el lobo del hombre», o  Herbert Spencer, quien concibió  la tesis de “la supervivencia de los más eficientes en la lucha por la vida” y describió el desarrollo de las instituciones humanas como historias en las cuales «uñas y dientes se tiñen de sangre».

La sociobiología: determinismo biológico con nuevo rostro

La historia reciente registra nuevos intentos de revivir el determinismo biológico a través de la sociobiología, cuyo principal exponente es Edward O. Wilson, que en el libro: “Sociobiología, la nueva síntesis” resume la esencia de su pensamiento. He aquí sus expresiones: «En sentido darwiniano, el organismo no vive por sí mismo. Su función primordial ni siquiera es reproducir otros organismos; reproduce genes y sirve para su transporte temporal”. “La Sociobiología se define como el estudio sistemático de todo comportamiento social”. “Este libro –dice Wilson- intenta codificar la Sociobiología en una rama de la Biología evolutiva y, particularmente, de la Biología de poblaciones moderna”. “Una de las funciones de la Sociobiología es pues, estructurar los fundamentos de las ciencias sociales…” (Wilson, 1980).  «Un solo gen parece ser el responsable del éxito y auge en el status; puede concentrarse en las clases socioeconómicamente superiores», Dahlberg. (Citado por E. Wilson, 1980)

De ahí que no resultan extrañas tesis como las siguientes: «La sociedad capitalista es una meritocracia genéticamente determinada, la riqueza y la posición social son función directa de la inteligencia… el desempleo se hereda de la misma forma que la mala dentadura.  La ampliación de un negocio está regida por la supervivencia del más apto… por obra de una ley natural y divina», J. Rockefeller. (The Ann Arbor Science for the People, 1982). Estas tesis seudocientíficas se convirtieron en el soporte para las acciones humanas como de un sistema económico que buscaba expandirse, a cualquier costo.

Concebida a imagen y semejanza de la sociedad de mercado «la naturaleza vuelve a ser usada para explicar el orden social humano y viceversa, en un intercambio recíproco sin fin entre darwinismo social y capitalismo natural. Lo que está inscrito en la teoría sociobiológica es la ideología atrincherada en la sociedad occidental; la garantía de su naturalidad y la afirmación de inevitabilidad». (Shalins, M. 1982). Estas falsas teorías reclamaron para sí el carácter neutral de las ciencias naturales, se presentaron con nuevos ropajes, pero al ser analizadas en profundidad revelan su verdadero rostro. «La nueva ciencia no tiene calidad de tal y no es más que puro reflejo de una forma particular de concebir las instituciones humanas”. (The Ann Arbor Science for the People, 1982).

El eminente biólogo evolucionista Stephen J. Gould rechazó el determinismo sociobiológico porque es falso. A más de ratificar la selección como proceso válido en el ámbito biológico, consideró impropio utilizar el darwinismo fuera de su cultura. La selección natural explica la evolución biológica, pero es inútil para comprender la historia, la cultura y la sociedad. (Gould, 1983).

La sociobiología pretendió biologizar las ciencias sociales, al buscar la explicación de los procesos sociales en términos de la selección natural o de la predeterminación genética, como aquella contenida en el aberrante concepto del “gen egoísta” según el cual el organismo es solo el vehículo para que los genes hagan más copias de sí mismos. Este un grave error conceptual.

La convergencia de disciplinas científicas ha sido muy fructífera en el desarrollo científico; empero, la subordinación de una disciplina a otra, es un reduccionismo simplista y absurdo.  Este es el caso de la sociobiología que pretendió extrapolar a las sociedades humanas las conclusiones obtenidas de la observación del comportamiento social de los animales.

A la luz de este análisis se descubre en el darwinismo social y en la sociobiología un nuevo intento de reducir la historia de la humanidad a una sucesión de luchas por la supervivencia y a crueles desgarramientos. Todo esto es “vino viejo en botellas nuevas”: ciencia ideologizada que se utiliza en forma recurrente para legitimar el sistema político dominante en el mundo.

El socialdarwinismo y años más tarde la sociobiología configuraron una concepción sui generis de la sociedad basada en principios biológicos ideologizados, de los cuales derivan múltiples formas de relación social y hasta de gobierno. No debe extrañar que de esa visión deformada de la naturaleza humana hayan surgido fórmulas políticas para la dominación de las naciones.

Ahora como en el pasado, el determinismo biológico pretende justificar la historia y perennizarla a través de entidades biológicas, olvidando que la gran conquista del ser humano radica en su capacidad para trascender lo biológico, no mediante su negación sino por haber incorporado a sus procesos evolutivos nuevas dimensiones y categorías fundamentadas en la lógica, la razón, el pensamiento, la ética individual y social.

Expresiones recientes

En diversos medios se han difundido varias opiniones de personajes influyentes en la economía y política mundial; han sido expresadas en diferentes contextos, pero tienen un claro trasfondo ideológico. He aquí algunas de ellas:

“Si yo resucitara desearía volver a la tierra como un virus asesino para reducir los niveles de la población humana”. Príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel, Reino Unido.

“Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía mundial. Tenemos que hacer algo”. Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional.

“Sí, mucha gente va a morir cuando se establezca el Nuevo Orden Económico, pero será un mundo mucho mejor para los que sobrevivan”. Henry Kissinger, influyente político y ex secretario de Estado, EE. UU.

“Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una gran crisis y las naciones se aceptarán el Nuevo Orden Internacional”. David Rockeffeler, empresario y político, EE.UU.

“Necesitamos reducir la población en 2 mil millones…” Ted Turner, fundador de la Cadena internacional CNN.

“Tenemos sobrepoblación. El mundo de hoy tiene 6.8 billones (6 mil 800 millones) de personas. Eso se dirige a unos nueve mil millones. Ahora, si hacemos un gran trabajo en nuevas vacunas, atención médica, servicios de salud reproductiva, podríamos reducirlo en, quizá, 10 o 15 por ciento”. Bill Gates.

Son cada vez más frecuentes las declaraciones políticas y acciones del poder financiero internacional y sus voceros con el propósito de influir en la economía, la educación, la salud, la seguridad social. Con la pandemia del coronavirus están resurgiendo nuevas propuestas, proclamas y “soluciones globales” que se enmarcan en el espíritu del socialdarwinismo y de la sociobiología.

Precisiones actuales sobre la evolución biológica

. Es preciso aclarar la diferencia entre socialdarwinismo o darwinismo social y Neodarwinismo, porque con alguna frecuencia se incurre en el grave error de creer que son equivalentes. Bajo la denominación de Neodarwinismo se inscribe la interpretación de la evolución biológica sobre la base de los postulados del darwinismo: variación y variabilidad, adaptación, supervivencia y reproducción diferencial, que se resume en la selección natural; pero con el respaldo de la genética mendeliana y la genética de poblaciones. Sobre esta basa se construyó la primera Síntesis del pensamiento evolucionista en la segunda mitad del siglo pasado, gracias a los aportes de Theodosius Dobzhansky, Ernest Mayr, George G. Simpson, Sewall Wrigth, Julian Huxley y Ledyard Stebbins.

. Teoría sintética, o Síntesis moderna de la evolución –como se la conoce ahora- es la explicación científica más consistente de la evolución biológica, se sustenta en el darwinismo clásico, pero incorpora nuevos elementos explicativos que provienen de la biología moderna: la genética, la ecología evolutiva, la genética molecular y recientemente la genómica. (Mayr, E.)

. En años recientes está tomando impulso una Segunda síntesis de la teoría de la evolución: la Síntesis ampliada o Síntesis expandida, que integra la Evolución, Ecología y la Biología del Desarrollo, lo que se conoce como: Eco-Evo-Devo. En este marco conceptual se enriquece y reformula la teoría evolutiva. (Gallardo, M). En efecto, la Segunda síntesis de la teoría evolutiva se perfila como la construcción teórica más trascendental de la biología contemporánea.

Referencias

Wilson, E. O., 1980. Sociobiología, la nueva síntesis. Barcelona, Ediciones Omega.

Shalins, M. 1982. Uso y Abuso de la Biología. Madrid, Siglo Veintiuno Editores.

The Ann Arbor Science for the People, 1982. La Biología como Arma Social. Madrid, Ed. Alhambra.

Gould, S., J. 1983. Desde Darwin. Reflexiones sobre Historia Natural. Madrid, Hermann Blume Ediciones.

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