Por: Ab. Carlos Sánchez M
Según datos estadísticos el Ecuador está por debajo de la línea de la pobreza, la misma crecerá en un 35% y la extrema pobreza en un 15%, esto quiere decir que más de tres millones de ecuatorianos tenemos el camino seguro para ser lo nuevos pobres. Los más optimistas dicen que 41% de pobres y 21% en la extrema pobreza, será nuestra realidad en el futuro,, es decir más o menos seies millones de ecuatorianos viviendo en la pobreza.
Estos cálculos por supuesto son los más optimistas, sin tomar en cuenta que los trabajadores que hoy ganan sueldos por debajo del salario básico, también engrosaran las filas de los más pobres.
¿Cuáles son las consecuencias inmediatas? Se habla que los niños serán los principales afectados, con un crecimiento acelerado de la desnutrición infantil, además de que hoy ya no tienen acceso a la educación básica, y serán en el futuro la mano de obra no calificada que será presa fácil de la explotación laboral.
Estas condiciones de extrema pobreza en la que la mayoría de los ecuatorianos vivimos, es la principal causa del auge delictivo, la gente no tiene para comer, no hay trabajo, literalmente nuestra gente se muere de hambre esta. Esta es la realidad.
Una realidad que los gobernantes no la quieren ver, o solo ven para un lado y emiten resoluciones y leyes en beneficio de los que más tienen, en beneficio de los grandes empresarios, de los bancos y empresas financieras.
Terminados la tregua para pagos que otorgaba la Ley Humanitaria, el peso de la crisis recae con fuerza en los hombros de los más pobres, mientras que mediante decreto ejecutivo nuestros gobernantes se alzan nuevamente sus remuneraciones al 100%. La pregunta es ¿los trabajadores no nos merecemos lo mismo? que por los menos los sueldos y salarios cubran el costo de la canasta básica. O por ser pobres comemos menos o tenemos menos necesidades que ellos. Pero para terminar de jodernos la vida no nos pagan bien, hay más desempleo, hoy nos dicen que debemos pagar nuestras deudas que las adquirimos cuando ganábamos al 100%. Cómo se les hace entender que los pocos que tenemos empleo nos pagan apenas al 50% del salario y no nos alcanza la plata.
¿Dónde vamos a parar los pobres? es la pregunta, pues en la miseria, es el camino a donde nos están llevando los gobernantes entregados a los intereses de los grandes grupos de poder económico, banqueros chulqueros y grandes empresarios.
Los trabajadores y los pueblos pobres tenemos un solo sendero, resistir y luchar, no nos queda otro camino; luchar para cambiar las condiciones de vida en la que estamos, o morirnos de hambre y la miseria. En nuestras manos está nuestro futuro, vamos en Unidad a construir el camino de la Patria Nueva.