Por Jaime Chuchuca Serrano
La pérdida de la fortaleza del euro frente al dólar, significa mayor dependencia de Europa con Estados Unidos; las restricciones impuestas a Rusia, tienen un efecto boomerang contra estas mismas economías. No obstante, Rusia ha encontrado otros mercados en Asia. Aunque el escenario de la guerra se desenvuelve en la pobre Ucrania, el petrodólar es la forma globalizada del conflicto en el que todos sentimos la crisis: encarecimiento del barril de petróleo, derivados, transporte, energía, alimentos y productos de primera necesidad. La inflación es incontrolable para las potencias y el mundo periférico, mientras tanto el FMI continúa con el fundamentalismo de ajuste al gasto social.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), hay 71 millones de pobres más desde el inicio de la guerra Rusia-Ucrania en febrero de 2022. Sin embargo, en los dos primeros años pandémicos la producción se redujo drásticamente, y el barril de petróleo llegó a -7. En esos días, países como Estados Unidos prendieron la máquina de hacer billetes, para mantener el flujo constante de dinero por las restricciones del control pandémico. Lo que nunca se resolvió fue cómo sacar ese dinero del mercado, una vez recuperadas las conexiones comerciales; esto supuso pérdida de capacidad adquisitiva y fuertes inflaciones, las que se viven hoy. Las decisiones económicas de la pandemia fueron las de una guerra, así se continuó con la acumulación monopólica exorbitante, los objetivos de hoy siguen siendo los mismos.
En medio de la guerra se forzó a que Europa no compre petróleo, ni gas ruso, lo que supone compra de estos productos a Estados Unidos a mayor precio, de allí la devaluación del euro. Europa ha entrado en una fase inflacionaria, de desempleo, de escasez de alimentos y de disminución de ingresos. Si esto sucede en los países céntricos del capital, en la periferia como América Latina, África y parte de Asia, la pobreza generada es mucho más abrumadora. El Levantamiento Indígena Popular de Ecuador, las movilizaciones de Panamá, Haití, Argentina, Sri Lanka, Albania y también las de Italia, Holanda, Alemania, España, Bélgica, Canadá, Inglaterra, Polonia, son movilizaciones en contra de la pobreza, por los bajos ingresos de la población. La conservación de Estados Unidos en el centro geopolítico mundial, afecta a la mayoría del planeta.