Por Mariano Santos N.
Dicen los economistas que RECESIÓN es cuando la economía (PIB) de un país cae durante dos trimestres consecutivos. Esto es precisamente lo que ocurre con la economía más fuerte del mundo, la de EEUU, que, en el primer trimestre del presente año, decreció en 1,6%, si la comparamos con el mismo trimestre del año anterior; cosa igual ocurrió en el segundo trimestre, en el que decreció en 0,9%, al comparar con el mismo trimestre del año precedente. Los pronósticos para el tercer trimestre, que está por terminar ahora en septiembre, no son nada halagadores, pues la FED (reserva federal-banco central- de EEUU) de Atlanta, con información al 15 de septiembre pasado, prevé una caída del 0,5%.
Por supuesto, las principales autoridades económicas norteamericanas no reconocen la recesión, pues aducen que ello no es real, aunque en estos últimos días y, con nueva información, ya se quedan sin argumentos.
Sin embargo, este no es el único problema que aqueja al centro del imperialismo mundial, pues al mismo se añade otro, el de la inflación.
En efecto, a agosto del presente año, la inflación en EEUU fue del 8,3%, catalogada originalmente por sus autoridades como puntual, transitoria, pero que con el pasar del tiempo se han visto obligadas a reconocer que es de gran envergadura.
Tan es así, que el presidente de la FED, Jerome Powell, ha comenzado a subir las tasas de interés, desde marzo anterior, hasta ponerla en un rango de entre 3,0 y 3,25%, con el reciente aumento del 21 de septiembre. Hasta antes de marzo, esas tasas estaban entre el 0 y el 0,25%, es decir que el costo del dinero era nulo o casi nulo, por supuesto, no para todos, sino principalmente para beneficiar a las grandes corporaciones y la propia banca.
Pero, la FED anuncia que esas tasas tendrán nuevas subidas, hasta el término de 2022, y que las mismas se ubicarían entre el 4 y el 5%. El propósito es el de contener y bajar la inflación, pero en realidad lo que hace la FED es aumentar la contracción de la economía, pues al subir las tasas de interés, se reduce la demanda, los préstamos hipotecarios, de las tarjetas se encarecen y, tienen como principales afectados a los trabajadores, pues, como producto de la crisis, son echados a la calle, con el consiguiente aumento del desempleo.
Entonces, en USA se está gestando un cocktail explosivo muy peligroso, cual es la suma de estos 2 fenómenos descritos: recesión e inflación, que los economistas llaman ESTANFLACIÓN…
Según la encuestadora internacional Gallup, la mayoría de la población estadounidense (el 56%) tiene dificultades económicas (incluye el 12 por ciento que describieron su dolor como «severo» y el 44 por ciento que lo calificó de «moderado»), es decir que rondan la pobreza, encuesta realizada entre los meses de julio agosto pasado.
Recientemente, miles de enfermeras pararon sus labores en Minnesota en la huelga más grande de ese sector privado en la historia de Estados Unidos, mientras se intensificaron las negociaciones con más de 100 mil ferrocarrileros para evitar un paro nacional, maestros en Seattle continúan en huelga, todo a la vez que la ola de organización de nuevos sindicatos marcó nuevos triunfos en sectores medios y hasta de jugadores de beisbol.
En Europa, el problema es similar o más grave que en EEUU. Paros y huelgas en Alemania, Reino Unido, Italia, España, Bélgica, Noruega.
Comencemos con Alemania, considerada la «locomotora» de Europa, pues tiene la economía más grande del continente, es el País más industrializado del viejo continente, es el tercer mayor exportador del planeta, después de China y EEUU.
Hoy está a las puertas de una grave recesión, a más de una enorme desindustrialización
Su inflación, a agosto pasado, fue del 7,9%, que no se la veía desde hace más de 40 años.
La inflación en el conjunto de la eurozona también sigue un vertiginoso ascenso hasta alcanzar máximos históricos, llegando al 9.1% en agosto, según los últimos datos. Esta cifra es superior al 8.9% de julio, 8,6% de junio, al 8,1% de mayo, mientras los europeos siguen viendo cómo se disparan los precios de la energía y los alimentos. La estimación preliminar de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, es la más alta desde que empezaron los registros de la eurozona en 1997.
En agosto pasado, el Bundesbank (banco central alemán), pronostica recesión. La entidad sostiene que es altamente probable que el PIB alemán sufra una contracción en el segundo semestre del presente año y la inflación llegue a 10 % en otoño, es decir que tiene un panorama similar al de EEUU: estanflación.
Según el FMI, la caída del PIB de la primera economía europea será -1.5% para 2022, caídas que se repetirán en 2023 y 2024.
Los precios de la energía han subido por las nubes, energía que venía a precios bastante bajos desde Rusia, con la que está conectada por toda una red de ductos (gasoductos y oleoductos), lo que le permitió la tremenda industrialización ya señalada.
Así las cosas, los precios del gas, a agosto pasado se ubican en los 570 euros el MWH, cuando hace un año bordeaba los 100, es decir, que se ha más que quintuplicado…, lo cual genera el fenómeno inverso, dicho de otra manera, la masiva desindustrialización…
Al ser Alemania la locomotora de Europa, es evidente que va a arrastrar al resto de países europeos al mismo precipicio económico.
La idea y el relato que la inflación disminuya en el tiempo, lenguaje utilizado por los líderes de las potencias a ambos lados del charco, se la describía como inflación puntual, ahora, debido a su persistencia, es una inflación «transitoria de larga duración», a todas luces un absurdo.
Esta idea comienza a difuminarse cobrando vida propia, pasando de ser inflación a secas a inflación “de Putin” (como siempre lo recalca Biden) o, peor aún, como dijo la presidenta de la Comisión Europea Úrsula VonderLeyen, «de Rusia».
En la eurozona existen 9 países que tienen inflación de 2 dígitos, uno de ellos Gran Bretaña (10,1%), que es donde peor está la cosa. El Banco de Inglaterra, prevé que la tasa de inflación alcance un máximo del 13,3% en octubre y que la renta disponible real de los hogares caiga un 3,7 % entre 2022 y 2023, lo que convierte a esos dos años en los peores registrados. Pero puede ser incluso peor que eso. Citibank pronostica que la inflación va camino a subir al 18,6 % en enero, el pico más alto en casi medio siglo, debido al aumento de los precios mayoristas del gas. ¡Y Goldman Sachs va más allá, ya que espera aumentos de gas aún mayores, y ahora cree que la inflación del Reino Unido alcanzará un máximo del 22%!
Existen huelgas y paros por todo lado.
La ola de huelgas que se han desatado es por aumentos de salarios y en protesta por los altos precios de la energía, afectando a sectores estratégicos como el transporte, el petróleo, la logística, los puertos, el correo y la salud.
Los trabajadores ferroviarios desataron la huelga más importante en 30 años, pero, profesores universitarios, de primaria y secundaria y muchos otros paros menores en el sector público y privado también aparecieron.
Con el aumento descontrolado de tarifas energéticas, los altos precios de los alimentos, muchos analistas creen que las facturas de electricidad y gas de los hogares se triplicarán); temores de apagones este invierno; y la inflación provoca la caída de los salarios en términos reales. La mayoría no logra calentar sus hogares y alimentar a sus familias, son los de la «pobreza energética», nueva terminología inventada por la burguesía británica, pero que no es otra cosa que la pobreza a secas, mientras que las pequeñas y medianas empresas amenazan cerrar. Es en este escenario que se realiza el lujosísimo funeral de Isabel II, que generan gigantescos gastos, varias decenas de millones de dólares. Por eso la gente está en las calles, con la consigna ¡Enough is Enough!: ¡Ya Basta!
En Europa al igual que en EEUU, el banco central europeo aplica la misma receta para intentar bajar la inflación: la subida de las tasas de interés, que acá no solo que estaban en cero (ahora están en el 1,25%, pero el banco central europeo piensa colocarla hasta por lo menos el 2%, hasta fin de año), sino que en varios períodos estuvieron negativos: ¡dinero gratis! para las grandes corporaciones.
El propósito de la subida de las tasas de interés en estos economistas ortodoxos es el de disminuir la demanda pues ponen como causa fundamental precisamente a la demanda, pero no dicen absolutamente nada de que en muchas ocasiones la subida de precios inflación es producto de la emisión descontrolada de billetes, Euro y Dólar, que no tienen respaldo tangible alguno y/o, los precios altos que IMPONEN los grandes monopolios que dominan los mercados, como sería el caso actual.
El peso de la lucha contra la inflación siempre ha recaído sobre las espaldas de los trabajadores abultando el bolsillo del capital.
A finales de julio, varias encuestas mostraban que, en Alemania, Francia, Polonia y el Reino Unido, el problema más importante para su población era el coste de la vida. Un 33% en el Reino Unido, el 38% en Alemania, el 47% en Polonia y el 57% en Francia afirman que apenas pueden hacer frente a los precios o que ya no pueden hacerlo.
Por eso, muchos esperan más huelgas y disturbios sociales en los próximos meses, finalizando el otoño y/o comenzando el invierno. En Francia, el 65% espera que las huelgas aumenten, 63% en Polonia, 57% en el Reino Unido, 44% en Alemania. En Francia, incluso el 40% desearía que volvieran las protestas de los chalecos amarillos.
Es en medio de esta profunda crisis económico social de las potencias imperialistas occidentales que se desata la guerra en Ucrania, donde precisamente estas potencias, pese a los graves problemas aquí descritos, continúan con el aprovisionamiento de armas, municiones, dinero, etc., para que la guerra continúe, sin importarle a sus élites el gran sacrificio al que están sometiendo a sus pueblos.
** las cifras económicas son tomadas de las pág. Web de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo