El Gran Hermano, el Gran Padrino y la Gran Tía

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Por Jaime Chuchuca Serrano

Los poderosos clanes oligárquicos se fortalecen cada día y desangran los recursos estatales. Figuras como el nepotismo, no controlan estas prácticas; a veces, se rodea la ley para guardar las apariencias; otras, se cometen actos de corrupción con total desparpajo. Desde antaño, en la República, unos pocos grupos familiares se han repartido las tierras, las armas y la burocracia. Los herederos han conservado esos comportamientos.

El caso Gran Hermano (Big Brother), expresión tomada de la novela de George Orwell, 1984, se trató de varios contratos entre las empresas de Fabricio Correa (hermano de Rafael Correa) y el Estado. La denuncia periodística habló de contratos que sumaron 80 millones (la contraloría habló de 167 millones). No hubo sancionados. Rafael Correa demandó a los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita por supuesto daño moral, porque decía “desconocer” los contratos.

La investigación de La Posta sobre el Gran Padrino (términos similares a la novela de Mario Puzo y los films de Coppola) mostró una profunda red de corrupción, con la mafia albanesa y otras, que relacionaban a Danilo Carrera (el Gran Padrino), cuñado de Guillermo Lasso, a este mismo, a funcionarios públicos (Hernán Luque) y otros personajes como Rubén Cherres, quien más tarde sería asesinado. La Asamblea Nacional anotó estos hechos para el juicio político, pero la Corte Constitucional no los admitió. Hasta ahora no hay sancionados. Carrera demandó por difamación a La Posta y a Andersson Boscán.

La Gran Tía, Isabel Noboa Pontón, familiar del actual presidente, Daniel Noboa, es dueña del grupo Nobis y de copiosos consorcios y empresas. Y así como otros miembros del clan, se ha visto beneficiada de varios contratos con el Estado: Corpabe y desayunos escolares (153, 48 millones), Codana y el negocio de etanol con Petroecuador (18,9 millones). Ahora, las relaciones familiares también son electorales, Annabella Azín, madre del presidente, encabezará la lista de asambleístas nacionales de ADN.

Mientras que el caso Gran Hermano tuvo gran cobertura mediática, los casos del Gran Padrino y la Gran Tía, han salido por excepción en los medios. Aunque parecería que la literatura ilustra los casos, en Ecuador, vamos comprobando que esta es solo un pálido reflejo de la brutal realidad.

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