“El presidente contra la Constitución”

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Por Mauro Emilio Díaz

El problema no es la Corte Constitucional. El problema es que el presidente no soporta la Constitución

Porque claro, gobernar dentro de la ley exige inteligencia, preparación y carácter. Y eso pasa más que un apellido heredado, un título extranjero o un libreto mal leído en cadena nacional.

Cada decreto Inconstitucional no es un tropiezo, es un cálculo. El presidente necesita enemigos para justificar su incompetencia. Y como no puede pelear con la inseguridad ni con la pobreza, inventa un villano más cómodo la Corte. Total, es más fácil gritar que “no lo dejan trabajar” que admitir que no sabe cómo hacerlo.

La Corte no es un obstáculo. Es un recordatorio incómodo de que el poder tiene límites. Y si, al presidente le duele. Porque, quién confunde la banda presidencial con una licencia para mandar a capricho, ve en los jueces a saboteadores, cuando en realidad son el último freno a su arbitrariedad

Así que no nos engañemos: cuando el presidente rompe la Constitución, no está luchando por el pueblo. Está luchando contra la ley. Y un presidente que necesita violar la Constitución para gobernar no es valiente ni divisionario: es simplemente peligroso.

El traje de la democracia le queda grande. Y lo peor es que parece creer que, si no entra en él, hay que recortar la tela… en vez de reconocer el problema es quien intenta usarlo.

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