El trampolín vicepresidencial

Periódico Opción
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Por Francisco Escandón Guevara

Luego de la renuncia de Otto Sonnenholzner, el gobierno de Moreno se prepara para tener su cuarto y quizás último vicepresidente de un régimen impopular.

Esa inestabilidad política es el reflejo de una crisis que adviene desde el distanciamiento con el prófugo, que continuó con el uso de la estructura de corrupción del correísmo (al reciclar a la mayoría de sus adeptos) y que se consuma en el pacto con las élites empresariales-bancarias que actualmente cogobiernan.

Desde el inicio mismo de la administración de Moreno estuvieron presentes las pugnas, las conspiraciones y los intereses electorales o de sucesión propias de un gobierno débil.

Rafael, por ejemplo, dejo entrever que el primer vicepresidente, el reo Jorge Glas, era el recambio pensado frente a los problemas de salud de Lenin. Finalmente las proyecciones proselitistas y de mayor impunidad del correísmo se diluyeron por la cesación de funciones de alias Vidrio que ahora guarda prisión por asociación ilícita, en el caso sobornos de Odebrecht.

Las perspectivas electorales también se frustraron para María Alejandra Vicuña, luego de que la presión social la llevó a renunciar por su vinculación en el cobro de diezmos en la Asamblea Nacional. Todos los esfuerzos para promover su imagen como presidenciable, desde la gestión vicepresidencial, se echaron a la borda por corrupta.

La situación de Otto no es distinta, durante un año y medio en el gobierno se planificó su campaña. En cada evento gubernamental se promovió su imagen, las estructuras de activistas intentan organizarse desde finales del 2019, los equipos de asesores y fotógrafos se contrataron con recursos públicos, etc.

Esa pretensión presidencial era un secreto a voces y ahora pretende ser el candidato outsider que patee el tablero electoral. Difícil tarea, pues es muy temprano para que el pueblo olvide su participación en el Gobierno que firmó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que reprimió las movilizaciones de Octubre, que actuó con desidia frente a la pandemia, que es cómplice de actos de corrupción.

Otto es el relevo generacional de un sector de la derecha, es la apuesta de ciertos grupos económicos para ganar la presidencia. No les será fácil, es insuficiente venderse como joven cuando representa a las mismas élites, ya se verá quienes están detrás de su postulación.

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