Autor: Juan Carlos Zapata / México
Los acontecimientos de las últimas dos semanas han cambiado sustancialmente el escenario político en los Estados Unidos: el supuesto atentado contra Donald Trump, la convención republicana, el retiro de la candidatura de Biden y el nombramiento de Kamala Harris
La narrativa del atentado se ha utilizado por parte de Trump para escalar su discurso fascista, racista y xenófobo. Y para que no queden simplemente en las acostumbradas bravuconadas, el nombramiento de su compañero de fórmula James David Vence, un ultraderechista que viene promoviendo planteamientos retrógrados en diversos campos.
La convención de los republicanos se convirtió en un mero comité de campaña de Trump, quien sí tiene amplias posibilidades de regresar a la Casa Blanca; más aún frente a la grave crisis que denota el Partido Demócrata.
El sostenimiento de la candidatura de Joe Biden hasta mediados de julio, a pesar de los fracasos de la política internacional de los Estados Unidos, como la prolongación de la guerra en Ucrania y el financiamiento del genocidio en Palestina, han evidenciando la decadencia no sólo del Partido Demócrata que sí personifica más claramente esa decadencia, estos elementos comprueban el total declive del imperialismo norteamericano.
Muy tarde y mal están reaccionando los Demócratas; Kamala Harris precisamente ha sido una de las ejecutoras de las fracasadas políticas del imperialismo, de tal manera que, salvo su edad frente al septuagenario Trump, no representa ninguna alternativa.
Las elecciones dentro de una potencia que día a día sigue perdiendo terreno frente a China, está impedida de raíz a presentarle una alternativa real para los trabajadores y los pueblos.
La oligarquía norteamericana sólo les presenta a ese país, quienes quieren que conduzca el siguiente trayecto del hundimiento de la otrora potencia hegemónica mundial.
Esto debe obligar a los trabajadores a construir desde sus propias fuerzas su salvación.