Por Jaime Chuchuca Serrano
¿Creen ustedes que exista un país con grandes cantidades de gas natural y combustibles, y aún así tenga que importarlos? Ese país, es Ecuador. El Campo Amistad, en el Golfo de Guayaquil, subutilizado y obstaculizado, produce estatalmente alrededor de 21 millones de pies cúbicos diarios en solo en 3 pozos, de los 17 pozos perforados; en 2014 se producían hasta 63 millones de pies cúbicos diarios. Aunque se tiene la tecnología para la extracción, los gobiernos quieren concesionarlo a empresas privadas. En la Amazonía, se queman diariamente 140 millones de pies cúbicos de gas en los mecheros petroleros; además del desperdicio económico, genera gran contaminación. Todas estas políticas públicas, atentan contra la economía nacional, y tienen por base el beneficio de capitalistas privados y transnacionales.
Durante varias décadas, la estatal Petroecuador luchó por construir una planta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de almacenamiento en tierra; las empresas importadoras se oponían. Por absurdo que parezca, el país pagaba cifras de alrededor de 1000 millones de dólares anuales por almacenar el gas en buques privados de las empresas Trafigura y Furnnes Wity, en lugar de comprar los suyos; estas empresas también importan derivados. A pesar de todo, se construyó el proyecto Monteverde-Chorrillos, que además de almacenar, embaza 60 mil cilindros de gas. No obstante, recientemente, el Estado aprobó, en tiempo récord de 33 días, que la empresa privada Pacificterminal, construya una planta de almacenamiento e importación de gas. Pacificterminal fue constituida por José Dapelo Benites, implicado en casos de corrupción en Ecuador y Panamá; el gerente actual es Bernardo Arosemena Gangotena, quien fue socio de Daniel Noboa y su familia en tres compañías. José Dapelo y Bernardo Arosemena son también dueños de la empresa JIK de distribución de agua potable; así como tienen otros numerosos negocios. Estas empresas privadas y personajes relacionados, aparecen como probables constructores de generadoras eléctricas a partir del gas.
El uso de los generadores eléctricos ha supuesto la demanda de mayor cantidad de combustible y mayor contaminación; aunque el país tiene sus refinerías, estas no han tenido mantenimiento, y se tiene que importar gasolina y diésel más allá de lo técnico. En este año, de enero a septiembre, las importaciones de derivados crecieron 7,5%. El 30 de octubre de este año, se le adjudicó a la empresa Trafigura, la importación de 1 millón 960 mil barriles de diésel hasta fines de año. La tan temida y criticada empresa, Trafigura, entra de nuevo en escena. Trafigura tiene demandas millonarias por fraudes en otros países. El mensaje del gobierno de Noboa es claro: se promueve la mayor importación de gas y derivados de petróleo, mientras se restringe la producción nacional y se desmantelan sus empresas. Estos casos relatados, son ejemplos de cómo funciona la dependencia y el sometimiento.