Engels, el revolucionario infatigable I
Por Edgar Isch L.
El 28 de noviembre se cumplirán los 200 años de nacimiento de Federico Engels, lo que sin duda traerá debates sobre su persona y su obra. No será la primera vez, pues el infatigable y leal compañero de Carlos Marx es un personaje imprescindible para comprender las tesis revolucionarias del comunismo y, por tanto, también un personaje a ser atacado por parte de los beneficiarios del mantenimiento del capitalismo.
Durante la vida de Marx y Engels ya se dieron las primeras tendencias de revisionismo, corriente que integra aquellos que, llamándose socialistas revolucionarios e incluso marxistas o leninistas, se dedican a tergiversar ese pensamiento renunciando a los principios. Junto a ellos se encuentran también muchos “marxólogos” o eruditos que son capaces de identificar una cita en la página y capítulo de un libro de Marx, pero que no entendieron y menos se plantean aplicar su método, que es lo que hace a alguien marxista.
Entre revisionistas y marxólogos hay quienes juegan a diferenciar a cada revolucionario marxista, a contraponer a Gramsci, Mariátegui o Stalin con Lenin, a Lenin con Marx, a Engels con Marx e incluso al Marx joven con el Marx adulto. Así, en últimas, se romantiza al personaje como si Marx en un momento de su vida no hubiera corrido el riesgo de equivocarse, no se quiere comprender que la teoría revolucionaria se pone en juego en la realidad, que los portadores de esa teoría debaten entre sí y que, es la práctica la que demuestra la corrección de los planteamientos.
En el caso de Marx y Engels basta acercarse a su correspondencia para observar como van apoyándose, aportando, acercándose a lo más avanzado de la ciencia de su época o ligando la teoría con el movimiento obrero internacional. Pero, al mismo tiempo, demostrando su compromiso vital con la revolución y el comunismo. Su trabajo conjunto lleva al punto que no se puede hablar del uno si no se habla del otro.
Franz Mehring, revolucionario y colaborador de Marx y Engels, uno de los fundadores del Partido Comunista Alemán junto a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, escribió una biografía de Marx muy valorada por el conocimiento de su vida y obra. Mehring en ella escribe un capítulo dedicado de manera exclusiva a Engels y otro que se titula “Engels-Marx”, mientras que en muchos momentos hablara de su obra escrita y organizativa conjunta. Ello por la relación del pensamiento de los dos.
En temas económicos, Engels escribe los “Esbozos para una crítica a la economía política” burguesa en los Anales Franco-alemanes, al que Marx califica como un “ensayo genial”. Mas tarde, apenas a los 24 años de edad, escribe “La situación de la clase obrera en Inglaterra”, en la que no solo denuncia la miseria a la que el capitalismo somete a los trabajadores, sino que demuestra cómo, la clase obrera generada en la gran industria, estaba llamada a derrocar el poder burgués y la importancia de la teoría socialista científica para ello. Marx igualmente alabará este trabajo. Luego, es evidente el apoyo teórico de Engels en cada paso de El Capital. Sin embargo, hay quienes pretenden que en los tomos publicados de esta obra cumbre, tras la muerte de Marx, Engels lo tergiversa y hasta que no entendía de economía política porque se centró en otras áreas de estudio.
Entre los dos genios, existió un profundo acercamiento teórico y humano, una amistad que se considera ejemplar y excepcional, que llegó a demostrar el valor de la camaradería revolucionaria. Sin embargo, Engels insistió que es correcto llamar marxismo al socialismo científico y que “Marx estaba por encima de todos nosotros, veía mucho más allá y su mirada abarcaba más y lo dominaba todo con más rapidez que nadie”. Pero en términos históricos nadie puede reducir la importancia de Engels, su pensamiento y su accionar.
De hecho, con “La situación de la clase obrera” hay muchos que insistirán que se puso al comunismo con pies en la tierra. Tal vez esa es una de las características de su trabajo internacionalista. Tal vez es una de las razones por las que fue rápidamente reconocido como uno de los maestros del proletariado, para emplear el calificativo usado por Lenin y tantos otros.