Íntag: visión del paisaje ecológico y resistencia a la explotación minera

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Por Oswaldo Báez Tobar

Ecología del paisaje de la región de Íntag

Mis primeras imágenes de Íntag datan de la década de 1960, cuando el ingreso a esa región montañosa se lo hacía desde Otavalo, en camiones mixtos, de pasajeros y carga. El viaje era una verdadera travesía por carreteras estrechas y polvorientas para ascender por la vertiente interior de la cordillera occidental de los Andes; pronto aparecía la vegetación del sub páramo y del páramo en el lomo de la cordillera, luego venía el descenso por el bosque de neblina -cubierta por imponentes guarumos de copas plateadas- hacia valles, cañadas y cuchillas cubiertas de bosque montano siempre verde: este paisaje impresionante y sobrecogedor quedó grabado en mi retina y años más tarde fue racionalizado en mis estudios de ecología del Ecuador.

Concluido el viaje en camión venía lo más esperado: el viaje a caballo desde la última estación de Machetes ubicada entre el páramo y el bosque de neblina.  Desde Machetes se iniciaba un largo descenso hasta el río Azabí, para seguir por un sinuoso camino entre lechos de rocas y camellones hasta El Calvario o Plaza Gutiérrez; de ahí, cruzando riachuelos y puentes colgantes se llegaba a Apuela: el centro de confluencia de los caminos de herradura que conducen a Peñaherrera, Junín, Chalguayacu, Tolloíntag, García Moreno, ¨Peñas Blancas¨ (Selva Alegre), Cuellaje e Irubí.  

Íntag, era una zona montañosa poblada por colonos procedentes de la Sierra Norte del Ecuador, principalmente de Imbabura y Carchi que habían llegado en la década del 50 para trabajar en la extracción de madera de monte, agricultura de subsistencia que incluye el cultivo de maíz, frejol, café, cacao; naranja, plátano, papaya, naranjilla…, cabuya y caña de azúcar para obtener panela y aguardiente. Los primeros colonos de la zona de Íntag eran gente valiente y decidida al duro trabajo en la montaña, en terrenos escarpados, bajo el sol y la lluvia. Con hacha y machete desbrozaban el monte y preparaban el terreno para establecer pequeñas fincas, con cultivos y pastizales para la cría de ganado vacuno, caballar, porcino y de aves de corral.  Del intercambio de productos se encargaban los arrieros que con sus recuas de mulares sacaban los productos, y, a la vez, ingresaban con víveres y subsistencias.

Mis estudios de biología me permitieron interpretar los recorridos en términos del relieve, las formaciones vegetales y el paisaje ecológico del valle interandino, el páramo arbustivo, el páramo pajonal, el bosque de neblina, el bosque montano siempre verde; ríos de montaña de aguas frías y cristalinas que se abren entre grandes encañonados: los ríos Azabí, Apuela, Irubí… tributarios del Guayllabamba y el Esmeraldas. Íntag, se halla al sur de la cordillera de Toisán cerca de la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas, una de las más grandes y ricas en biodiversidad del país, pues forma parte de la biorregión del Chocó, una de las zonas con mayor precipitación anual y a la vez con mayor biodiversidad en el mundo.

Conservación de la naturaleza y la biodiversidad

Por mis funciones en la Fundación para la Conservación de la Naturaleza, Fundación Natura y en el Ministerio del Ambiente, años más tarde regresé a Íntag. Las condiciones ambientales y sociales eran diferentes al Íntag que conocí en mi juventud. Después de cuatro décadas era evidente la alteración de paisaje natural: a intervención humana había ampliado las superficies de cultivo y pastizales, las áreas de bosque nativo se hallaban a mayor altitud y estaban reducidos a pequeños remanentes los cuales guardan el testimonio de la extensa cubierta vegetal que se extendía sin interrupción desde la provincia de Esmeraldas, Imbabura y el noroccidente de Pichincha. (1)

Me impresionó gratamente la organización de los pobladores en defensa de la naturaleza ante el intento de abrir la zona a la minería de cobre, a la vez que las iniciativas de establecer cultivos orgánicos de café, para venderlo en grano seco, grano tostado o molido bajo normas de producción orgánica y comercialización a través de redes especializadas y certificación internacional, así como la producción de panela, y las iniciativas de turismo ecológico en predios privados cuyos propietarios habían asumido el compromiso de conservar áreas de bosque nativo para preservar la biodiversidad regional y atraer turistas nacionales y extranjeros.

Varios propietarios de fincas en el valle de Íntag se sumaron a las iniciativas de conservación al integrase a la Corporación de Bosques Privados del Ecuador, que surgió en el marco del Programa de Bosques Occidentales de Fundación Natura. El indicado programa comprendía un conjunto de actividades dirigidas a apoyar la conservación de los remanentes de bosques nativos de la región occidental del país, por lo que optaron por defender la biodiversidad y encontrar oportunidades de conservación y uso sustentable de sus recursos, a través del ecoturismo y los cultivos orgánicos…

Defensa de la naturaleza y resistencia a la minería

Cabe destacar el trabajo de las organizaciones de pobladores de Íntag, que por más de 20 años se mantienen firmes por la defensa de la naturaleza, pues en forma pacífica han resistido a las presiones de las compañías mineras. DECOIN, la principal organización de defensa y conservación ecológica de Íntag, viene impulsando con éxito iniciativas económicas alternativas a la minería; ha logrado mantener reservas hídricas y forestales que benefician a las comunidades, ha promovido iniciativas de producción agropecuaria y elaboración de productos con certificación orgánica, entre otras actividades.

Los medios de comunicación y las redes sociales dieron cuenta de las acciones desplegadas por las comunidades locales para impedir el ingreso de las empresas mineras y el inicio de la explotación minera que se ha pretendido imponer en la región. “Vivimos un estado de sitio en nuestra propia tierra” -afirman los pobladores de Íntag- y agregan: “Nos tildan de tirapiedras, de terroristas a quienes defendemos nuestra tierra, los ríos cristalinos, y nuestras comunidades.  No somos terroristas, somos campesinos que amamos la tierra y la trabajamos” – afirman reiteradamente-.

La prensa nacional informó que la Empresa Nacional Minera, ENAMI y la empresa chilena CODELCO recibieron el visto bueno de la autoridad ambiental para retomar las actividades de exploración avanzada en el proyecto Llurimagua, antes llamado Junín. Con la licencia ambiental las dos empresas emprendieron nuevas exploraciones, partiendo de los la información dejada las empresas que intentaron iniciar operaciones mineras a cielo abierto en la zona. El Ministerio del Ambiente aprobó también el estudio de impacto ambiental y el plan de manejo para la exploración avanzada.

Si bien el Ministerio del Ambiente sostiene que la exploración avanzada no genera impactos significativos al ambiente ya que consiste en estudios geológicos de los materiales obtenidos de perforaciones del suelo y que las empresas mineras deberán garantizar que se lleven a cabo los procesos de remediación ambiental, los pobladores locales organizados en la Asamblea de Unidad Cantonal de Cotacachi resolvieron resistir a la minería, por los daños que ocasiona, a la vez que objetaron el estudio de impacto ambiental porque tiene errores. (2) 

Se reafirmó el rechazo a la actividad minera por la población de Íntag, lo que es conocido en el ámbito nacional e internacional y ha motivado múltiples estudios sociológicos. Uno de ellos es el realizado recientemente por el Colectivo de Investigación y Acción Psicosocial Ecuador con el propósito de identificar, caracterizar y visualizar los impactos psicológicos y sociales que ha vivido la población en todo el proceso de resistencia a las empresas mineras y cuyo informe está contenido en el libro: “Íntag: una sociedad que la violencia no puede minar. Informe psicosocial de las afectaciones en Íntag por las empresas mineras y el Estado en el proyecto Llurimagua”. Aborda la experiencia de la población en la resistencia heroica a la minería y pone en evidencia los efectos mayores como son: “La destrucción del tejido social colectivo y solidario, control del “enemigo interno”, intimidación a la población en su conjunto, implantar la impunidad y transformar a la población”. (3)

Íntag, se ha convertido en símbolo de resistencia a la minería a gran escala y en ejemplo de defensa de la vida. Casos similares se registran en Pacto, noroccidente de Pichincha, en Mirador, provincia de Zamora Chinchipe, Balsapamba, provincia de Bolívar, La Tola, en Esmeraldas y otros. (La prensa internacional reporta el conflicto minero de Tía María, cerca de Arequipa, Perú, que ha provocado protestas sociales contra la empresa Southern Cooper del grupo México, enfrenta una fuerte oposición de pobladores locales y grupos ecologistas por la afectación causada por el uso del agua del río Tambo y los perjuicios a la agricultura). Todo esto confirma que la minería en áreas pobladas o cercanas a ellas provoca fuertes impactos ecológicos y sociales y graves conflictos socioambientales que ya han cobrado numerosas víctimas.

Los hechos vividos en el Ecuador y otros países de América Latina han reabierto el debate sobre el extractivismo de los recursos naturales que son una verdadera transfiguración de la naturaleza en dinero, una mercantilización de la naturaleza por el Estado rentista. La economía basada en la extracción de los recursos naturales es una espiral autodestructiva. (4)

Frente a esto las organizaciones de pobladores como las de Íntag y de otras localidades se han levantado en defensa del valor de la vida, reclaman por medios pacíficos hasta conseguir la moratoria de los proyectos extractivistas y a la vez ponen en práctica actividades alternativas como el ecoturismo comunitario, agricultura orgánica…, con lo cual demuestran que sí hay opciones viables frente al extractivismo.

La crítica al extractivismo -sustentada en elevados principios ético-políticos-, centra su mirada en la reproducción de la vida y sus ciclos en el más amplio sentido de la palabra; por una parte, busca desnudar al extractivismo mostrando sus límites y consecuencias (…) y, por otra, intenta visibilizar que no hay fórmula post-extractivista que valga (…) si se rehúsa a privilegiar la riqueza ontológica de la vida, los procesos ecológicos de producción de valor. (5)  En el marco de estos principios se inscribe la defensa de la naturaleza y de la vida de los pobladores de Íntag.

Revocatoria de la licencia ambiental y suspensión de la actividad minera

“Actividades mineras deben ser suspendidas en Íntag, proyecto Llurimagua”, “Duro revés para CODELCO en Ecuador” informan los medios nacionales e internacionales, a la vez que puntualizan la razón jurídica: El 29 de marzo de 2023 la Corte Provincial de Justicia de Imbabura decidió aceptar la última Acción de Protección interpuesta por comuneros aledaños al sector del proyecto minero de Llurimagua; por la existencia de vulneración de los derechos relativos a la protección de la naturaleza y consulta ambiental de las comunidades ubicadas en la zona de influencia del proyecto minero Llurimagua, por parte del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador.

La Corte Provincial de Justicia de Imbabura, en su resolución revocó la licencia ambiental y dispuso suspender toda actividad minera en la zona del cuestionado proyecto de ENAMI del Ecuador y CODELCO de Chile. La licencia ambiental ha sido concedida el 16 de diciembre de 2014 sobre la base del Estudio de Impacto Ambiental que se considera vulneratorio del derecho a ser consultados en temas ambientales y a la protección de la naturaleza. (6)  El derecho a la consulta ambiental consta en el artículo 398 de la Constitución aprobada en octubre de 2008. Por otra parte, está claramente señalado que la socialización no equivale a una consulta. (7)

Aporte de las ciencias biológicas

Científicos de varias disciplinas como la hidrología, herpetología, botánica y otras ramas de las ciencias biológicas han apoyado a las comunidades locales en la defensa de la naturaleza. Los investigadores han proporcionado los datos necesarios para demostrar que “en Intag hay un componente biológico que no puede pasar desapercibido”. La zona es reconocida por su alto valor para la conservación de la biodiversidad del Ecuador.

Los aportes de los científicos ecuatorianos han incidido en el proceso de resistencia antiminera en Intag, como ha expresado Gustavo Redín, abogado y presidente de la Coordinadora Ecuatoriana de organizaciones de Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente, al destacar que “El trabajo conjunto de los investigadores se reflejó en más de 30 amicus curiae provenientes de la ciencia” (8) que han sido determinantes en la sentencia de la Corte Provincial de Justicia de Imbabura. Este es un magnífico ejemplo de la convergencia de la biología pura con la aplicación de las normas legales vigentes.

Nota

  • La expresión latina “amicus curiae o amigo del tribunal es una figura legal que funciona como terceros interesados, ya sea para respaldar la tesis expuesta en cada caso o para negarla”.

Referencias

  1. Fundación Natura, 1995. Determinación de Áreas de Bosques Remanentes en la Región Occidental Ecuatoriana. Serie Estudios No.1, Quito, Ecuador.
  2. Diario El Comercio, 16 de enero de 2015.
  3. http://abyayalainternacional.wordpress.com/22/05/2015.
  4. Terán Mantovani, E. 2014. Desnudar el extractivismo: repensar el origen y destino de la riqueza.  http://.rebelion.org/noticia.php?id=186718. 15/06/2015.
  5. Terán Mantovani, E. 2015. El sentido comunal de la crítica al extractivismo.  Revista América Latina en Movimiento.

http://www.alaintet.org/es/articulo /169743/ 16/06/2015.

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