Por Raúl Yánez
Alfonso María Yánez Montero nació en un hogar humilde, en un cuartucho bajo la Iglesia de Santa Bárbara de la ciudad de Quito, un 8 de abril de 1941. Estudió la primaria en la Escuela El Cebollar, ubicado en el Barrio El Tejar, allí dio sus primeros pininos como orador, como alumno del sexto grado (hoy 7º Año), al dar el discurso ante la presencia del Presidente de la República de entonces, José María Velasco Ibarra en la Institución Educativa, nuestra madre siempre resaltaba ante una fotografía de la época que hablaba con su pantalón remendado.
Cuando sus padres por necesidad apremiante tuvieron que trasladarse a trabajar en la hacienda “la Merced”, de propiedad de la terrateniente Carolina Barba, tuvo que quedarse solo, estudiando al cuidado por su abuela materna, en vacaciones se dirigía a la hacienda y allí recorriendo Pesillo les conoció a la “Doñas” rebeldes de Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, que marcaría su derrotero como defensor de los sectores populares.
En las decenas de cambios de domicilio la familia llegó al Barrio San José de la Libertad, donde trabaron una amistad sincera y entrañable con la familia Álvarez Gallardo y allí en el parque barrial compartiendo con Washington Álvarez y demás familiares se proyectaría una amistad que llegaría hacia niveles ideológicos y políticos de izquierda.
Su sueño era ingresar como estudiante al Colegio Montúfar, no lo logró, sus padres le matricularon en el Normal Católico para seguir la carrera de maestro, allí volvió a compartir con Washito. Al graduarse viendo su capacidad lo atrajeron para que ejerza la docencia con amor y profesionalismo en la Escuela Febres Cordero y el Normal Cardenal de la Torre, allí concibió la idea de la organización de los maestros particulares que eran perjudicados en sus haberes, nació la Asociación de Profesores del Colegio y Alfonso fue elegido su Presidente y claro, como decían entonces, el ideólogo era Wasington Álvarez. Con ese ejemplo nacieron otras asociaciones en diferentes instituciones de la localidad, exigiendo mejoras salariales, como tal se afiliaron a la FTP, estableciendo relaciones con la clase obrera.
Posteriormente fue designado por concurso de oposición y merecimientos docente del Colegio Juan Pío Montúfar, al cual no pudo ingresar como estudiante, pero sí como docente, posteriormente fue docente de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central del Ecuador. Por sus méritos de líder innato fue designado Presidente de la UNE de Pichincha y la UNE Nacional, en plena dictadura militar, fue apresado y llevado a las mazmorra en una movilización del magisterio del sector sur de Quito. El pueblo ecuatoriano consideró un binomio presidencial con Jaime Hurtado González y el compañero Alfonso Yánez, por el Movimiento Popular Democrático, obteniendo un honroso cuarto puesto por sobre las candidaturas de la derecha En elecciones seccionales en el cantón Quito, resultó triunfador como Concejal de Quito, haciendo un trabajo importante con los barrios de la capital. Siendo Presidente de la Comisión de las Fiestas de Quito, reivindicó las figuras indígenas de Quitumbe y Rumiñahui. En el 2011 es obligado a jubilarse del Colegio Montúfar solamente con la pensión jubilar, faltando la jubilación adicional, una lucha constante de dos años contra el gobierno de Rafael Correa se alcanzó el restablecimiento de la jubilación adicional, ahorros de los maestros en el IESS desde 1964, allí nació la gloriosa Coordinadora de Maestros Jubilados. Alfonso Yánez fue elegido como Presidente de la Coordinadora en las Convenciones realizadas en Esmeraldas, Manabí, Chimborazo y Azuay. Bajo su dirección consecuente se deroga el Acuerdo 094, estableciéndose los Acuerdos 185 y 144. Se alcanza la Ley Interpretativa que determina el pago completo del incentivo jubilar para los maestros jubilados de los años 2008, 2009 y 2010. Se alcanza la derogatoria del anticonstitucional descuento para el pago de los décimos y mortuoria. El día sábado 18 de julio, Día del Jubilado, a las 21h30, nueve y media de la noche, se apagó la vida del compañero ALFONSO MARÍA YÁNEZ MONTERO, luego de haber luchado toda su vida hasta el último minuto, tenía 79 años, 3 meses y 10 días, estuvo asistido por sus hijos: Dieguito, Anita y Alfonsito en su partida al más allá. El Líder de los maestros jubilados, el líder de mil batallas nos deja una organización fuerte, respetada, con una pléyade de dirigentes nacionales y provinciales que vamos a tomar su bandera para exigir los derechos de los maestros jubilados y con su ejemplo, seguiremos firmes, de pie, no de rodillas. Responsabilizamos a los gobiernos indolentes, criminales de Correa y Moreno y su Ministro de Finanzas, Richard Martínez, a los banqueros y grandes empresarios, quienes siguiendo los dictados del FMI, nos están dejando morir a los abuelos, porque en vez de atender a la vida, a la salud, a la alimentación de los adultos mayores y del pueblo, prefieren pagar la deuda externa e interna, inmoral, ilegítima, repartirse hospitales, carnés, negociar con la vida de los ecuatorianos. Su legado pervive y pervivirá en los corazones rotos de nuestro pueblo. Sepan que solo muero si ustedes van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero.Paz en la tumba del compañero Alfonso, líder de mil batallas. Hasta siempre no te olvidaremos.