Por Remo Cornejo Luque
El 13 de abril se realizará la segunda vuelta electoral, escenario que brotó de la polarización política promovida por el poder económico y gubernamental, el accionar de los grandes medios de comunicación y las dantescas empresas electorales, y que puso a los mismos finalistas que actuaron en el balotaje de 2023.
Otra vez se confrontan la derecha tradicional neoliberal y la derecha del siglo XXI autodenominado progresismo; es decir, el liderazgo servil fondomonetarista de Noboa versus el liderazgo entontecedor de la década robada de Correa. Tanto Noboa como el títere de Correa representan los intereses económicos, políticos y sociales de los diversos grupos económicos que son parte de la gran burguesía (ricos, poderosos y corruptos) que han gobernado y gobiernan el Ecuador.
Ninguno de los dos finalistas representa los intereses de los trabajadores, campesinos e indígenas, maestros, estudiantes y pueblo en general. El período de año y medio de gobierno de Noboa ya evidenció su compromiso y entreguismo al capital de los monopolios extranjeros y al FMI, fue claro su interés por la explotación indiscriminada de los recursos mineros y petroleros, favorecer a su familia y círculo cercano, reprimiendo y afectando los derechos laborales. Estas mismas políticas fueron ya aplicadas por el correísmo en sus 10 años de gobierno, cuyos niveles altos de corrupción, dejaron lastimada la memoria y economía fiscal y popular. Los máximos exponentes del correísmo nefasto están presos o prófugos de la justicia ecuatoriana.
Nos encontramos, entonces, frente a dos actores, a dos polos trabajados, a dos partidos políticos que ya tuvieron oportunidad de ser gobierno, que tuvieron en sus manos la seria posibilidad de resolver los acuciantes problemas y necesidades de la población ecuatoriana, y lamentablemente no lo hicieron.
Insisto, cuando fueron gobiernos no resolvieron lo más urgente y sentido del pueblo porque no gobernaron para el pueblo sino que gobernaron para sus amigos y propios oligarcas, para nuestros verdugos; así que no me vengan con el cuento que con el uno gana la democracia y con el otro gana el neoliberalismo y el fascismo, ambos son de la misma argolla de explotación y represión contra el pueblo. ¡Ambos son CÁNCER y SIDA, ambos son MUERTE para la libertad, el progreso, el desarrollo, la justicia y la igualdad social!
Hay que entender que lo que se avecina es un panorama sombrío, de crisis en todo orden, que seguirá marcando la vida de la población. Por lo tanto, el camino coherente y consecuente que le queda a los trabajadores, campesinos y pueblo consciente, es rechazar estas candidaturas burguesas; y prepararse para la resistencia popular, por el derecho a la vida, al trabajo, a la salud, a la seguridad ciudadana, contra cualesquiera que gane las elecciones.