Por Remo Cornejo Luque
Las encuestadoras privadas y los grandes medios de comunicación al servicio del gran capital, desde que se oficializó la presencia de 16 binomios presidenciales, han trabajado por posicionar en la mente ciudadana de que solo existen dos opciones: la opción del anticorreísmo expresa en el presidente Noboa y la opción de correísmo expresada en Luisa.
El debate vicepresidencial primero y luego el presidencial, coadyuvó para que el 60% de los indecisos vaya tomando posición y para contrarrestar la mentira manipulada de que el solio presidencial se definirá igual al balotaje del 2023.
Lo cierto es que el tablero electoral sí se movió, aunque digan lo contrario los mercaderes de los procesos electorales. Alrededor de 9 millones de personas vieron, analizaron y sacaron sus propias conclusiones, es más, diría, muchas personas empezaron a sacarse las «anteojeras» y tomar posición. El debate presidencial fue la clave.
Nadie puede negar que en el primer bloque el que destacó, en propuestas programáticas desde la óptica de los trabajadores, maestros, campesinos y pueblos, y el único que interpeló y le tomó la lección al gobierno, fue el profe Jorge Escala. En el segundo bloque quien canalizó, principalmente, la corriente anticorreísta, con propuestas programáticas no muy claras, fue Andrea González. Daniel Noboa y Luisa González, no descollaron en el debate, fueron golpeados. La derecha expresada en varias candidaturas no salió airosa con sus propuestas de querer vender el patrimonio nacional a las fauces del gran capital nacional e internacional.
El post debate sigue generando el debate abajo, en los diversos sectores sociales, y va perfilando el aparecimiento del outsider que reclama el Ecuador de hoy para dejar el pasado corrupto e inútil de los que ya han gobernado. El tiempo de Noboa y de Correa llega a su fin. Ojalá el CNE, que lleva 6 años bajo las mismas manos cuya presidenta vendió principios y raíces, no les favorezca y no se le ocurra alguna travesura como la que ocurrió en el 2021. Hay que estar alertas y defender resultados en las juntas electorales.
¡Es la hora del pueblo!