Por: Peky Andino
– Sus candidatos reprodujeron los errores de sus líderes costeños quienes saltan entre el liberalismo, el populismo y el conservadurismo y que han dado prueba de desconocimiento de la realidad quiteña, especialmente a la hora de pactar con representantes, aliados o hijos de los sectores pro coloniales que en el siglo XXI no tienen ninguna empatía ni posibilidad política con las mayorías.
-Se dicen liberales pero creen y defienden políticas eclesiásticas y se asustan de los derechos civiles contemporáneos, como los derechos reproductivos y sexuales. Sin el ejercicio de ellos es imposible construir una propuesta liberal.
Lo más patético es que coinciden en esos temas con su gran bestia negra, el líder del gobierno anterior
-No tienen un proyecto de ciudad que empatice con las mayorías. Tan solo reproducen los proyectos de los grupos de poder que han convertido a Quito en una colmena inmobiliaria y en una ciudad con una economía orientada hacia esos grupos, lo que ha provocado un sensible deterioro en la calidad de vida y una franca segmentación.
-Políticos que hablan de emprendimiento como la solución a todo, desde la basura hasta la movilidad porque no saben que en el sur y en el norte extremo el emprendimiento en mucho de los casos se reduce a sobrevivir a la violencia y a una economía de zonas pauperizadas.
Y vamos a ver, y digámoslo de una vez por todas, el emprendimiento es una opción en una economía liberal que tiene reglas simples y claras para emprender y oportunidades de educación y crédito no en una economía monopolista en la que cualquier tipo de emprendimiento se topa con sus grandes fortalezas coloniales.
-Creer que la ciudad se define en los 140 caracteres de Twitter, y no en la calle como se definió. Los candidatos de la derecha bipolar fueron un gran fracaso comunicando a una de las generaciones más tecnológicas de la historias el país, precisamente sus propuestas tecnológicas. Jóvenes candidatos que además no entendieron jamás el mundo real. A veces creo que en esta ciudad la universidad pública está divorciada del tiempo y la privada de la realidad.
-El sector tuvo varios candidatos lo que demuestra su incapacidad estratégica y de llegar a consensos, requisito fundamental para ganar y administrar una ciudad diversa y compleja; y,
-Los candidatos de la clase media y alta, no pudieron desmarcarse del estereotipo de Rodas. De alguna manera el elector trasladaba los contenidos y formas del alcalde fallido a todos los candidatos de la derecha light quiteña cuyo paso por el Cabildo deja una secuela crítica y a la ciudad en terapia intensiva porque el actual alcalde llegó al poder local con todos los atributos que exige de sus candidatos la clase media: emprendedor, joven, educado, estéticamente dentro de los moldes de las matronas de la clase media, y se morirá políticamente como eso, como el último e inútil alcalde de los sectores propietarios.
Finalmente, y después de mucho, esta ciudad empieza en el Sur, en ese espacio geográfico, social y cultural del país real que los niñatos no entendieron ni entenderán sino dentro del asistencialismo y el exotismo que entendían sus abuelos y padres.