Por Ramiro Vinueza P.
Fueron tres hermanas, Minerva (12 de marzo 1924- 1960) Patria (27 febrero 1924-1960) y María Teresa Mirabal (15 de octubre 1936-1960) nacidas en Ojo de Agua, Salcedo, República Dominicana. Fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960, por orden del dictador Rafael Leonidas Trujillo que ejerció el poder desde 1930 hasta el día de su ajusticiamiento en 1961.
El asesinato de las Minerva, Patria y Antonia Mirabal, constituyó uno de los acontecimientos más infames de violencia contra las mujeres. Los asesinos, miembros de la policía secreta de Trujillo, usaron garrotes para terminar con la vida de las tres hermanas, y Rufino de la Cruz, compañero del movimiento que conducía el auto y pretendieron hacer pasar por un accidente de tránsito. Esto no sucedió y la notica desató una ola de repudio e indignación y marcó el inicio del fin del dictador. Seis meses después el dictador Trujillo fue ajusticiado.
Trujillo ocupó el poder de Republica Dominicana, desde el 23 de febrero de 1930 hasta 1961, fue una de las dictaduras más crueles de Latinoamérica. Según los datos del Museo de la Resistencia de Santo Domingo RD, durante su dictadura se exterminó 50 mil dominicanos, 5% de la población, un 15% fue víctima directa de torturas, secuestros, abusos sexuales, exilio forzoso, incautación de bienes y acoso; y otro 75% padeció el terror y el miedo impuesto. Usó al ejército para imponer su dominio, el asesinato, tortura, las amenazas, pero además formó una banda terrorista llamada “La 42” encargada de perseguir y asesinar a sus opositores e imponer miedo.
El dictador Trujillo, fue conocido como un miserable degenerado, utilizó su poder para presionar a las familias para la obtención de favores sexuales de las mujeres jóvenes y bellas, negarse era correr el riesgo de que se les incautara los bienes materiales o se les declare enemigas y sean perseguidas. Toda esta política de terror y abusos tuvieron el respaldo de EEUU.
¿Por qué asesinaron a “Las Mariposas”?
El 14 de junio de 1959 un grupo de dominicanos en el exilio, con apoyo del gobierno cubano, ingresaron al país con el afán de derrocar al régimen de Trujillo. No pudieron cumplir ese propósito, pero continuaron organizando a los jóvenes intelectuales y otros opositores conformando el Movimiento 14 de junio, (14J) en homenaje a los que cayeron en esa fecha. El movimiento logró la adhesión de unas seis mil personas, entre ellas representantes de la iglesia, funcionarios públicos y personalidades destacadas de la sociedad dominicana. En 1960 el tirano desató una represión generalizada y las cárceles se llenaron de centenares de presos políticos y opositores pertenecientes a todas las clases sociales. Muchos fueron asesinados. entre ellos las hermanas Mirabal.
Las hermanas Mirabal, fueron hijas de un hombre de negocios, pero tuvieron posiciones antidictatoriales. Minerva Mirabal, había pertenecido desde la adolescencia a grupos como ‘Juventud Democrática’, cuyos miembros fueron asesinados, encarcelados o exiliados. En 1959 Minerva lidera una célula del Movimiento “14J” junto a su compañero Manolo Tavárez. Tanto Minerva como su hermana María Teresa sufrieron torturas y violaciones y fueron encarceladas, pero nunca cesaron en su empeño por luchar por la democracia. Su hermana mayor, Patria, les prestaba apoyo.
En mayo de 1960, Minerva, María Teresa, sus dos maridos, el marido de Patria y la mayoría de activistas del 14J fueron juzgados por supuesto delito contra la seguridad nacional. Se les condenó a más de tres años de cárcel, pero como «gesto» ante las presiones internacionales, las dos hermanas pasaron a arresto domiciliario. Ellas tenían permiso para salir dos veces a la semana: El domingo a misa y un día a ver a los esposos.
En noviembre los esposos fueron trasladados a la cárcel de Puerto Plata, quedando más cerca de sus esposas. En esas circunstancias Trujillo planeó el asesinato de las tres hermanas emboscándolas en una solitaria carretera, cuando regresaban de visitar a sus esposos y militantes del movimiento revolucionario, Manolo Tavárez Justo, Leandro Guzmán y Pedro Gonzáles Cruz, que estaban presos en la cárcel de Puerto Plata.
Las tres hermanas Mirabal, brutalmente asesinadas cuyos cuerpos fueron arrojados a un precipicio, han pasado a la historia como “Las Mariposas”, era nombre o el seudónimo que usaban dentro de la organización 14J fueron: Mariposa 1, Minerva; Mariposa 2, María Teresa; y Mariposa 3, Patria.
En 1981 durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que se realizó en Bogotá, las mujeres asistentes, recordaron la lucha de las hermanas Mirabal, denunciaron las múltiples violencias que sufren en otros espacios, como los familiares, laborales, y también violaciones y acosos sexuales por parte del Estado, y proclamaron el 25 de noviembre como el Día Internacional de la No Violencia contra las mujeres, fecha a la que Naciones Unidas se sumó. El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor de las hermanas Mirabal, que se convirtieron en símbolo internacional de la resistencia de las mujeres contra la violencia.
La lucha de las mujeres en América Latina y el Ecuador continua, pues aún sufren y son víctimas de violencia intrafamiliar, de violaciones y de acoso sexual que van en aumento sobre todo en espacios educativos, que son víctimas de feminicidios. Pese a que hay algún avance en la denuncia y visibilización de esos problemas, las mujeres demandan respuestas del Estado y sus instituciones, acciones efectivas de justicia y reparación, dotar de los recursos económicos suficientes para cumplir su responsabilidad de construir políticas de prevención efectivas que garanticen la integridad de niñas, adolescentes y mujeres, ejerciendo su obligación constitucional de garantizar una vida libre de violencias.
Las mujeres continúan su resistencia y lucha contra el Estado capitalista y patriarcal, contra gobiernos que discriminan y niegan los derechos de las mujeres, trabajadoras, en su inmensa mayoría. Al igual que las hermanas Mirabal, así como los miles de mujeres que acuerpan las luchas de las niñas, adolescentes y mujeres víctimas de la violencia capitalista y machista en nuestro país y de muchas que lamentablemente no se encuentran, siguen inspirando y comprometen con más fuerza a continuar luchando por la emancipación social.
Fuentes:
Mujeres, Huellas, Mirada y Resistencia. Autora, Virtudes Álvarez. Ediciones La Gina. 2014. República Dominicana.
