Por Raúl Zibechi
Ahora que Estados Unidos ha conseguido buena parte de sus objetivos en Medio Oriente y tiene margen para ocuparse de otros continentes. Ahora que nadie puede poner en duda que Occidente ha creado y financiado grupos terroristas, como Al Qaeda. Cuando resulta evidente que entre los objetivos primordiales del capitalismo figura la destrucción de los estados nación, porque acumula más y mejor en situaciones caóticas. Ahora, debemos mirar a nuestro continente para reflexionar sobre lo que nos espera en los próximos años.
Vamos aprendiendo, también, que los llamados “geopolíticos” son apenas propagandistas, salvo excepciones, que se limitan a encubrir los objetivos de las potencias para las que trabajan. Esto nos impone pensar con nuestras propias cabezas, pero con los pies bien asentados en la tierra y en los territorios de nuestros pueblos. Tomar ideas prestadas es un mal camino para orientarnos en la tormenta.
Creo que Medio Oriente, así como Libia, Yemen y tantos otros países destruidos por la intervención “humanitaria” de los imperios, pueden servirnos de espejo para pensarnos hacia adelante. No porque vayamos a correr exactamente el mismo destino, sino para extraer enseñanzas que nos permitan anticipar lo que el capitalismo tiene previsto para nuestras geografías.
La primera es que pretenden la destrucción de los estados-nación, creación neocolonial de las burguesías criollas para seguir oprimiendo a los sectores populares cuando las metrópolis europeas ya no podían seguirlo haciendo. Tenemos un ejemplo bien cercano: Ecuador. Fue uno de los países menos turbulentos y más pacíficos de la región. En muy pocos años, se convirtió en un infierno para los de abajo. Apenas cae el sol, la población se encierra en sus casas, sin electricidad y con poca agua, porque salir a la calle es peligroso. La protesta social está silenciada y la militarización se convirtió en norma.
Necesitamos saber cómo lo hicieron. Incluyendo el abominable papel de los medios, que son capaces de convertir a un terrorista, por cuya cabeza EU ofrecían 10 millones de dólares, en un “rebelde moderado” o en un auténtico demócrata.
La segunda es que el capital y sus auxiliares (desde el Pentágono y los gobiernos, hasta el supuesto crimen organizado), cooperan para conseguir sus objetivos. Es evidente que no los anuncian ni los proclaman. Nadie dice “voy a destruir tu país”. Ocultan sus planes para realizarlos mejor. Por eso debemos interpretar sus intenciones por las tendencias que podemos observar. Sigo pensando que las ponencias del EZLN en el seminario.
“El pensamiento crítico en mayo de 2015 frente a la hidra capitalista”, y la disertación del subcomandante Marcos “¿Cuáles son las características fundamentales de la cuarta guerra mundial?”, son piezas centrales para comprender este mundo.
La tercera es que, en lo inmediato, el principal objetivo del capitalismo estadounidense en la región es frenar y revertir la presencia de China, para impedirle acceder a los bienes comunes del continente. Busca revertir la presencia de China en la región, plasmada en la reciente inauguración del puerto de Chancay en Perú. Del mismo modo que en Medio Oriente, están dispuestos a saltarse cualquier obstáculo legal o humanitario.