Por Patricio Camacho Z.
Pacazanews
Con premeditación, alevosía y ventaja, así actúa el gobierno contra el patrimonio Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ya que pretende buscar una salida neoliberal al problema del déficit fiscal y no duda en enviar a la quiebra al IESS; al no pagarle los intereses de la deuda, por el 40% de aporte para el pago de las pensiones de los jubilados y el pago de enfermedades catastróficas.
Para ello Lasso plantea eliminar intereses de la deuda del Estado con el IESS; esto se llama remisión; y es la figura que ha utilizado el Estado, para perdonar las deudas de los poderosos. Y, en segundo lugar, propone que el Estado sólo aporte con el 33% del gasto en las atenciones de enfermedades catastróficas de afiliados y jubilados del IESS.
El gobierno, “sin sangre en la cara”, con todo cinismo dice: “no hay una definición clara para que el Estado pueda cumplir con lo que dispone la Ley”. Y en relación a que el Estado pague para atención de las enfermedades catastróficas; el banquero Lasso, se atreve a interpretar la Constitución, lo que únicamente puede hacerlo la Asamblea Nacional, diciendo que: “se puede interpretar muchas cosas; es decir, que el aporte del Estado puede ser del 5%, del 30%, del 70%”.
La argucia del gobierno, llega a lo inaudito; por ejemplo, el Estado, mayor moroso del IESS, le obliga al Instituto a someterse a una auditoria y se venía dilatando el resultado de ella, hasta llegar a la “solución Lasso”, que se colige de sus propias palabras: “cómo puedo pactar la forma de pagar, si me ponen una especie de multa por no pagar al día siguiente…» ¡Miserable¡, con este juego de palabras, pone en riesgo nuestras vidas, las jubilaciones y salud. La razón de todo estas argucias y leguleyadas neoliberales, esconden lo central: eludir el pago de las obligaciones al IESS y condonar estos valores.
Su cinismo mayúsculo, se manifiesta en la respuesta de Daniel Lemus, viceministro de Finanzas “ese valor de los intereses no está establecido en el Presupuesto General del Estado ni en ninguna parte”; además propone que «ese cálculo sea sobre el presupuesto efectivamente gastado o ejecutado (..) porque el presupuesto ejecutado es el que mide la real capacidad de ejecución de las entidades públicas”. Pero no queda allí la miseria humana del gobierno, que pretende chantajear a la opinión pública, culpando a la población por negarle explotar el Yasuní, y la castiga con este “paquetazo neoliberal”; además le atemoriza ante una falta de recursos para enfrentar los efectos del fenómeno de El Niño.
Por ellos es necesario llamar a la más amplia unidad de los sectores democráticos, progresistas, de izquierda, populares, organizaciones sociales, políticas y a todos los que miran en estas acciones contra los intereses del pueblo; como expresión de los últimos coletazos del nefasto banquero, haciendo el “trabajo sucio” neoliberal, tratando de hacer el mayor daño a millones de ecuatorianos y sacar la mayores ganancias para su grupo.