Por Jaime Chuchuca Serrano
Xavier Milei, de Libertad Avanza, quien ganó recientemente las primarias en Argentina con el 30,04%, ha catalogado a todos los servicios públicos de “socialismo”. Las propuestas del candidato se pueden resumir en privatizar la obra pública; quitar los subsidios a la población y otorgarlos a los empresarios; privatizar las empresas públicas, seguridad social, educación y salud; eliminar las pensiones altas y la obligatoriedad de la educación; permitir la compraventa de armas y de órganos; dolarizar la Argentina y “quemar el Banco Central”; achicar el Estado y liberar el mercado, entre otras.
El discurso neoliberal que ha compuesto Javier Milei, contradictoriamente, está cargado de recursos de protesta. Milei se ha vestido de rockstar. Este personaje dice combatir a las “castas políticas”, pidiendo entregar el capital del Estado al sector privado, aunque sean otras castas. Ha reunido el discurso de rebeldía atrás de las propuestas de una extrema derecha. El “peluca Milei” califica a sus seguidores de “leones” que enfrentan “parásitos” y “choros”. Aunque Milei se denomina “libertario” y “anarquista de mercado”, de la Escuela Austríaca de economía, algunos lo han tildado de populista autoritario de derecha.
El principal blanco político de Milei es el peronismo-kirschnerista, que sacó a un candidato neoliberal como Sergio Massa (21,40%), actual Ministro de Economía, en una de las peores épocas de inflación. Patricia Bullrich (16,98%) superó en las primarias a Horacio Rodríguez Larreta (11,30 %), del partido Juntos por el Cambio de Macri. Estos dos últimos, sumados a Milei y Massa, muestran como el tablero político de la Argentina viró a la derecha. Milei, siendo economista, aprovecha los tecnicismos para decir que recortará el Estado, pero como todo neoliberalismo, contradictoriamente, utiliza el mismo Estado para hacerlo.
Milei está en la misma línea exótica de derechas que Donald Trump y Jair Bolsonaro. El candidato argentino ha cobrado por plazas en su partido hasta por 10 mil dólares. Curiosamente, Milei pone como ejemplo la dolarización de Ecuador, que, según él, ha multiplicado los ingresos individuales por diez, lo cual raya en la falsedad. Aunque Milei ni siquiera ha ganado las elecciones presidenciales, ya se ha reunido con el FMI. En declaraciones últimas, ha dicho que romperá relaciones con Brasil, Chile, Bolivia y otros porque “no pacta con comunistas”. Milei es la representación de la charlatanería, el autoritarismo y la irracionalidad política cercana a la locura.