Por Lincon Meza Estrada
A la memoria de Jaime Hurtado
Un febrero diecisiete
llenó las calles de quito
de un poderoso grito
de un caballero ¡Un jinete!,
un luchador, un valiente,
un gran hombre, ¡un proletario!
Se detuvo el calendario,
la historia toma otro rumbo
el país de tumbo en tumbo
perdió a un hijo predilecto,
¡el que habla hoy… y no mañana!
El sol mira en la ventana,
sintiendo algo de impotencia
pero teniendo conciencia
que no se apaga su voz,
su voz de fuego encendido
en las calles y en las plazas,
miran desde las terrazas
con esperanza los pobres,
los ricos tiemblan de miedo
inventando cualquier credo
para mandarlo al silencio
que ni hoy ni mañana
cerrará los labios del obrero,
del campesino, del estudiante,
del joven combatiente, del pionero.
Llorando el cielo de Quito
en el fatídico febrero
Repitió a viva voz la enseñanza
“En la lucha del pueblo… ¡Nadie se cansa!”
17-02-23