No debe haber confusión. Ni Trump, ni Zelenski ni Putin

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Por: Manuel Salazar / República Dominicana

Lo primero es dejar sentado que la OTAN y la condición de títere de Zelenski y la oligarquía de Ucrania, dieron los motivos a Putin para la invasión militar. Desde el 2014 la OTAN inició un proceso para cercar militarmente a Rusia y esta tuvo que responder.

Putin respondió a la amenaza que constituye la presencia de la OTAN tan cerca de sus fronteras.

Intervino militarmente el territorio de un país, y un hecho como ese jamás ha sido apoyado por Izquierda alguna en tiempo y región algunos.

En absoluto. Cualesquiera que sean las razones que se invoquen, es inadmisible la intervención militar de un país a otro. Apoyarla sería «afilar cuchillo para la propia garganta». Porque cuando se vuelva contra el propio país, cosa posible en tiempos de la hegemonía del imperialismo, entonces no habrá moral para rechazarla.

Los dominicanos que hemos sido víctima de dos intervenciones yanquis, no podemos admitir algo así.

El PCD dio una muestra de responsabilidad histórica cuando en 1968 rechazó la invasión de la URSS a Checoslovaquia. Y lo hizo en un documento público memorable, por la posición política y la corrección literaria.

Esa intervención fue rechazada aún y cuando se hizo en nombre del socialismo.

No. Definitivamente no. La intervención militar de un país a otro no es de aceptar. Mejor dicho: debe ser rechazada.

Hoy, Ucrania, dirigida por Zelenski y una oligarquía lacaya, con ADN facistoide, es el centro de un propósito imperialista. Trump dice querer terminar la guerra, pero quiere que el imperialismo yanqui controle lo recursos minerales de ese país. Y Zelenski no lo objeta, porque es la expresión de la oligarquía pro occidente. Pide garantías militares por parte de los Estados Unidos.

Estados Unidos- Trump no le da ninguna garantía militar, porque quiere una alianza con Rusia- Putin, pensando en contener a China que es su verdadero blanco.

Ucrania es una frontera principal en Eurasia. Y esta región siempre ha sido clave en la geopolítica, y ahora lo, es más, cuando se está dando un reordenamiento de fuerzas mundiales, la hegemonía nortemericana y de occidente pierde fuerza, y se fortalece Oriente con China a la cabeza. 

Poner distancia entre Rusia y China ha sido estrategia norteamericana desde Nixon y Kissinger, y ahora es más apremiante.

No debe haber confusión. Putin es expresión de una oligarquía ultranacionalista, y es desde esa pertenecía que hace oposición a la OTAN, lo que a revolucionarios dominicanos nos resulta simpático, porque es un enfrentamiento al imperialismo yanqui, nuestro principal enemigo externo.

Zelenski, es la expresión de la oligarquía ucraniana, de ADN facistoide, alcahuete del capital de occidente.

Trump es la cara fascista de la burguesía y el imperialismo yanqui,  en tiempos en que se desmorona su hegemonía. Se hace el loco, pero no  es loco.

Y así, frente al conflicto en UCRANIA, el reclamo muy simple debe y tiene que ser: no a la OTAN, si a la paz, no a la guerra.

Los trabajadores y pueblos son víctimas de esa guerra, y no pueden tomar partido por ninguno de los bandos.

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