Por Jaime Chuchuca Serrano
Algunos economistas, han coincidido en llamar recesión a la caída del PIB en dos trimestres consecutivos; además, de la caída en las actividades económicas. En estos meses, en el país ha aumentado el desempleo: según el IESS, hay 40 mil desafiliados más; el empleo adecuado bajo de 35,5% (último trimestre de 2023), a 34,3% (primer trimestre de 2024); también el desempleo pasó de 3,5 a 3,96%. Entre abril de 2023 y el mismo mes de 2024: el empleo adecuado bajó de 35,2, a 33,6%; y la canasta básica pasó de 767,31 a 797,69 dólares. Así también incrementó el trabajo no remunerado en más de 50 mil personas. Los avisos de cierres de la General Motors y varias empresas conexas, ante la competencia con China, hablan de la disminución de la producción industrial. La inflación mensual de abril es la más alta de los últimos 9 años, pasó de 1,66 a 2,75%. Aunque con la subida del IVA al 15%, el gobierno esperaba tener una recaudación de 109 millones más por mes, en abril apenas fue de 58,1 millones. Una mayor carga impositiva es menos recursos en el bolsillo de los ecuatorianos, y menos recaudación fiscal, por la evasión.
La Inversión Extranjera Directa no se ha recuperado del descalabro, pasó de 845 millones en 2022 a 372 millones en 2023 y en 2024 sigue el mismo ritmo. Con el nuevo acuerdo firmado con el FMI, la deuda crecerá en 4 mil millones, y condiciona a quitar los subsidios para las gasolinas, subir los años para la jubilación y privatizaciones. Los créditos otorgados por el FMI son deuda para pagar deuda anterior y van a las reservas internacionales, legalmente no deben usarse en gastos permanentes (Art. 126, Código de Planificación y Finanzas Públicas) obras, pago de proveedores, servicios básicos, ni remuneraciones. El PIB creció en 2023, en 2,4%; para el 2024, el FMI señala que se llegará al 0,1%. Sin embargo, por cómo van las cifras, el número puede ser negativo.
De modo estructural, después de la pandemia, entre 2021 y 2023, no se puede considerar que el país haya estado en recesión. Sin embargo, las políticas fiscales tomadas por los gobiernos, incluido el actual, han actuado para el desequilibrio económico. El 2024 es un año de riesgo. Las guerras y la pandemia también han alterado el precio de las materias primas. La subida del precio del barril de petróleo, no ha podido ser aprovechado por el país debido a las mafias internas. Para mitigar la recesión, se pueden reducir las tasas de interés para incentivar los créditos, la producción y el consumo; se puede aumentar el gasto público y reducir los impuestos para tener más demanda agregada. Como sabemos, el gobierno ha actuado al revés. La reserva en la que se mantienen las cuentas públicas es sorprendente.
Mayo de 2024