Por Ramiro Beltrán*
Concentrar las compras de medicamentos por millones de dólares en una sola dependencia, sin respetar la desconcentración administrativa, es la propuesta de Edgar Lama, que llega a ser presidente del Consejo Superior con grados de turbiedad, además de muestras de incapacidad administrativa, abriendo múltiples espacios para la opacidad y la corrupción. Aquí se destacan los principales elementos problemáticos:
La adquisición de medicamentos, declarada por el presidente del Consejo Directivo, debe regirse por principios de transparencia, eficiencia, equidad y acceso oportuno. Sin embargo, la declaración realizada por Édgar Lama, para la centralización de las compras de medicamentos en una sola dependencia, como solución a la crisis de medicinas, genera serios cuestionamientos éticos, técnicos y jurídicos, al concentrar decisiones claves sin contrapesos ni vigilancia suficiente.
La disposición para la concentración de compras millonariascontraviene los principios de desconcentración administrativa consagrados en la gestión pública moderna, debilitando la eficiencia y abriendo espacio a prácticas cuestionables, además es el Consejo Directivo en pleno quien debe cambiar esta forma de decisión política – administrativa, por los valores económicos de esta millonaria compra, más los acuerdos de gestión administrativa del director médico nacional, de los directores regionales y directores médicos regionales, de los miembros del directorio del B.I.E.S.S., de los miembros del directorio del Banco, lugar en el que Lama es el presidente. Todo fríamente calculado; resuelto el negocio de la compra y no la solución a la escasez de medicamentos, se sigue violentando el derecho a la salud por los que cotizan los afilados, e impidiendo la entrega de medicinas a los pacientes.
Qué elementos de opacidad pueden existir en esta decisión: Falta de transparencia en los procesos de licitación y adjudicación, información cerrada y controlada por una estructura reducida y limitación del control ciudadano y técnico descentralizado.
Posibles actos de corrupción facilitados por la centralización: Acuerdos con sobreprecio y colusión con proveedores preferenciales,adjudicaciones direccionadas y opacas, desvío de recursos a redes de corrupción, que las que existen y han sido identificadas al interior de los hospitales y la declaración injustificada de centralización para evitar compras locales, y uso clientelar político-partidista de la contratación pública.
Consecuencias negativas: Ineficiente distribución de medicamentos a nivel territorial, mayor desabastecimiento y crónico en los centros de salud, dependencia política de una estructura central sin rendición de cuentas, intercambio de contratos por apoyo político.
Lo que se debería hacer: 1. Implementar un sistema desconcentrado y articulado, que permita a las unidades de salud territoriales participar en la planificación y ejecución de compras. 2. Fortalecer los sistemas de veeduría ciudadana y auditoría técnica en todas las etapas del proceso. 3. Publicación obligatoria y en tiempo real de información sobre costos, proveedores y contratos, con lo que se evita la intromisión de actores inescrupulosos o mafias. 4. Establecer alertas tempranas de riesgo de corrupción mediante inteligencia institucional, y democratización de la información publicada en la página web del IESS. 5. Sancionar con firmeza los actos de corrupción en los procesos de compra de insumos médicos. 6. Que funcione auditoría interna para seguimiento de los procesos y contratación pública. 7. Debe intervenir Contraloría general del Estado.
Centralizar las compras públicas de medicamentos sin controles adecuados expone al seguro de salud a riesgos financieros, éticos y políticos. Es imperativo restablecer la desconcentración como principio rector de la administración pública, para garantizar el derecho a la salud y el uso correcto de los recursos públicos.
*Ramiro Beltrán, Miembro de la C.N.A. Miembro de la Comisión de Defensa de la Seguridad Social.