Por Patricio Camacho Z.
Las Manías, del griego antiguo Μανίαι, se les denomina a ciertas divinidades misteriosas de la mitología griega mitología griega que personificaban la locura y la demencia. Para muchos eran las mismas que las Euménides o benévolas, conocidas como con el eufemismo de Erinias; diosas de la venganza que persiguen a Orestes por la muerte de su madre Clitemnestra. Con estas figuras mitológicas hace 3000 años, ya los griegos graficaban esos recovecos del cerebro, en los que la realidad se confunde con el mundo imaginario, que para muchos se vuelve una realidad, llamada locura.
Este 10 de octubre, el mundo celebró que la salud mental como un derecho humano universal. El evento de este año representa el compromiso global para crear conciencia sobre la salud mental y defenderla como un derecho humano universal. La Organización Mundial de la Salud OMS y la regional, la Organización Panamericana de la Salud OPS; señalan que “todo el mundo debería tener derecho a vivir una vida con dignidad, equidad, igualdad y respeto, y esto incluye a las personas con problemas de salud mental”. Sin embargo, en la sub región de las Américas continúan persistiendo el estigma, la discriminación y las violaciones de este derecho humano. En muchos países de la América Latina, a menudo las personas con problemas de salud mental no tienen acceso a servicios de calidad; son sometidas a prácticas coercitivas, tratos inhumanos y, en algunos casos, abusos, incluso en entornos de atención de salud, donde deberían ser protegidas.
En Ecuador una data del problema se puede encontrar en las más de 600 mil atenciones en salud mental en el primer semestre de 2023; de enero a junio de 2023 a escala nacional, se atendieron 608.913 pacientes por diferentes diagnósticos. Los más comunes fueron por trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes, trastorno del desarrollo psicológico y epilepsia. En 2022 se atendió a un total de 1.099.703 pacientes y en 862.600 en el 2021; en prevención del suicidio, en 2023, el MSP dio 4.893 atenciones oportunas por lesiones auto inflingidas. Hay que señalar que, durante 2022, se realizaron 3.542 consultas relacionadas con suicidio de jóvenes. Otra modalidad de atención ejecutada es a través de la línea telefónica 171, opción 6, para asesoramiento psicológico e intervención en crisis.
Los entornos de trabajo seguros y saludables pueden actuar como un factor protector para la salud mental. Las condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras malas condiciones de trabajo, pueden plantear riesgos importantes que afecten la salud mental, la calidad de vida en general y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo. A este entorno se suma el familiar; que está en directa relación con el mundo de trabajo; con una PEA de 8 millones de personas y apenas 3 millones con empleo, que no le alcanza ni para la Canasta de la Pobreza; este cuadro se vuelve un peligroso coctel, sumado a una ola nunca antes vista de inseguridad, acrecentada hoy con los apagones de hasta 10 horas diarias.
En este 2024, el Municipio de Quito difundió la primera encuesta distrital sobre el tema; el resultado: 1 de cada 4 habitantes consideró tener algún problema de salud mental. En la categoría de intentos autolíticos,1 de cada 4 personas presentó pensamientos suicidas. En menos de 24 horas, en este abril, dos hombres saltaron del puente sobre el río Chiche. Depresión y ansiedad son dos cuadros latentes, con orígenes en la violencia intrafamiliar, de género, falta de empleo, entre otras situaciones. La principal causa de estrés para la mitad de la población encuestada es la situación económica y laboral, seguida por presiones por la falta de tiempo y las relaciones interpersonales.
Los problemas de salud mental tienen un impacto directo en los lugares de trabajo al aumentar el ausentismo, reducir la productividad y aumentar los costos de la atención médica; para ése 37,5 % de la PEA que apenas tiene empleo, en Ecuador, y que por los apagones está en peligro de perderse más plaza de trabajo. Sin embargo, el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental persisten como barreras para abordar la salud mental en el lugar de trabajo. Con el 60% de la población mundial trabajando, se necesitan medidas urgentes para garantizar que el trabajo evite los riesgos y proteja y apoye la salud mental en el sitio de labores. Los empleadores y los compañeros, pueden ser agentes de cambio, al combatir el estigma y fomentar el debate abierto sobre la salud mental. También pueden aprender a identificar los signos de problemas comunes de salud mental, como la depresión; dato que coincide con lo señalado por los registros del DMQ.
Por ello podemos decir que las Erinias, siempre estarán rondando la mente de nuestros seres amados, queridos y estimados; éste es un ámbito intimo personal; pero la suma de todos estos problemas ya se vuelve una esquizofrenia social y las causas son estructurales; a todas debemos atenderlas.