Sin docentes, los cambios educativos no son posibles

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Por Prof. Stalin Vargas M.

Más de 20 reformas educativas se han implementado en el país, se diseñaron sin la participación democrática de docentes, estudiantes, padres de familia, universidades y los resultados de esa aplicación no se evaluaron.

Cada gobierno de turno lanza su propuesta, los tecnócratas del Ministerio de Educación piensan lo que debe ser la política educativa, el modelo educativo, lo que necesitan las escuelas y los docentes solo tienen que ejecutar lo que diseñaron los ¨planificadores¨. En definitiva, la reforma educativa ha sido y es pensada desde arriba y descienden a los docentes para que la apliquen, sin derecho a quejarse.

El Auditorio del Ministerio de Educación es el escenario para el lanzamiento de la reforma educativa, luego los docentes deben descargar de la página web los contenidos de la reforma, después se dispone que en la institución educativa se aplique el nuevo currículo, eso sí, con “creatividad”, teniendo en cuenta el contexto y la realidad de la escuela.

Se complementa esto con las tareas administrativas, la elaboración de informes, el envío de evidencias al Distrito Educativo, cumpliendo a rajatabla la normativa legal y encerrados en el aula y la escuela. El docente está más dedicado a la parte administrativa que a la pedagógica.

¿Puede así, una reforma educativa tener los resultados esperados?, la respuesta es NO.

La reforma educativa debe tener la participación activa de la comunidad educativa en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas educativas. Esto permitirá que el proyecto educativo institucional y la práctica pedagógica sea asumido como propio.

A esto debemos sumar que, para la aplicación de la reforma educativa, es necesario verdaderos procesos de capacitación para el magisterio, los mismos deben apuntar a las verdaderas necesidades para el trabajo en el aula con los estudiantes, el uso de metodologías activas, el desarrollo del pensamiento crítico.

Mejorar las condiciones de trabajo del docente, en especial la infraestructura escolar, en donde las características del aula, el mobiliario que utilizan los estudiantes, el material didáctico, el acceso al uso de la tecnología, tienen mucha influencia en la labor docente.

Cumplir con la asignación presupuestaria del 6% del PIB que dispone la Constitución de la República del Ecuador y no recortar el presupuesto con el pretexto del déficit fiscal o buscar que alguien apadrine la institución educativa para que ayude en algo a las necesidades materiales.

La revalorización docente, expresada en un sueldo digno y el reconocimiento de la sociedad por su labor, culpar solo a los docentes de los problemas educativos contribuye a desvalorizar a los docentes.  

Una verdadera evaluación de la aplicación de la reforma educativa, dentro y fuera de la escuela; de esto no puede estar excluido el Ministerio de Educación y sus funcionarios. No basta con decir mi gobierno se preocupa por la educación y por eso planteamos un nuevo modelo educativo.  

Un elemento clave para mejorar la educación, es la vinculación de los docentes a la vida política y social del país, en su trabajo cotidiano, en su labor diaria, esto permitirá avanzar en la lucha por una educación emancipadora, una educación digna en derechos.

El gobierno debe entender que la educación es una prioridad, que no puede seguir debilitando el prestigio y valoración social de la profesión docente, que las maestras y maestros no solo están para implementar el currículo elaborado por los técnicos del Ministerio de Educación.

Si el gobierno actual piensa en mejorar la educación, la participación del magisterio es fundamental, hay experiencias positivas en ese camino.  

EX PRESIDENTE UNE NACIONAL

Quito, 25 de febrero 2 024

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