Por Rafael Riofrío Tacuri / Loja
Con la convicción firme de mis principios y como defensor de la educación y de las causas populares, he podido ver y palpar en estos tiempos como el gobierno capitalista es incapaz de solucionar la problemática sanitaria y social, en medio de la pandemia intenta esconder con dádivas las desgracias sociales que agravan las condiciones de vida, negando empleo digno, acceso a la salud y a la educación en la forma que el propio gobierno impone.
No cabe duda que el sistema y la estructura del gobierno nos muestra el poco respeto a los principios elementales de la convivencia humana, la democracia y la ciudadanía. Confirmándose que la brecha de la pobreza es un desafío social a vencer, para evitar que los sectores vulnerables a esta crisis se hundan más en la miseria, como las amas de casa jefas de hogar, los trabajadores informales, trabajadoras domésticas, personas adultas mayores, población rural, personas con discapacidad, niñas, niños, adolescentes y migrantes que mendigan en las calles.
Desde la óptica de docente, observo que de la noche a la mañana se masificó la educación virtual y una serie de propuestas educativas digitales, en principio no como un apoyo pedagógico para mejorar los aprendizajes, sino en oposición a la presencialidad, para denostar e incluso para prescindir del profesorado, lo cual por supuesto está asociado a una oculta forma de privatización, mercantilización y exclusión de la educación.
En cuanto al regreso a las aulas, los profesores hemos dicho que sí. Pero hay que considerar que esto es un grave dilema, por un lado, en las condiciones actuales del rebrote de la pandemia aumentaría la probabilidad de contagio de niños, jóvenes y adultos. Mientras que, al mantenerse cerradas las escuelas, los índices de rezago y exclusión escolar aumentarían porque los factores económicos se imponen a las pretensiones del Ministerio de Educación y a las recomendaciones del COE.
Si la capacidad financiera del gobierno al igual que la economía familiar de los sectores populares están a punto de colapsar, me pregunto ¿cuáles son los escenarios inmediatos y de futuro que se proyectan y qué medidas tomará el gobierno para evitar que la peligrosa pandemia social, la de la pobreza, se generalice? ¿Acaso esperar a la solución que han planteado los candidatos de la década robada y de la derecha banquera? O tendríamos que reflexionar sobre la oportunidad de fortalecer y potenciar las candidaturas de Johana Granda para Asambleísta Provincial, Geovanni Atarihuana para Asambleísta Nacional por Unidad Popular listas 2, y de Yaku Pérez para Presidente.
Finalmente, es el momento de palpar lo que se vive en las calles y forjar la unidad porque solo los candidatos que representan al pueblo podrán cambiar la historia de la vieja política y acabar con la corrupción.