Trabajo juvenil y desempleo

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Por Luis Aguirre

La juventud es uno de los sectores más golpeados por las constantes crisis económicas que se desarrollan en el capitalismo, antes y después de la pandemia, sufren la falta de empleo, de educación y salud, así como de espacios de recreación y cultura, es permanentemente satanizada y criticada por ser irreverente y rebelde, y busca ser cooptada por sectores retardatarios que tienen la intención de desmovilizarla, confundirla de su respectivo rol con la sociedad y alienarla culturalmente, pese a estos elementos la juventud resiste, se enfrenta de cara a las injusticias como pasó en el último paro nacional, y continúa en su búsqueda por transformar la realidad y la sociedad.

Como resultados de la pandemia COVID-19, se plantea que, “la pandemia ha perturbado gravemente las oportunidades educativas…, pérdidas de aprendizaje que afectan a las trayectorias de los alumnos a largo plazo, el cierre de escuelas, universidades y centros de formación profesional durante periodos prolongados en muchos países ha debilitado los resultados del aprendizaje de tal manera que tendrá consecuencias en cascada a largo plazo para el empleo.” (OIT, 2021).

No solo existen problemas para garantizar acceso a la educación, sino además, para garantizar una educación de calidad, “la pérdida de habilidades fundamentales en la lectura, la escritura y el cálculo, así como en otras materias, tendrá un efecto directo en todo el aprendizaje futuro de los estudiantes afectados y, por lo tanto, en su preparación para la vida y el trabajo (OIT, 2021).

Uno de los grandes problemas es la inserción en el mercado laboral de la juventud, la falta de empleo y de fuentes de ingreso, sumado a una situación compleja en seguridad que vive el país, ha generado que un sector juvenil sufra un proceso de descomposición, entregandose al ampa, al no tener alternativas de empleo y de educación.

Los gobiernos de turno, en campaña electoral, han intentado captar el voto juvenil con varias propuestas, “Mi primer empleo”, “Empleo Joven”, “Impulso Joven – componente emprendimiento”, entre otras, las cuales tienen un elemento en común, no funcionaron. Las alternativas actuales por parte del gobierno son enfocadas a la flexibilización laboral, sin tomar en cuenta los resultados a mediano y largo plazo.

Así lo plantea la Organización Internacional de Trabajo (OIT), “la pandemia mundial ha consolidado las tendencias preexistentes de empleo en línea de corta duración que ya eran relativamente frecuentes entre los jóvenes. Aunque este tipo de empleo ofrece algunas oportunidades a los jóvenes, también dificulta a largo plazo su integración en el trabajo decente. Dado que estos puestos suelen carecer de protección social, esto conlleva otros efectos a largo plazo para los jóvenes” (OIT, 2022, pag, 12).

Varias son las alternativas que existen para generar una verdadera inserción en el mercado laboral del sector juvenil, la reactivación de los sectores estratégicos, la industrialización, la modernización del campo, generan importantes fuentes de empleo, la OIT en su Informe V. Responder a la crisis y fomentar el desarrollo inclusivo y sostenible con una nueva generación de políticas integrales de empleo, del 2022, afirma que, “el impacto desmesuradamente negativo de la pandemia en los jóvenes se debe, en parte, a que algunos de los sectores más afectados, como el turismo, emplean a una gran proporción de jóvenes, sobre todo a mujeres…, es importante destacar que parte de la razón por la que los jóvenes se vieron gravemente afectados fue que se beneficiaron mucho menos de las medidas de respuesta fiscal concebidas para mitigar las pérdidas de empleo y de ingresos entre los trabajadores” (OIT, 2022, pag, 12).

Con respecto al país, de acuerdo con Arévalo, “el desempleo juvenil en abril de 2022 se ubica en una tasa de 9,3%; es decir que aproximadamente 209 mil jóvenes se encuentran desempleados en el país” (Arevalo, 2022). De acuerdo con la investigación realizada por la Secretaria Técnica de Juventudes del 2020, “al considerar la composición de la población en función de categorías etarias basadas en el ciclo de vida en el periodo 2010-2018, las y los jóvenes (18 a 29 años) representan en promedio un 20%, es decir, aproximadamente uno de cada cinco habitantes en Ecuador es joven” (Secretaria Técnica de Juventudes, 2020), posiblemente exista un aumento de jóvenes para el 2022. En relación con la distribución por áreas, a nivel urbano representan un 70.9% y a nivel rural el 29,1% (Secretaria Técnica de Juventudes, 2020).

“Uno de cada cuatro personas que ofertan su fuerza de trabajo es joven. Entre 2012 y 2017, cada año se incrementaron en promedio 80 mil personas jóvenes a la oferta laboral, sin embargo, cada año solo se han generado un promedio de 22 mil fuentes de trabajo adecuadas para este grupo de edad…, en promedio, uno de cada dos personas desempleadas son jóvenes, lo que evidencia que es un problema estructural en la economía ecuatoriana debido a que la población juvenil representa cerca de una cuarta parte de la oferta laboral, mientras que constituyen la mitad del total de desempleados” (Secretaria Técnica de Juventudes, 2020).

Existe también dentro del sector juvenil, una discriminación laboral por género, ya que de acuerdo a con este informe de la Secretaria Técnica de Juventudes, el 62% de la PEA está conformado por hombres, mientras que el 38% lo conforman mujeres jóvenes (Secretaria Técnica de Juventudes, 2020).

Lo que ha generado que una importante franja de jóvenes estén involucradas en el empleo no remunerado, y otras formas de empleo inadecuados, empleos en condiciones de precariedad, generando un deterioro en las condiciones del trabajo juvenil, así lo plantea el Informe de la OIT, Perspectivas Sociales  y del Empleo en el Mundo, del 2022, “la protección social contribuye a la creación de un entorno propicio para el trabajo decente, el crecimiento de la productividad, la creación de empleo y el desarrollo de empresas sostenibles. Los sistemas de protección social inclusivos y sostenibles refuerzan la resiliencia de las sociedades y son uno de los medios para responder a las transformaciones estructurales, como aquellas relacionadas con el cambio climático, los cambios demográficos, la digitalización y la globalización, así como al aumento de las formas de empleo precarias y la persistencia de la informalidad” (OIT, 2022).

Sugieren además que se establezcan algunos elementos, “las medidas de fomento de la creación de empleos verdes; los métodos para aprovechar los cambios tecnológicos en aras del trabajo decente; las medidas relacionadas con los cambios demográficos y la globalización, y los enfoques para impulsar la creación de empleos decentes en la economía rural y a través de las pymes en el contexto del futuro del trabajo” (OIT, 2022).

Formular una política nacional de empleo, multilateral, incluyente, con diálogos nacionales para recopilar las iniciativas y las voces juveniles, es una acción multisectorial en política de empleo, no solo puestos de trabajo, sino salarios más elevados, se debe garantizar estabilidad laboral, un empleo pleno y trabajo decente, incorporando en este debate por el empleo pleno juvenil a los sectores protagonistas, a los jóvenes y sus organizaciones.

La reactivación de sectores productivos no extractivistas es una medida que garantiza un empleo pleno, el desarrollo del turismo sostenible, que aporta con el combate al cambio climático, así como con la conservación de los recursos naturales y culturales, aprovechando la inmensa riqueza del país, es clave para garantizar empleo pleno juvenil, en contraposición de las decisiones del gobierno de Lasso, que buscan implementar recetas fondomonetaristas, de carácter neoliberal, para garantizar mano de obra barata calificada, para beneficiar a los mismos grupos de poder que resultaron ser los grandes ganadores en la Pandemia COVID-19.

“Las políticas sectoriales específicas integradas pueden apoyar la recuperación económica mediante la transición a la formalización, por ejemplo, en el sector turístico, que ha registrado un fuerte aumento de la proporción de trabajadores informales. Muchos países han apoyado intensamente este sector, no solo para impulsar la recuperación de la crisis, sino también para crear un nuevo turismo más sostenible y centrado en las personas. Con tal objetivo, las iniciativas de desarrollo de competencias profesionales son un componente de política importante para facilitar el cambio estructural” (OIT, 2022).

Queda la puerta abierta para que desde la educación por ejemplo, se puedan buscar alternativas para garantizar empleo pleno juvenil, las prácticas preprofesionales y la vinculación con la sociedad, deben ser garantizadas por parte del gobierno de manera remunerada por parte de la empresa privada, la famosa “experiencia laboral”, debe ser considerada una vez que los jóvenes aprueben su práctica preprofesional o vinculación con la sociedad, tal como lo ha propuesto la FEUE NACIONAL, la reactivación de sectores económicos no extractivistas, la economía verde, las tecnificación del mercado laboral, el desarrollo local y comunitario, son tareas pendientes olvidadas a propósito por el gobierno actual, ya que no generan beneficios para las transnacionales y los monopolios.

Referencias

  • Arevalo, F. (2022). El emplo joven es un pendiente del gobierno central. https://criteriosdigital.com/contexto/farevalo/el-empleo-joven-es-un-pendiente-del-gobierno-central/
  • OIT. (2021). Perspectivas sociales y del Empleo en el mundo. Tendencias 2021. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/-publ/documents/publication/wcms_794492.pdf
  • OIT. (2022). Informe V. Responder a la crisis y fomentar el desarrollo inclusivo y sostenible con una nueva generación de políticas integrales de empleo. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—relconf/documents/meetingdocument/wcms_842087.pdf
  • Secretaria Técnica de Juventudes, INEC. (2020). Segundo Informe Nacional de Juventudes, 2020. https://ecuador.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/informe_jovenes.pdf
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