Por Ángel Veras Aybar
La humanidad sigue asistiendo a ver cosas raras o novedosas. La guerra entre Rusia y Ucrania, la cual ya lleva 3 años y que se consideraba que sería una acción militar rápida, pero que la misma a derivado en larga, en tanto no se desarrolla entre los dos países eslavos; sino entre la federación rusa y la OTAN-UE; aunque ejecutada en territorio ucraniano.
Se observa que el presidente estadounidense puede considerarse como coherente con sus enunciados de la campaña electoral, en tanto sigue insistiendo en que la guerra no debió darse y que solo la estupidez de su predecesor, el señor Joe Biden pudo dar lugar a dicha confrontación militar; también sigue siendo coherente con la política de rapiñas que desde finales del siglo XIX vienen ejecutando los Estados Unidos; con la expoliación de los recursos naturales de los pueblos vencidos o muy débiles.
El show escenificado el pasado viernes 28 de febrero en el Despacho Oval de la Casa Blanca constituye algo nunca visto en los manejos políticos y diplomáticos contemporáneos. Lo normal es que si un jefe imperial va a recriminar a un lacayo o títere lo haga guardando la discreción requerida para evitar una humillación internacional; pero como vimos ocurrió todo lo contrario con Volodimir Zelenski.
Estamos asistiendo a presenciar la forma descarada como los gobernantes de Estados Unidos tratan de recoger un botín luego de haber entregado donaciones para ayudar al vencido e incluso se le observa exigiendo un supuesto pago que es 5 veces superior a lo entregado como supuesta ayuda. Sin tapujos el señor Trump ha dicho que solo protegerá a Ucrania si le entregan el 50% de las tierras raras y se le conceden un conjunto de inmunidades a sus tropas protectoras.
Estamos en presencia de algo que parece insólito, pero que responde a la realidad de la fase imperial del mundo, fase en la cual se profundiza la lucha entre las potencias por producir un nuevo reparto no solo del mundo; sino y sobre todo de las riquezas de aquellas naciones víctimas de ese pugilato.
Sobra repetir que el viejo orden ha sido roto desde hace cierto tiempo y seguimos observando un nuevo reacomodamiento, periodo en el que podemos ver a los antiguos enemigos como aliados y a los aliados como enemigos.
Para entender mejor las ambiciones estadounidenses sobre las riquezas de Ucrania basta leer las declaraciones de JD Vance, el cual señala que, “…la presencia militar de “algún país al azar” en una fuerza de paz en Ucrania no garantizaría la estabilidad” y en la entrevista con Fox News, Vance defendió que la mejor garantía de seguridad para Ucrania no es el despliegue de tropas internacionales, “sino otorgar a Washington un interés económico en el futuro del país”.
Cuanta franqueza de parte del vicepresidente norteamericano en su afán de dominar las riquezas naturales de la Ucrania vencida. Esas declaraciones también despertaron el celo de los británicos, los cuales, por voz de su secretario de defensa en la sombra, el señor James Cartlidge y quien aparece mostrado una supuesta indignación y dice que tales declaraciones son “profundamente irrespetuosas”, recordando el sacrificio de los soldados británicos en Irak y Afganistán. Con esa referencia a estas dos naciones agredidas por la OTAN tiende a recordarles a sus socios estadounidenses que 13 esos “sacrificios” deberían ser tomados en cuenta al momento del reparto.
Las Tierras Raras han traído algo raro para los ucranianos y el mundo. Existen un gran afán por el dominio de estos minerales e incluso hasta los dominicanos estamos dentro de este nuevo festival de reparto de riquezas. Ya los entendidos en geología se han encargado de establecer sobre la importancia de estos elementos naturales para la industria de alta tecnología y hasta para la fabricación de instrumentos de guerra.
Entre las cosas nuevas del momento actual está la suspensión de ayuda militar hacia Ucrania por parte de Estados Unidos y las inquietudes del bloque europeo ante tal situación. La Unión Europea ahora ha descubierto que la actitud de Estados Unidos en su nuevo trato con Putin los deja desamparados o desprotegidos. De ahí que se le observa desesperados y ansiosos ante el nuevo escenario. Ya la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Van Der Leyen ha dicho que precisan de unos 800, 000,000 millones de euros para defenderse contra Rusia; decimos nosotros que esto debido a que su hermano mayor los ha abandonado.
Otro de los fenómenos raros que existe en el horizonte es la solicitud de Enmanuel Macron presidente francés; quien solicita una tregua de 30 días o cese el fuego provisional entre Rusia y Ucrania y según su criterio el mismo deberá limitarse a la no realización de bombardeos aéreos contra infraestructuras y asuntos energéticos; aunque continuando con las acciones militares terrestres o de artillería. Parecería que este señor que amenazaba con el envío de tropas a defender Ucrania; ahora precisa de tiempo para tratar de que Ucrania obtenga cierto respiro frente a los ataques cada vez más efectivos por parte del ejército ruso.
En fin; nadie duda que estamos ante una muy nueva situación mundial, con las potencias de occidente y oriente disputándose el control o hegemonía y que el manejo del señor Trump en cuanto a relacionarse más con Putin que con Zelenski ha hecho aparecer un escenario distinto al que existía antes del 20 de enero del 2025 y que en cierta medida se podría decir que estamos en presencia de un diagnóstico internacional un tanto difuso y complicado. Desde luego que el afán por el nuevo reparto del mundo y sus riquezas no constituye nada nuevo, pues el mismo forma parte de las características esenciales del régimen imperial que padecemos y reiteramos que solo las acciones de resistencia de los pueblos víctimas de estas guerras de rapiñas podrá detener a este capitalismo salvaje y sin control.
Fuente: Lucha, Órgano Central del Partido Comunista del Trabajo -PCT