Por Rafael Riofrío Tacuri
“No soy de los que claudican, traicionan o se arrepienten. Soy sólo un defensor de la educación y de las causas populares, por las que vivo y lucho»
Las experiencias históricas entrecruzadas y entrelazadas de la protesta social de los pueblos a lo largo de la historia, como la de sus deseos, narraciones, quimeras y concepciones utópicas que acompañaron esas protestas en aras del pleno disfrute de los derechos humanos y en la esperanza de una vida digna, siguen siendo postergados por los gobiernos que anteponen el capital empresarial al bienestar social.
Luchar por la justicia, como estrategia por acabar toda forma de explotación y a fin de lograr que ese otro mundo es posible, hay que elevar el grado de conciencia para contrarrestar la ofensiva y la acción devastadora del régimen capitalista, que se sostiene por la ambición, el afán de lucro y las ansias de poder, para lo cual cuentan con los grandes medios de comunicación, que bajo la infamia y la mentira combaten, la emancipación, la solidaridad, la organización, la movilización, la dignidad, la igualdad y las ideas socialistas.
Aquellos que defienden la libre empresa y la “vida eterna”, sostienen que la pobreza y la opresión son consustanciales al ser humano, para ello se apoyan en las aberraciones de su propia propaganda mediática, atacando y persiguiendo a los líderes y dirigentes populares, a las organizaciones progresistas, a la izquierda y al socialismo; las macabras falacias que ellos repiten y pintan carecen de todo soporte verificable. De lo que no hay dudas, es que la opresión de la derecha en el país tiene más de 200 años de historia y de rechazo.
Sin entrar en detalles, repasaré brevemente tres hechos que no pueden pasar por alto a la hora de refrescar la memoria histórica ecuatoriana. La Masacre del 15 de noviembre de 1922, cuando en Guayaquil, en respuesta a una huelga general y a una marcha multitudinaria, el ejército asesinó a mansalva a cientos de obreros y artesanos, que luego fueron arrojados al Río Guayas. Otro echo es, la Revolución del 28 de mayo de 1944, conocida como la “Gloriosa de Mayo”, que depuso al Gobierno pro oligárquico de Arroyo del Río, quien, para mantener los privilegios a favor de la burguesía costeña, reprimió con crudeza al creciente movimiento obrero y sindical. Y un tercero, es la matanza a los trabajadores del Ingenio Aztra en octubre de 1977, por que se atrevieron a exigir el cumplimiento de sus derechos laborales.
Son muchas las protestas, de las cuales han sido actores los sectores populares y la izquierda revolucionaria. Pero también son muchos los asesinatos, las dictaduras auspiciadas y hasta ejecutas por la CIA.
De allí, la necesidad de la unidad popular de las organizaciones, que conscientes de que «toda la historia de la sociedad humana, es una historia de lucha de clases”; se organizan en torno a la candidatura de un hombre de pueblo y líder magisterial, defensor de la educación pública, el Profesor Jorge Escala Zambrano para defender ese anhelo histórico de emancipación de los pueblos y nacionalidades del Ecuador para construir la patria nueva.
Mayo de 2024