Por Isabel Vargas Torres
La debilidad de quien ejerce el poder se oculta en un decreto llamado «Estado de Excepción», en la persecución y en el ataque a los lideres y lideresas que convocan al pueblo para exigir mejores condiciones de vida para todos y todas.
Quieren generar pánico, temor, miedo porque ese es el alimento de los abusivos, autoritarios, mentirosos. Pero los pueblos del Ecuador, de Quito y Pichincha, tiene en sus venas la sangre libertaria, rebelde y la dignidad en alto que heredamos de Rumiñahui, Eugenio Espejo, Fernando Daquilema, Dolores Cacuango, Manuela Cañizares, Milton Reyes; entre otros héroes y heroínas populares
Una vez más, el movimiento indígena, los obreros, los comerciantes autónomos, los agricultores, campesinos hombres y mujeres del campo y de las barriadas populares de las ciudades, los jóvenes estudiantes y las mujeres nos levantamos en todos los rincones de la Patria para decirle a Guillermo Lasso, que no pudo con el país, que no tiene la capacidad, ni la disposición para resolver los problemas del pueblo, que no es lo mismo ordenar en su banco; por ello, al representante de la élite financiera ya nadie le cree por demagogo, mentiroso, por ser el responsable de la crisis que atravesamos hoy, por lo que debe dar un paso al costado.
Las demandas por derechos fundamentales como trabajo, educación salud, la rebaja del precio de los combustibles, precios justos para los productos de nuestros campesinos, entre otros se gritan en todo el país que no son escuchadas.
Por ello, por la vida, por el cambio únete a lucha, viva el paro nacional