Yachay: despilfarro y corrupción

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En los primeros días de abril, representantes de la universidad ecuatoriana acudieron ante el pleno del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio (CPCCS-T) a solicitar que se investigue el derroche generado en la “ciudad del conocimiento” Yachay.

La responsabilidad, según dicen, recae sobre René Ramírez, ex secretario de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, el ex presidente del Directorio de la Empresa Pública Yachay y el ex presidente Rafael Correa, a quienes los definen como los culpables del despilfarro, la corrupción y la falaz meritocracia en la educación.

Andrés Quishpe, presidente de la Federación Nacional de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), menciona que lo que presentó la Contraloría no es novedad, pues durante la década pasada fueron testigos de cómo los discípulos del correísmo duplicaban sus ingresos económicos, mientras se reducían los recursos destinados a salud, seguridad social, educación y otros derechos.

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¿Cuáles son las irregularidades de Yachay?

La denuncia que presentó Quishpe está basada en informes oficiales, y en ella se encuentran problemas como:

Una estructura orgánica sobredimensionada, que abarca: nueve gerentes, 746 empleados, 17 asesores de gerentes, 21 abogados y 14 comunicadores, que al año percibían 13,5 millones.

Construcción de cinco edificios con fallas estructurales en vigas, losas y escaleras, que se encuentran inhabitadas desde mayo de 2015.

El 52% del espacio físico no está utilizado, es decir 1.525 hectáreas.

La inversión de $3.000 millones de Red Tech Niktesla CORP, con asignación de 400 hectáreas, no existe.

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Una universidad rica y muchas pobres

En el año 2016, el monto que cada universidad recibía por estudiante fue de 2.000 dólares, mientras que a uno de Yachay se le asignaban 13 mil. Como consecuencia de esta inequidad, para el 2017 de las 28 universidades públicas del país, 25 sufrieron un recorte presupuestario.

Hay más de 1.000 hectáreas sin usar en Yachay, mientras que en la Universidad Central o en la Universidad de Cuenca no existen espacios para abrir extensiones universitarias, centros de desarrollo infantil o comedores universitarios.

“Así de grande es el despilfarro generado en Yachay, una universidad que cuenta con alrededor de 1.000 estudiantes, frente a 28 universidades que abarcan a cerca de 400 mil universitarios. Siempre sostuvimos que este elefante blanco ha sido un despilfarro, es decir, todo lo que vivió la universidad ecuatoriana se traduce en que se constituyó una universidad rica frente a una universidad pobre”, manifiesta el representante de la FEUE.

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Irregularidades en la designación de representante estudiantil

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En la denuncia de Quishpe también se solicitó que se investigue la designación del representante estudiantil al Consejo de Educación Superior (CES).

“La ciudadanía en general no confía en ningún concurso, pues se ha demostrado que el carnet de Alianza País era el requisito para ingresar a los puestos públicos. A Francisco Bustamante, designado representante estudiantil ante el CES, se le otorgaron 17 puntos por ser militante de ese partido; por otra parte, no se tomó en cuenta que nunca fue representante del cogobierno ni dirigente estudiantil a nivel nacional, requisitos fundamentales para participar en ese concurso”, dice.

Finalmente, menciona que en el alma mater no se puede volver a imponer ideas, pues si bien es cierto que la universidad es la cuna de la investigación, también lo es del pensar diferente: “Hay una deuda muy grande en el país y es justamente con la educación superior”, asegura.

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Lo que necesitas saber:

  • En la década del correísmo se excluyó de la universidad a medio millón de bachilleres.
  • Los 14 millones en sobornos que recibió el ex vicepresidente Jorge Glas entre 2012 y 2016, equivalen al presupuesto que recibe la Universidad de Manabí.
  • Siete instituciones de educación superior fueron intervenidas en el gobierno de Correa.
  • La Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas (Amawtay Wasi) fue suspendida definitivamente en 2013.
  • En 2017, de las 28 universidades públicas del país, 25 sufrieron un recorte presupuestario.

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