Por Daisy Masapanta
Pocos empezaron.
Muchos dudaban.
Se pensaba que la defensa del agua era de “4 pelagatos”.
Parecía un sueño vencer a las chequeras y a las transnacionales mineras.
Hasta que llegó el día. Dos luchas se unieron, la consulta de Kimsakocha y la prefectura del Azuay.
Las encuestas le daban el último lugar a Yaku Pérez Guartambel.
Las mineras y el gobierno colocaron piedras en el camino para que no se dé la consulta.
En los últimos 15 días, ya no podían ocultar el sentir de los azuayos. Las encuestas le ubicaron a Yaku en el tercero, otros en el cuarto lugar. Y 8 de cada 10 gironences rechazaban la minería.
En el cierre de campaña, una oleada de whipalas acompañó la caminata. Las vendedoras de flores le abrazaban, los ciclistas le pedían fotos, los taxistas le pitaban, los comerciantes le daban la mano. Sumaba y sumaba.
Sin embargo, la incertidumbre se mantenía. Los medios de comunicación y los analistas políticos colocaban a dos personajes Cecilia Alvarado y Esteban Bernal en los primeros lugares. Yaku Pérez era invisibilizado.
Llegó el día. Ganaron las dos luchas. Sorpresa para las maquinarias electorales, pero no para los azuayos ni para el propio candidato, él tenía la certeza porque conocía las encuestas del corazón.
Así por primera vez en la historia del Azuay llegó un indígena a la Prefectura, un chakarero, un músico, un abogado, pero sobre todo un defensor del agua por más de dos décadas, que desafió al correísmo y pese a la persecución no claudicó. Al contrario, se mantuvo firme y transparente como el agua.
Los dos triunfos representan la victoria del pueblo, la victoria de los derechos, la victoria de todos los azuayos que quieren el cambio y una provincia libre de minería metálica, libre de cacicazgos, con un poder desde las mujeres, los jóvenes, los campesinos, los comerciantes y las comunidades. ¡Ganó el agua!
Fuente FOA – Azuay