Por Mariano Santos N.
Hace unos días el Presidente Lenin Moreno realizó declaraciones muy desafortunadas, por decir lo menos. Dijo por ejemplo, que los venezolanos que venían al Ecuador venían de las cárceles; por los que se les exigió a que presenten su pasado judicial, complicando aún más la tortuosa situación de los venezolanos que siguen saliendo de su país, pero además exacerbó los sentimientos xenófobos que desembocaron en las acciones lamentables de la ciudad de Ibarra.
Esto no quedó ahí, unos días después Moreno hace otras declaraciones torpes cuando dice que Nicolás Maduro, fue electo en una elección «bastante tramposa». Acaso, ¿se estará mirando en el espejo?, ¿por qué no lo dijo antes, es decir en mayo del 2018, cuando se realizaron las elecciones en Venezuela? Esto se parece ser una práctica pues cuando estuvo en la vicepresidencia no se dio cuenta de los robos y de cómo se sobrendeudaba al país.
Lo que fue tramposo y dejo muchas dudas, fue su propia elección y la de los actuales asambleístas.
Para rematar reconoció al presidente de la asamblea venezolana, Guaidó, como legítimo presidente de Venezuela, quien sin tapujo alguno acaba de declarar que «autorizaría» una intervención militar estadounidense o de cualquier otra potencia extranjera en su País: ese es Guaidó, ¿será verdaderamente venezolano?
Quien escribe estas líneas no es un simpatizante de Maduro, a quien considero como un Presidente incapaz de resolver los problemas de su país. El problema de Venezuela es bastante complejo, este dilema lo deben resolver los propios venezolanos, allá existe una disputa inter imperialista, Maduro se ha aliviado definitivamente bajo la dependencia de China y Rusia; y, Estados Unidos pretende recuperar parte de su patio trasero, es por eso la amenaza directa de una intervención militar, que no es nuevo, pues los gringos son expertos en esta materia, ya que es el país que más invasiones ha realizado en el planeta entero.
Moreno, en cambio, se alinea definitivamente bajo la dependencia de los Estados Unidos, a diferencia de su antecesor Correa, que prefirió la dependencia con la China oriental.
Su desesperación por conseguir créditos con el FMI lo estaría obligando a cometer torpezas y seguir las líneas políticas del grupo de Lima, que claramente obedecen las imposiciones que vienen desde los EE.UU., país que descaradamente interviene en la política interna de nuestros países.