Por Oswaldo Báez Tobar
“Semiología del silencio, la risa, el llanto y la pereza” es el título del libro de Dimitri Barreto Vaquero que mereció el primer premio Universidad Central del Ecuador, en el año 2012; fue publicado por la Editorial Universitaria en noviembre del 2019. Según expresión del autor es el resultado de la constatación cotidiana por más de veinte y cinco años de estas formas de expresión humana en el hospital Psiquiátrico “Julio Endara” conocido como el Hospital de Conocoto, además de las experiencias en el Centro de Salud No. 9 “Comité del Pueblo” y del análisis académico en las aulas de clase de la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central; pues, la Semiología es el estudio de los síntomas y signos de las enfermedades, por lo mismo, es un capítulo esencial en la formación y en práctica médica.
La obra consta de cuatro capítulos, tiene objetivos académicos y didácticos, porque Dimitri fue médico, investigador y docente universitario; asiduo lector de buena literatura y escritor refinado.
Semiología del silencio
El autor hace un análisis exhaustivo del silencio desde diferentes visiones, para luego concluir: “El silencio es una pausa cargada de intención; es esa mirada directa que capta la intención, son esos puntos suspensivos que pueden crear expectativas, que interrumpen, que convocan”. Reconoce y caracteriza el silencio cotidiano, el de la elocuencia, la vacilación, la contemplación, la reflexión, la intimidad; silencio confidencial, silencio que otorga, silencio del olvido, del rechazo, del castigo, silencio cómplice, represivo, de la espera, de la sorpresa, silencio de los sometidos, silencio del desconocimiento…
El silencio psicopatológico: silencio de la ansiedad, mutismo depresivo, de los esquizofrénicos, de los catatónicos, de los delirantes… El silencio en la relación médico paciente; el secreto profesional y otros silencios. El derecho al silencio. El silencio de la muerte. Y concluye con una frase de profundo contenido: “El convivir social nos obliga a valorar y respetar el silencio como forma de expresión de infinidad de vivencias humanas. Valorar al otro es saber escuchar su palabra y su silencio, a la vez que ofrecerle nuestro silencio y nuestra palabra”.
“El lenguaje de los ojos, de la sonrisa, de la mímica, de los gestos, de las manos, de las poses y los movimientos corporales, es un lenguaje muy amplio, extremadamente elocuente, con el cual podemos decir tantas cosas, aunque la boca permanezca en silencio…”
Semiología de la risa
El capítulo referente a la risa lo inicia con un verso de Bécquer: Por una sonrisa un cielo… para luego emprender en el análisis de la expresividad humana, la caracterización de la sonrisa y la risa, su evolución y desarrollo, la fisiología y bioquímica, las formas de reír, los usos sociales y los trastornos de la risa.
“La sonrisa y la risa son parte de los instrumentos expresivos de del hombre que recogen las vivencias emocionales internas, los estímulos sociales, las tendencias intelectuales y las intenciones de intercambio personal para transmitir mensajes generalmente sugerentes de satisfacción y gozo, aunque también de incomodidad y desprecio”.
Dimitri identifica varios grados de la risa: Sonrisa, reír moderado, intenso, y convulsivo. En la sonrisa reconoce y caracteriza: la sonrisa como saludo, la formal, la afectiva, la reverencial, la radiante, la simple, la fría… Los motivos de la risa son muy diversos, pues parten de los sensorial, lo alegre, lo intelectual, lo humorístico… La risa “Siendo una manifestación individual conlleva un enorme simbolismo de carácter social”. Empero, hay ocasiones en que la risa o la sonrisa no son sinónimos de salud, sino un signo de enfermedad. Hay risas normales como también risas patológicas, especialmente por afectaciones del sistema nervioso central, y las provocadas por intoxicaciones o por enfermedades mentales.
Expresa el autor: “La risa auténtica, la risa sana, es tónico de vida, sin ella los conflictos y tensiones de cada día nos arrinconarían en forma definitiva en la tristeza y el lamento”. Y explica a continuación la fisiología y bioquímica de la risa, con lo cual ayuda a entender su efecto positivo en la salud: por la intervención de varias regiones del cerebro, varios músculos de la cara… Desde el punto de vista bioquímico: reduce el nivel de cortisol, liberando así interleukina 2 y otros estimulantes del sistema inmunitario que aquel suprime. También aumenta los anticuerpos de la saliva, especialmente inmunoglobulina… Aumenta las endorfinas y la gama interferón y disminuye el ácido láctico. Concluye el capítulo, reiterando que la risa es un atributo de todos los seres humano, es omnipresente, es patrimonio inextinguible y exclusivo de la especie humana.
Semiología del llanto
Si bien varias especies de mamíferos superiores tienen la capacidad de emitir lágrimas, el llanto es un atributo del ser humano. “Las emociones intensas que agobian a los hombre y mujeres de cualquier edad tienen una vía de descarga por medio del llanto…” En este capítulo el autor analiza la fisiología; los motivos; la valoración y los tipos de llanto:
Llanto indiferenciado del nacimiento de los niños, llanto diferenciado, llanto de dolor, pesar, éxito, amor, devoción, soledad, añoranza, derrota, ira y despecho, de la envidia, de lo inesperado… en fin, expresiones humanas en algún momento de la vida.
“Reconociendo al llanto como manifestación normal ante diversas situaciones o circunstancias, como una forma de expresión y descarga de emociones y sentimientos de la más variada naturaleza, es preciso señalar que en muchas ocasiones puede constituirse en un proceso patológico…” advierte Dimitri Barrero, para luego caracterizar el llanto persistente, las rabietas, la labilidad e inconsistencia emocional, llanto o crisis psicógenas, llanto gatuno, llanto del deprimido, del esquizofrénico… “El hombre siempre tendrá al llanto como expresión máxima de la pena, la tristeza, el fracaso, la soledad o la ira, y paradójicamente también lo acompañará en los momentos de éxito, la alegría y el placer. Porque el llanto está siempre más allá de las palabras” -afirma de manera categórica-.
Viene a nuestra memoria los versos de la canción “Gracias a la vida”.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, me ha dado el sonido y el abecedario, con él las palabras con que pienso y declaro.
Me ha dado dos luceros, con ellos distingo lo negro del blanco…
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto, así yo distingo dicha de quebranto, son los materiales que forman mi canto…
Semiología de la pereza
El capítulo contiene importantes reflexiones sobre el trabajo desde diferentes vertientes de pensamiento, para luego abordar el delicado tema de la pereza. Analiza el esfuerzo y la fatiga, el trabajo objetado, el trabajo patológico, la valoración social del trabajo; las razones de la pereza, desde el punto de vista de la fisiología y medicina general, así como de la psiquiatría. Afirma: “la mayoría de tendencias filosóficas, políticas, sociológicas y religiosas exaltan el trabajo y lo consideran como una condición específicamente humana y sobre todo como requisito indispensable para el desarrollo individual y colectivo; a lo largo de la historia de la humanidad han existido posturas antagónicas a dichos planteamientos…”
Concluye el capítulo con esta reflexión: “Cuando el trabajo impide al hombre pensar y reflexionar deja de ser humano, el hombre que trabaja necesita también, de la recreación, del reposo y de la actitud de gozo ante la realidad. Para que el trabajo sea humanizante, tiene necesariamente que proporcionar satisfacción, en caso contrario se vuelve alienante”.
Análisis epistemológico de la obra
En el prefacio el autor expone la base conceptual de la obra que es en esencia médico-psiquiátrica, pero también aborda otros ámbitos del ser humano; sintetiza conceptos y principios de la biología, la fisiología, como del ejercicio de la medicina, para afirmar: “La observación, descripción, interpretación y asociación de síntomas y signos son el sustento primordial en el estudio de la medicina clínica y, naturalmente, también de la psiquiatría. Las expresiones humanas no tienen límites, las formas normales y patológicas con que se evidencia deseos, frustraciones, logros y fracasos rebasan la primacía atribuida al lenguaje verbal…” Así aborda otras esferas de la dimensión humana que llegó a conocer en su ejercicio médico: “Más allá de las palabras están: la mímica, las miradas, la sonrisa, el gesto, las posturas, los movimientos; es decir, el lenguaje corporal, con que el hombre pone de manifiesto diferentes sentimientos, certezas, dudas y dolencias que no siempre se logran transmitir en el mensaje oral”.
En esta obra -que analizamos en forma breve-, el autor aborda numerosas expresiones de los seres humanos, “no desde la fría rigurosidad de la semiología médica clásica… sino como un intento de ubicarlas en la gran diversidad de la cultura universal” para ello busca respuestas a través de un recorrido por la historia de las ciencias y las culturas de oriente y occidente; la filosofía, el ensayo y el arte en sus diversas manifestaciones. Explora en innumerables pensadores de todos los tiempos y en la literatura clásica y moderna… antes de escribir la “Semiología del silencio…”, obra en la que resume la esencia de su pensamiento de médico, psiquiatra, académico y humanista. Los cuatro capítulos están estructurados según una misma lógica, pues parte de la caracterización del silencio, la risa, el llanto y la pereza, desde el punto de vista de la fisiología y la psicología, para después adentrarse en el ámbito de las alteraciones que presenta la conducta humana, es decir, en el campo de la psiquiatría. Cada capítulo está respaldado por amplia bibliografía del área de la medicina, pero también de la filosofía, el ensayo y la literatura.
El Dr. Fernando Sempértegui, rector de la Universidad Central del Ecuador expresa en el prólogo: “En silencio y en pausa desconocida, Dimitri nos ha legado una reflexión filosófica y médica sobre el lenguaje no hablado que comunica con certeza los sentimientos profundos de cada criatura humana. El lenguaje hablado es una adquisición evolutiva compleja de la socialización que funda las posibilidades del pensamiento abstracto… Pero, más allá del pensamiento abstracto, el lenguaje es el modo específico para expresar nuestra subjetividad…” Y continua “El libro de Dimitri se adentra en el lenguaje gestual: el silencio, la sonrisa y el llanto. Y nos muestra que es más elocuente que la música y la poesía para mostrar nuestro mundo interior”. Y concluye con una afirmación categórica: “El pensamiento de Dimitri tiene estatura universal porque el sujeto emerge en su dimensión social e histórica, pero su dimensión emocional atraviesa las culturas y se perpetúa en un lenguaje peculiar y casi unívoco en algunas expresiones de la risa, el llanto y el silencio”.
Breve nota sobre Dimitri Barreto Vaquero
Doctor en Medicina y Cirugía, Universidad Central del Ecuador. Especialista en Psiquiatría, diplomado en Administración de Salud, Medicina Social, Epidemiología y Salud Escolar. Profesor del Área de Medicina Popular, Salud Mental y Psiquiatría. Director de la Escuela de Medicina y decano de la Facultad de Ciencias Médicas.
Médico tratante y director del hospital Psiquiátrico “Julio Endara”, médico psiquiatra del Área Salud No. 9, Quito. Consultor de la Organización Panamericana de la Salud. Miembro del Comité de Ética de la Salud, de la OMS.
Autor de varios artículos sobre salud mental y educación médica en revistas internacionales. Participó en varios proyectos de investigación, conferencista y asistente a varios congresos nacionales e internacionales.
Quito, 18 de marzo 2024