Corrupción y carreteras en Quito

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Por Patricio Camacho Z.

PacazaNews

El año 2012 corría dinero por el Ecuador y Rafael Correa tenía una fiebre por gastar en obras faraónicas, como la carretera Calderón-Collas a un costo de USD112 millones, por un tramo de 14 kilómetros; ¡convirtiéndose en la carretera más cara del mundo!

En esos tiempos se dio la construcción de otra obra: la «Ruta Viva”, obra que cerraría el anillo de la Calderón Collas, al conectar el sector de Tababela y el nuevo aeropuerto. La Ruta Viva tiene una longitud de 11,5 kilómetros y conecta las parroquias de los valles adyacentes a Quito con vías laterales e intercambiadores. Y vienen las novedades, ¿se acuerdan de la empresa brasileña Norberto Odebrecht?, correcto. La de los sobornos en Latinoamérica. Esta empresa construyó la Ruta Viva en dos etapas; desde agosto 2012 y enero 2013; la obra fue inaugurada en diciembre del 2014. ¿Bueno, pero cuánto costó? USD330 millones. Augusto Barrera la inició y la culminó Mauricio Rodas.

Vale recordar que inicialmente estaba presupuestada en USD48 millones y subió USD250 millones adicionales. Más novedades, la Contraloría General del Estado CGE, acaba de confirmar 5 glosas por apenas USD 8millones ya que existieron incumplimientos contractuales y multas no cobradas a la Asociación Ruta Viva: Hidrobo Estrada y la constructora Norberto Odebretch; dos compañías fiscalizadoras, empresas a cargo de la construcción y a la fiscalización del proyecto. Además, resultaron glosados funcionarios públicos.

Según diario El Universo, el ente de control fiscalizó el período de mayo de 2014 y julio de 2017. Las glosas sumadas dan un total de USD 7´986.728,48. La primera, de más de cinco millones dólares que corresponde al monto de las obras afectadas por daños prematuros en la capa de rodadura de la vía. La CGE explica que 14 meses después de inaugurado el proyecto la Empresa Pública de Movilidad y Obras Públicas informó el mal estado de la capa de rodadura. La segunda glosa supera los dos millones de dólares y se genera por el valor de las multas no cobradas por “retrasos en la conclusión de varios frentes de trabajo, como la red de alimentación eléctrica, aceras y drenaje de los puentes, cunetas, señalización vertical, limpieza y pintura en pasos peatonales”, indica el comunicado.

La tercera, de más de 400 mil dólares se genera porque no existieron sanciones por las omisiones en los informes de las fiscalizadoras y por la utilización de fórmulas que no constaban en el contrato para el reajuste de precios, lo que ocasionó pagos injustificados a la constructora Odebrecht por $ 433.117. ¿Ahora se entiende la urgencia de controlar el CPCCS para nombrar un contralor “amigable”?

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