Por Patricio Camacho Z
Las encuestas publicadas en el país sobre la gestión del gobierno y de las instituciones del Estado, confirman que hay una tendencia a la baja en la calificación de la gestión y credibilidad del gobierno; esto es importante porque marcará el desarrollo de la vida del país en éste 2024 y las perspectivas del 2025.
Las encuestas dicen que la mayoría de la población, el 51,1 %, cree que el Ecuador va por mal camino. La aprobación del presidente ha descendido a 50,3 %; lo desaprueba el 45,7%; en la punta de más alta desaprobación llega al 62%. Otro detalle importante, la desaprobación tiene índices mayores entre los más pobres. Entre quienes lo apoyan, el 28,7 % dice que es porque “representa un cambio”; 41 % dice “está combatiendo y resolviendo el tema de la delincuencia”. Entre quienes no le aprueban: destacan 36 % “no hace nada, no cumple las promesas, 17 % “no ha resuelto el tema delincuencia”. El tema de seguridad ha perdido la unanimidad, pero hay una franja que le reconoce un nivel de trabajo. La juventud está divida entre el apoyo y rechazo.
El 80 % aprueba acción de las FFAA y la Policía, tienen buen respaldo. Los problemas que más preocupan a la población: delincuencia, desempleo, salud, crisis económica, educación. El 85 % cree “que estamos en crisis”; 44 % dice que “es la peor crisis de la historia” y responsabilizan de la crisis a: Correa 28 %; Moreno 26 %; Lasso 25 %.
Entre quienes desaprueban la gestión del gobierno en política económica, política laboral; razonan lo siguiente: ¿A quién beneficia el gobierno? 52 % dice a los ricos, empresarios y exportadores; 45 % al pueblo. El 70 % está contra la elevación de la gasolina, 63% población se siente afectada por la elevación del IVA. El 56 % cree que debe eliminarse la elevación del IVA; el 87 % debe respetarse la victoria del NO al trabajo por horas. Igualmente, el 67 % debe respetarse la voluntad popular sobre el tema Yasuní. El 68 % dice que el sector eléctrico no debe ser manejado por manos privadas.
En síntesis, el descontento se traduce en una imagen presidencial mentirosa que no cumplió sus promesas, que es un gobierno de los ricos. Otra idea fuerza del gobierno es la seguridad, los datos confirman que lo que hay es una migración del delito, en lo territorial y en el tipo de crímenes; no hay tal victoria como lo plantean. Las cifras contradictorias del régimen sobre la política del gobierno en el tema generación de empleo, salud y seguridad social, le complican su credibilidad.
El discurso presidencial está en contravía con la situación real de la economía; Noboa acude a las viejas políticas de ajuste del FMI y se encamina a eliminar los subsidios de las gasolinas Extra y Eco; al igual que acelerar el extractivismo, afectando en especial las fuentes hídricas del país. En lo político Noboa quiere lograr el control de los cinco vocales del CNE, para ayudar su victoria en él 2025. Recordemos que, en la Asamblea Nacional, Noboa no tiene mayoría, con 30 asambleístas, su alianza con el correísmo y socialcristianos, se terminó. El gobierno tiene la intención de polarizar la confrontación con el correísmo, para ganar puntos en la franja del 70% de los votos anti correista; pero la real contradicción es entre el pueblo y la oligarquía, con su candidato Noboa.
El gobierno busca evitar que la vicepresidenta, Verónica Abad, asuma el encargo presidencial; las declaraciones en ese sentido de los funcionarios del gobierno han provocado el rechazo desde distintos sectores. Mientras que en el polo popular-izquierda la candidatura presidencial de Jorge Escala, ha sido bien acogido en sectores democráticos y populares; que están buscando unificar al movimiento social y a las organizaciones de izquierda, bajo el lema de “Unir al pueblo para ser gobierno”.