Por Remo Cornejo Luque
Recordar el día del maestro en la fecha del natalicio de Juan Montalvo, el 13 de abril, es recordar como este insigne escritor y educador dedicó toda su vida a combatir las tiranías y la corrupción; pero, también, es recordar como el gremio del magisterio, la UNE, viene luchando por la aplicación de la LOEI.
A la luz del legado del fundador del Cosmopolita, revista que fustigó a los presidentes Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla por su posición antipopular; la UNE, desde su surgimiento, viene defendiendo los derechos de la comunidad educativa y pueblo en general.
No se ha callado ni amilanado ante ningún gobierno. Resistió y salió airosa de los protervos objetivos del correísmo que buscaba aniquilarla. El mayor corrupto está prófugo y la UNE persiste. Construyó y aportó, desde las bases, muchas propuestas y, entre ellas, la reforma a la LOEI que hoy goza de constitucionalidad.
Hablar de las reformas a la LOEI implica tener claro su proceso de construcción de varios años, de organización, lucha y de resistencia social. Lo más fresco -y digno de realce- es la valerosa huelga de hambre de 32 días, vigilias, plantones, marchas locales y nacionales.
El pasado 8 de abril miles de docentes, de todo el país, llegaron a Quito, para exigir al gobierno del “Encuentro”, que la equiparación salarial, aprobada en dos debates en la Asamblea Nacional, es justa, necesaria y sí hay recursos para atenderla. Ningún maestro está dispuesto a dar su brazo a torcer.
Por tanto, el 13 de abril encuentra a la UNE unificada, fortalecida y dispuesta a que se cumpla una aspiración y derecho de su gremio. El presidente Lasso debe repensar su accionar y atender este clamor de la equiparación salarial, así como prestar oídos y resolver las demandas de los agricultores, mujeres, juventud universitaria, etc., no hacerlo implica seguir gobernando de espalda al pueblo.