Redacción Opción
Ha terminado el año 2022 y han transcurrido 19 meses del gobierno de Guillermo Lasso, banquero que ganó dudosamente las elecciones, que ganó la adhesión de la gente haciendo un sinfín de ofertas que no han cumplido y que, a esta altura, ha demostrado su incapacidad absoluta para resolver los problemas de los pueblos y del país.
La debacle es general, se extiende a la toda la institucionalidad del Estado, la credibilidad y capacidad de gestión tienen las más bajas calificaciones, casi nadie confía en la Asamblea, en el sistema de justicia, en el ejecutivo, en la policía y el ejército, en los partidos políticos; la corrupción pudre a todas las instituciones. Estudios de opinión señalan que el 83% de los ecuatorianos no cree en la palabra del presidente Guillermo Lasso; El 89 % desaprueba la conducción económica del país, el 92,9% desaprueba el manejo de la seguridad ciudadana, el 72,8 % el manejo del sistema educativo, el 85,9 % el de la salud pública, el 87,3% del desarrollo productivo. el 67,8 % de ecuatorianos cree que la situación emporará, teniendo en cuenta que el 79 % dice hoy que la situación es mala.
La pobreza alcanza al 70% de la población, cerca de cien mil hombres y mujeres jóvenes han emigrado obligados por la calamitosa situación económica. La enorme cantidad de migrantes, envían año a año el fruto de su duro trabajo a sus familiares que quedaron aquí, solo el año 2021 ingresó la cantidad de USD 4 262,63 millones al Ecuador por concepto de remesas; es decir USD 1 000 millones más, que en el 2020. Esos recursos equivalen al 4% del Producto Interno Bruto del país, monto superior al que el país recibe por inversiones extranjeras directas.
Los salarios no dan para adquirir los productos de primera necesidad, la pírrica elevación de 25 dólares al salario básico unificado, favorece a pocos y no alcanza para cubrir la canasta básica, no hay aumento para los trabajadores públicos, la mayoría de la población no tiene trabajo adecuado, es decir, ganan por debajo de SBU, no tiene seguridad social y están a merced de la explotación de patronos.
Es común las quejas por falta de medicinas en los hospitales públicos y del IESS, mientras asambleístas y funcionarios de alto rango del régimen se reparten hospitales y hacen negocios turbios negándole salud y medicinas al pueblo.
No se destinan los recursos para educación y salud que ordena la Constitución. El presupuesto de 2023, esta disminuido cumpliendo las órdenes del Fondo Monetario Internacional de reducir gastos sociales. Mientras los banqueros del país han multiplicado sus fortunas alcanzando los mil millones de utilidades brutas y 700 millones de dólares de utilidades netas, 84% más que en el 2021.
No hay seguridad para que la gente camine tranquilamente por calles y plazas del país. La ausencia de políticas sociales que atiendan las necesidades más urgentes de la gente son la causa fundamental, pero además no existe una política responsable de la seguridad ciudadana. La única solución que se le ocurre al banquero es la militarización de sociedad, el establecimiento de un estado policial y la entrega de la justicia a manos de los gringos.
El gobierno se ha burlado del movimiento indígena al negarse a cumplir los acuerdos de las mesas de diálogo. La gasolina sigue al alza, se negó el pedido de los campesinos pobres de condonar sus deudas, que por efecto de la pandemia y la crisis económica se convirtieron en impagables. Esta medida no superaba los USD 200 millones; sin embargo, a los grandes empresarios se les beneficio con perdones multimillonarios. Así, en el gobierno de Lenin Moreno, se condonaron el 100% de las multas e intereses de las empresas deudoras del SRI, que alcanzaron los USD 2.355 millones. Según la economista Wilma Salgado, el año 2021, el Estado dejó de percibir 6. 338 millones de dólares por exoneraciones y beneficios tributarios.
El rechazo al gobierno de Lasso es amplio. Durante todo el año 2022, el movimiento popular ecuatoriano, ha desarrollado importantes jornadas de movilización y otras expresiones de lucha, protagonizadas por las organizaciones sindicales, indígenas, juveniles, de mujeres, ambientalistas, defensores de derechos humanos. Contundente también será el rechazo de la población a la consulta tramposa de Lasso, porque es privatizadora, porque no corresponde a los intereses del pueblo, porque el pueblo no lo aguanta más.