Por Luisa Pita Bone*
El 27 de marzo del presente año, se cumplen 61 años desde que el Instituto Internacional del Teatro (ITI) estableció la celebración del Día Mundial del Teatro. Desde entonces, han sido innumerables los eventos, los actores y demás sectores de las artes escénicas que suman a esta gran Fiesta del Teatro en todos los rincones del planeta.
En la historia de las artes el teatro es considerado como uno de los géneros artísticos más importantes por su capacidad de comunicación y de permitir que a través del mismo se establezca una gran oportunidad para transmitir conciencia social, incentivando el pensamiento crítico, el análisis y a la vez el disfrute.
El teatro está en una nueva etapa donde todo corre o vuela por segundo, no se detiene, se abre camino poderoso, comunicando, enseñando, que es y seguirá siendo la génesis de otras áreas artísticas que hoy en día mueven a la sociedad.
Es justo reconocer que el teatro ha sido escuela primera de muchos o casi todos los grandes actores del cine y televisión, sus bases estéticas acompañan a los pueblos en las diversas manifestaciones de sus culturas, como proyección artística o representación de costumbres, saberes y realidad social.
Esta en la esencia de quienes cuentan historias, los actores y actrices, reconoce el cuerpo y sus posibilidades de expresión, su capacidad de estar en el espacio y el tiempo, de interactuar con sus propias emociones y las del su público.
Los artistas jóvenes del teatro, junto a los que ya tiene un camino recorrido, tomamos el reto de perpetuarlo, de tomarlo, asirlo, aprehenderlo y llevarlo a las tablas de los escenarios, espacios abiertos y calles de Guayaquil, con el cuerpo y la conciencia en movimiento, festejamos su existencia y el rol que juega en el cambio de una sociedad, que grita con voz firme no sólo por mejores días sino también porque el Teatro y las demás áreas artísticas lleguen a más espacios y con ello sea accesible a más personas.
¡Qué Viva el Teatro!
*Actriz, miembro del FAP y UNAPE