Desapariciones forzadas en México: la batalla por la memoria y la justicia

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Autor: Juan Carlos Zapata / México
Este año se conmemora el décimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, un hecho que desencadenó una serie de protestas de gran magnitud a lo largo de todo el país y que aún después de una década sigue movilizando estudiantes y población en general para exigir justicia y el esclarecimiento de los hechos.

Por desgracia, este es solo uno de los miles de casos de desaparición forzada en el país, y es que nos encontramos a día de hoy con más de 100 mil casos de personas cuyo paradero es desconocido (solamente contando los casos reportados), y por desgracia estas desapariciones no solo se deben al crimen organizado, sino que también hay complicidad del Estado en muchos de estos sucesos, como es el mismo caso de Ayotzinapa. Ante esta urgente problemática, nos encontramos con diferentes colectivos, organizaciones y personas que han tomado en sus propias manos la búsqueda de sus familiares desparecidxs, ya que la incompetencia de las autoridades ha quedado más que demostrada, y y gracias a esto el día de hoy ya hay más de 100 grupos o colectivos en nuestro país dedicados a esta labor.

Para detener esta terrible situación queda claro que las exigencias al gobierno y las autpridades no pueden cesar, y es importante no quedarnos en silencio, pero de igual manera tenemos que atender este problema desde sus causas, lo cual es una tarea sumamente complicada, pero que, de otra manera, jamás terminará.

Este no es un problema que se solucione con más policía, ni es un problema que se elimine haciendo que el ejército salga a las calles, es un problema que solo puede ser erradicado si todas las personas tienen acceso a una vida digna, la cual les permita desarrollarse plenamente sin tener que recurrir al crimen organizado como única salida económica y donde el bienestar de la gente sea la prioridad, no las ganancias y el capital. En otras palabras, terminar con este horror solo será posible en el socialismo, mediante la revolución proletaria.

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