Por Ricardo Naranjo
Se acabó el debate y, este mismo rato, estamos en el «posdebate» que – según los grandes estrategas contemporáneos, la IA y hasta Google- es la parte más importante porque sirve para fijar ideas, en «pastillas», de lo bueno de cada candidato y lo malo del rival. Porque la gente, en su mayoría, no tiene tiempo para andar viendo semejantes debates de 4 horas. Por eso, existe el riesgo de que, entre proyectos «papa», «hocico», la idea de querer gobernar con chat GPT, la «arrechera» y otras rarezas, se diluyan varias ideas importantes. Y, lo que es peor, dado que el debate tenía un diseño feo y aburrido, también hay el riesgo de que se imponga el relato de las «grandes chequeras» en lugar de lo que realmente pasó. Por lo demás, llama la atención que, hay que quienes, se espantan de que haya polémica mientras celebran que la burguesía ofrezca mat@r gente para «enfrentar la inseguridad», o que quienes alientan a que «m@ten a todos los ladrones» piensen que está mal ir a un debate a confrontar, a contradecirse, ¡A debatir!
En el primer bloque, estaba la junta de los «dueños del país»: El hijo del hombre más millonario del país que se compró la presidencia, el ex ministro del banquero que se tuvo que ir de la presidencia por tener nexos con la mafia albanesa, el ex presidente socialcristiano de una de las Asambleas más mediocre de nuestra historia, un ex gobernador socialcristano de Guayas que tiene actitudes de matón del viejo oeste, el «concejal de Londres» que está enamorado del «primer mundo» y un «experto nuclear» qué conoce a Mujica pero no sabe dónde está parado.
Ahí, duelale a quien le duela, si destacó un profesor sencillo, de nuestro pueblo, la única persona que no se ha cambiado de camiseta, no se ha vendido y sigue siendo de izquierda como toda su vida: Jorge Escala le dijo las verdades a Noboa y dijo las propuestas que tenía para el gobierno, abordó el tema de la reinserción de 200 mil estudiantes a las aulas, la generación de 500 mil empleos, la inversión social, la defensa del empleo digno y, sí, le exigió a Noboa que pague los 93 millones que su corporación debe al país por concepto de impuestos, le dijo que los apagones hicieron que 240 mil ecuatorianos pierdan el empleo. ¿Algo más?, fue el único que se opuso a juzgar a los menores de edad como adultos y se opuso a las privatizaciones de sectores estratégicos.
En el segundo bloque, en cambio, destacaron la candidata evangélica, derechista y «provida» del correismo. Además, el ex duro de una judicatura manchada por la corrupción y el narco, un ex general de la policía que fue cesado y quiere «mat@r a todo el mundo», el soldado del «Rambo criollo» Topic cuyas empresas están señaladas en la lista negra por corrupción, la ex candidata a vice de Villavicencio (+) que ahora es candidata en el Partido de Lucio Gutiérrez, el abogado Pedro Granja y el presidente de la CONAIE, León idas Iza. La estrategia de la RC fue no pelearse más que «algo, algo» con Noboa, aunque si se pegó una ninguneada a algún otro candidato. La otra Gonzales, en cambio, si se jugó la táctica de darle duro al correismo, pero con unos discursos bastante reaccionarios. Si llama la atención que, tanto Iza como Granja no desarrollaron un discurso confrontativo, ya sea por el exceso de confianza que se tuvo Granja al querer dársela de «sabelotodo», porque los estrategas le habrán recomendado a Iza que no se muestre tan «radical» o porque, los acuerdos con el correismo para la segunda vuelta también pesan. En todo caso, si es necesario destacar que los discursos de la izquierda son diferentes a los demás candidatos.
Lo que preocupa es que, la gente se sigue dejando llevar por la emoción, los temores y prejuicios y eso les lleva a repetir «como pericos» el discurso de los enemigos del pueblo. Porque, aunque la mayoría no vio el debate, hay gente que celebra los discursos que hablan de privatizaciones, de «adelgazar al estado», de «dar bala», de seguir beneficiando a los empresarios, en resumen: El discurso de los neoliberales del pasado que ya hicieron mierd@ al país y se llenaron los bolsillos con la tragedia de nuestro pueblo. Andrea Gonzales no dijo bien las cosas, ni dijo buenas cosas, habló de temas gravisimos, de imponer una reforma de ultra derecha a la Constitución, de privatizar, de meter mano en la justicia, pero como habló de «chsvism@», «f@rc» y otras cosas que la derecha ha posesionado como «mala palabra», hay quienes aplauden. Noboa no habló bien, no supo responder sobre los 4 niños de las Malvinas, se equivocó al mencionar un decreto que él mismo firmó, se trabó, no dijo lo que iba a hacer y, en resumen, dijo que «un año no es suficiente tiempo», pero como hay gente que está tan asustada de que «regrese» el correismo, aplauden que nos suba el IVA, el combustible, que regale el campo petrolero más grande del país a los chinos y canadienses, que la delincuencia se dispare mientras las fuerzas «del orden» cometen abusos, que la Vicepresidencia se haya vuelto un motín entre grupos de poder, que se pisotee toda norma, etc.
Es preocupante la situación del país y como, el diseño de las elecciones burguesas, cada vez apuntan a que estas contiendas privilegien el engaño, el despilfarro económico, ahora, alentados por «estrategias», «redes» y la famosa IA. También es preocupante que el discurso del imperialismo y la burguesía cale tanto, como resultado de toda una ofensiva ideológica que arrecia y se perfecciona con el tiempo. Es, además, preocupante que la tendencia de izquierda tenga tantos problemas para pensar en armar y consolidar proyectos unitarios para presentar alternativas de izquierda que apunten a verdaderos procesos populares. En todo caso, mi voto será un voto protesta, un voto de confianza a la izquierda, a quienes han luchado y, me mantengo en que votaré por Jorge Escala y la lista 2, porque somos del pueblo, hemos luchado por derechos y no por privilegios, porque no nos hemos cambiado de camiseta nunca y porque la lucha contra todas las pendejadas que está pensando hacer la derecha, debe seguir.