Votando por los patrones

Periódico Opción
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Por: Francisco Garzón Valarezo


“El ecuatoriano nace votando por los patrones y muere votando por los patrones”.


Lo dijo el político, poeta y peluquero Eusebio Macías Suárez, cuando, auspiciado por el Partido de la Menestra perdió las elecciones a la presidencia de la república en 1956.


Decían que andaba medio loco.


Si ponemos atención a la profundidad de la frase, diría que no. Que no estaba loco.
Las crisis económicas y políticas agobian a la gente, y cuando llegan las elecciones esa gente se colma de esperanza. Una esperanza que a veces los hace alinear con sus opresores y no con sus defensores. Desde luego, no se trata de menospreciar a quienes votan por los patrones, sino de entender cómo la burguesía manipula y aliena a la sociedad.


Los candidatos de la burguesía son distintos a los de antes. Aquellos tenían el verbo florido y empleaban palabras escogidas por su sonoridad y belleza. Ahora, estos candidatos apenas tartamudean unas sílabas. Incluso algunos son bastante estúpidos. Pero ganan.


Ganan porque «las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en una sociedad de clases». Al ser la burguesía la dueña del poder político, económico, represivo, normativo, informativo, judicial, tiene maniatada la mente del votante e impone con maña y saña sus ideas e intereses. Saben que las elecciones solo sirven para apuntalar su mundo podrido.


Ello explica por qué, más de nueve millones de personas que escogieron a los dos finalistas, creen que no votaron “por sus patrones”, creen haber elegido con libertad dentro de un sistema que los ha confundido de su realidad. Les ha hecho creer que no hay otro camino que el de la oligarquía. Así, figuras como Correa o Noboa logran venderse como antisistema cuando en realidad representan a las élites de siempre, a la vieja y nueva derecha que ya gobernó y gobierna el Ecuador.


La ilusión de que uno u otro resulte mejor, es una tentación fuerte para un pueblo sin trabajo, hambriento, furioso. Para el pueblo esclarecido, da igual que gane cualquier peste, ambos son traidores, vende patria.


Por ello, la alternativa digna y patriótica es el voto nulo.

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