Redacción Opción
Las masivas movilizaciones que estallaron en varios sectores de la ciudad de los Ángeles, en el Estado de California, se iniciaron el 5 de junio cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) inició las redadas contra trabajadores migrantes en varios empresas y negocios, causando una indignación generalizada, la movilización se ha extendido hasta el domingo 9 de junio.
Las detenciones son parte del plan del gobierno de Trump de realizar en todo el país detenciones y deportaciones masivas de los inmigrantes. Según Todd Lyons, director que el ICE hasta ahora se realiza un promedio de 1600 detenciones diarias y se centra en aquellos identificados como «delincuentes peligrosos». Pero la meta fijada es realizar a 3000 detenciones de inmigrantes por día. Es una maquinaria que se ha perfeccionado desde febrero de este año.
En el estado de California existe cerca de 10 millones de inmigrantes, la mayoría de ellos mexicanos. Los migrantes aprehendidos son de Vietnam, Filipinas, México, Ecuador, Perú y Honduras, cuyas edades son de entre 26 y 55 años, y el argumento para detenerlos es que son indocumentados. El DHS también los acusa de ser presuntos asesinos, delincuentes sexuales y otros delincuentes violentos. Los detenidos fueron eran conducidos con las manos atadas a la espalda que eran subidos a furgones.
La población reaccionó y se enfrentó con los agentes del FBI, ICE y HSI que acordonaron las zonas con cinta policial amarilla, mientras que agentes armados utilizaban granadas aturdidoras para dispersar a la multitud en uno de los lugares, según reportes de medios de comunicación. Los manifestantes intentando bloquear los vehículos que transportaban a los detenidos.
«Nuestra comunidad está siendo atacada y aterrorizada. Son trabajadores, son padres, son madres y esto tiene que acabar», dijo Angélica Salas, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes, quienes añadió que al menos 45 personas fueron detenidas sin orden judicial en siete lugares. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y 11 de los 15 miembros del ayuntamiento se expresaron en oposición a estas medidas ordenadas por el gobierno de Trump y acusaron a las agencias federales de inmigración de «una escalada atroz».
«Como alcaldesa de una ciudad orgullosa de sus inmigrantes, que contribuyen a nuestra ciudad de tantas maneras, estoy profundamente indignada por lo que ocurrió. Estas tácticas siembran el terror en nuestras comunidades y perturban los principios básicos de seguridad en nuestra ciudad», dijo Bass en un comunicado publicado en X.
Trump ha amenazado a todos aquellos que se opongan a estas medidas; Tom Homan, el llamado zar de la frontera, incluso ha amenazado con detener a la alcaldesa de Los Ángeles, la demócrata Karen Bass, por su oposición a sumarse a la caza de inmigrantes.
El rechazo a las detenciones y violentas y arbitrarias, que vulneran los derechos humanos se amplía y hoy tiene expresiones en la lucha callejera.