Por Jaime Chuchuca Serrano
El discurso de Lasso continúa siendo populista, casi como si hubiera aprendido de Mahuad o Correa, y eso lo demostró en su primera cadena televisiva nacional. Aunque la perorata pueda llegar a ser confusa, la reforma laboral es el centro de los cambios que propone Lasso. El nombre propagandístico del proyecto: Ley de Creación de Oportunidades, viene de la “oportunidad” de los capitalistas para precarizar aún más la vida de los trabajadores. El FMI se ha empecinado en que para seguir prestando su dinero se debe aprobar la reforma laboral y tributaria.
El gobierno de Lasso ha ideado una estrategia para que pase el ajuste estructural: 1) replicación mediática de las supuestas bondades de las reformas; 2) intentar alianza con la derecha, el centro y las izquierdas en la Asamblea, que se definirá en los debates; 3) concesión de los grupos privados con patrimonios de más de 500 mil dólares y un millón para pagar impuestos por 2 años; 4) recorte directo de una parte de la clase media ecuatoriana que gana más de 24 mil dólares anuales; 5) ajuste directo e inmediato para el 68,6% de la población trabajadora y a futuro de su totalidad -no por 2 años, sino permanentemente-, declarando la muerte del Código de Trabajo, este es el corazón de las reformas.
Si bien la eliminación del régimen tributario de las microempresas y el RISE sobre todo destraba los trámites, en cambio las zonas francas libres de impuestos están dirigidas a las transnacionales extranjeras, las que no generan mayores ingresos para los trabajadores. Por su parte, la eliminación del IVA para algunos insumos si ayuda directamente al ahorro familiar, pero la lista de productos es mínima; lo que es contradictorio con que los combustibles y pasajes sigan incrementando su precio.
Es verdad la descripción que hace Lasso del Ecuador sobre el desempleo, la desnutrición crónica y la pobreza. Pero es falso que sus propuestas de reforma laboral cambien esta situación, por la simple razón de que no hay incremento alguno del salario para los trabajadores, hombres y mujeres.
Se podrán debatir las decenas de entramados legales y económicos, varios inconstitucionales, los ajustes de las vacaciones, las utilidades, las horas, el teletrabajo, los tipos de contratación, pero mientras no suba el ingreso directo de las familias a través de los salarios no habrá superación de la pobreza; se puede tener trabajo y seguir siendo pobre. El ecuatoriano promedio que migra a EEUU sabe que no lo hace porque mejora su estabilidad laboral o derechos, sino porque puede ganar más y mejorar su capacidad de ahorro para evadir mínimamente la pobreza. ¿Por qué Lasso no cumple con su promesa de subir el salario básico a 500 dólares y con esto el resto de las escalas? La subida de los salarios podría aprobarse con un simple decreto del ejecutivo, pero esa no es la intención, el real objetivo del presidente es la precarización laboral para que los capitalistas puedan ganar más.