Coronavirus, ¿guerra biológica?

Periódico Opción
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Por Mariano Santos N.

Wuhan es la 11ava ciudad más poblada de China, con 11 millones de habitantes y la 42 a nivel mundial. Desde hace varios días se ha convertido en una ciudad fantasma, pues no hay vehículos rodando, no hay transeúntes, no sé ve gente en la calle, casi la totalidad de la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, está aislada del mundo por orden de las autoridades para intentar frenar la epidemia; y, los 56 millones de habitantes de la provincia viven confinados.

Ya se habla de más de 8 000 contagiados y 171 fallecidos hasta el 30 de enero, pero en una veintena de países ya está el coronavirus. Los países fronterizos han comenzado a cerrar sus fronteras, como es el caso de Rusia, su principal aliado. Los norteamericanos han comenzado a evacuar a su gente, un avión con 200 estadounidenses aterrizó hace poco en California bajo normas de seguridad muy estrictas; otros países como Francia, Japón, Marruecos preparan vuelos de evacuación; Japón envió una aeronave a Wuhan para sacar a unos 200 nacionales; otros como Alemania y Tailandia están considerando evacuar a sus ciudadanos.

¿La causa?: el coronavirus

Una crisis parecida, causada por el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que provocó más de 8 000 contagios confirmados y de 900 muertes entre noviembre de 2002 y agosto de 2003 es lo más reciente ocurrido en el gigante oriental.

Como una verdadera coincidencia, este virus ataca justo en la época en que los chinos celebran año nuevo, en donde millones de chinos van y vienen de diferentes ciudades de la China; entonces, estamos en presencia de un país paralizado, los festejos por el año nuevo han sido suspendidos en todo el País oriental. Las pérdidas económicas serán multimillonarias para China y para aquellos países que comercian con este país. El precio del petróleo ha comenzado a caer, pues existe menos demanda por el menor transporte; igualmente las bolsas de valores sufren también el efecto de este virus.

La pregunta de rigor que surge es, ¿qué originó este CORONA VIRUS?

Una primera respuesta es la que nos dan la casi totalidad de los grandes medios de comunicación, la de los norteamericanos, inclusive de algunos voceros oficiales chinos, en el sentido que el mismo proviene de los animales, concretamente de los murciélagos. Es muy conocido que en China hay una tradición milenaria de preparar platos con animales que acá en occidente no sería dable como el del propio murciélago, alacranes, perros, etc.…un ¡estofado de murciélago!, ¡Seco de perro!, ¡Ceviche de alacrán!…como menús alternativos, ¿Qué tal?

Pero, hay también otra respuesta y ésta es bastante, bastante preocupante. Esta segunda respuesta tiene que ver con la posibilidad de que este virus haya sido fabricado en laboratorios y estemos en presencia de un terrorismo biológico.

Ciertamente, las epidemias vienen desde hace mucho tiempo, desde la antigüedad. Los antecedentes históricos de las armas biológicas se remontan al siglo XIV en Asia, durante las invasiones tártaras a Crimea, en la ciudad de Kaffa, donde fragmentos de cadáveres de personas fallecidas por peste bubónica fueron arrojados por catapulta al interior de la ciudad en un intento por debilitar los efectivos de sus defensores. Los ingleses en el siglo XVII dieron intencionalmente cobijas impregnadas con secreciones de viruela a indios norteamericanos, cundiendo

una incontenible epidemia de viruela que los diezmó con más efectividad que otra estrategia militar. Aun cuando en esas épocas poco se sabía de las enfermedades infecciosas y se desconocían sus microscópicos agentes causales.

Hoy en día, existe un país en el planeta: los Estados Unidos de América que trata de imponer a toda costa su hegemonía. Es el único país que ha echado una bomba atómica sobre poblaciones enteras, que posee el récord mundial de invasiones a otros países, que sanciona a quien le da la gana, asesina igualmente cuando a su respectivo Presidente se le ocurre, que ha experimentado con armas químicas y BIOLÓGICAS en muchos países del mundo, sí, armas químicas y sobre todo, biológicas.

No es solamente el caso actual de Donald Trump, que tal vez es el caso más grotesco del matón de barrio, que quiere imponer a como dé lugar su ley; es la expresión genuina, la esencia real del imperialismo.

Desde hace ya varios meses, asistimos a una desenfrenada disputa interimperialista; es la pelea del imperialismo norteamericano contra otros países imperialistas, contra prácticamente el resto de países del mundo, es la disputa de una potencia en franca decadencia, la estadounidense, frente a otra en franca ascendencia como es la China. En la disputa chino norteamericana, si bien es cierto hay un ingrediente comercial industrial muy importante, de parte y parte, que derivaron en una serie de sanciones, de aumento de aranceles a las importaciones, a las exportaciones; lo fundamental de la disputa estriba en la tecnología que, al parecer, tendría a la China muy por encima de los norteamericanos, principalmente con la tecnología 5G que es la que va a dominar o intentará dominar al planeta entero en los próximos años.

Hay sin embargo otra disputa y ésta se da en el campo militar; los rusos acaban de mostrar al mundo su nuevo misil hipersónico, que se caracteriza por tener una velocidad varias veces superior a la del sonido, que los haría invencibles tanto en ataque como en defensa; tecnología que aparentemente aún no la posee EE.UU y que la China también ya la exhibió.

Entonces, cual “mal perdedor, no es de descartar el golpe bajo, que los gringos estén utilizando estas armas «poco convencionales», las biológicas, que normalmente están prohibidas en el planeta para intentar bajar a sus adversarios.

Estados Unidos es un país que posee malos antecedentes en estos campos, sino, hagamos un pequeño recuento de su historial verdaderamente DELICTIVO.

En los años sesenta, creó el más grande y sofisticado laboratorio de armas microbiológicas del que

se tenga noticia. Los laboratorios de Fort Detrick en Maryland se convirtieron en esa década en el más grande consumidor de caballos, animales de experimentación que fueron usados para probar agentes infecciosos con fines bélicos. Después de este episodio, en 1969, anunció que en forma unilateral renunciaba a la carrera de armas biológicas y que destruiría sus arsenales. Tres años después, en la convención internacional de armas biológicas y tóxicas, 80 países firmaron un acuerdo de prohibición de armas microbiológicas. Sin embargo, varios renunciaron a producir armas, pero no renunciaron a investigar defensas contra estas posibles armas. Dicho de otra manera, “las armas” y “las defensas” son dos cosas diferentes y, a la vez, la misma, pues al estudiar las defensas se estudian las armas y viceversa. Una prueba de ello es que el Departamento de Defensa de EE.UU. dedica grandes recursos en investigación sobre biotecnología en el rubro defensa, no en el de armamento.

EE.UU. ha implementado una serie de laboratorios que posee en la región, en los cuales realiza experimentos con datos y materiales biológicos destinados a la creación de nuevas bacterias y virus que irán a enriquecer el ya extenso y temido arsenal de armas bacteriológicas, contra las que no hay vacunas, por lo que liquidarían a la humanidad en poco tiempo, aunque, cual MAGOS, al poco tiempo encuentran sorpresivamente las vacunas las grandes corporaciones transnacionales gringas dedicadas a este sucio negocio.

Desde hace varios años, y por encima de la Convención para la Prohibición de Armas Químicas y Bacteriológicas, estableció en el Perú, (en Lima y la amazónica Iquitos), modernos laboratorios en los que realizan secretas investigaciones con el objetivo de enriquecer los estudios biológicos con fines militares.

En el Brasil ocurrió algo igual, los gringos estuvieron vinculados a unos experimentos misteriosos en los que, como producto de un accidente experimental, murieron militares brasileños que custodiaban uno de esos laboratorios.

A partir del 11 de septiembre de 2001, las fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU han ido creciendo de forma inimaginable tanto en efectivos como en presupuesto. Una parte de todos esos miles de millones de dólares que gastan los norteamericanos en sus guerras contra el mundo, está destinada al desarrollo de armas BIOLÓGICAS que son experimentadas y probadas en laboratorios secretos ubicados en el Tercer Mundo y en especial en América Latina, en la región amazónica dadas sus características geográficas, climáticas y de poca densidad poblacional.

Con un gobierno entreguista y sumiso como el de Lenin Moreno, además de la isla San Cristóbal en Galápagos ¿qué otra cosa habrá entregado a los gringos?

Fort Detrick ha sido el centro de programa de armas biológicas de los Estados Unidos entre 1943 hasta el presente, heredando a la vez toda la base de datos de armas biológicas de la Alemania nazi, creando una oficina para este propósito el Instituto de Enfermedades Infecciosas del Ejército (USAMRIID).  Y es que una de las tantas cosas que copió el gobierno estadounidense del nazismo fue su programa de guerra biológica que se aplicó durante el Tercer Reich.

A través de la Operación Paperclip, los servicios de inteligencia y militares de EE.UU., llevaron de forma secreta a EE.UU. a más de 700 científicos nazis para extraer de ellos todos sus secretos en armas químicas y experimentación médica biológica.

Hay muchas denuncias que dicen que desde Fort Detrick se modificaron e inocularon virus como el HIV/AIDS, Ébola, Peste bubónica, Antrax y Virus del Nilo Occidental, ya desde 1960. En los años 70 el Fort Detrick cambió de nombre. Ahora se llama instalaciones Frederick para Investigación sobre el Cáncer, que es supervisado por Departamento de Defensa, el Departamento de Seguridad Interna, CIA e Instituto Nacional del Cáncer (NCI-National Cáncer Institute). Es también en este centro donde se desarrolló el Programa Especial de Cáncer por Virus (SVCP – U.S. Special Virus Cáncer Program) también dependiente del Instituto Nacional del Cáncer, un programa secreto del DOD y el Pentágono sobre la Investigación del Cáncer (1962-1978), donde inicialmente en este laboratorio se intentaba diseñar una especie de cáncer contagioso que pueda eliminar y matar selectivamente al enemigo.

Un resumen del historial de BIOTERRORISMO gringo.

En el año 2011, el ex presidente de Guatemala, Álvaro Colom, denunció que Estados Unidos inoculó enfermedades venéreas en 696 guatemaltecos durante 1946 y 1948, con el pretexto de realizar vacunaciones a la población.

En 1931, Cornelius Rhoads patrocinado por el Instituto Rockefeler y quien formó parte de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU., infectó a cientos de ciudadanos puertorriqueños con células cancerígenas mientras realizaba experimentos médicos.

En 1951, Estados Unidos utilizó plumas de aves infectadas con Ántrax modificado, para provocar peste en Corea del Norte y luego inocular fiebre amarilla en ese país.

En 1962, EE.UU. contaminó un barco de caña de azúcar que hizo escala en Puerto Rico rumbo a la Unión Soviética.

En 1970, Fort Detrick desarrolló técnicas de biología molecular para producir retrovirus a partir de otros mediante la manipulación genética, hoy conocido como VIH, todo como parte de un Proyecto Militar para África, esto fue denunciado luego por varios oficiales militares de alto rango. Más tarde, sádicamente se acusaba a monos africanos de tan letal virus de la diseminación…

En la década de los 70, EE.UU. desarrolló la Operación Mangosta. La CIA inoculó en Cuba distintos virus como Epifitia Roya de la caña para afectar distintas zonas cañeras del país, fiebre porcina africana, que obligó a sacrificar a más de 700 cerdos y el moho azul del tabaco que destruyó más del 85% de esas plantaciones.

En 1981, en Cuba, introdujeron el virus del Dengue Hemorrágico nuevamente modificado, que le costó la vida a 158 cubanos, de ellos 61 niños. Desde esa vez este virus ha causado millones de muertes en varios países de Sudamérica, entre otros el Ecuador.

En 1990 en Los Ángeles aplicaron de manera experimental la vacuna del sarampión en bebes negros e hispanos, la población más dócil, a quienes inoculaban con cepas de virus de prueba modificados, como parte de un Proyecto del DOD de EE. UU, para ver los efectos de estos nuevos virus.

En 1995, el Gobierno de EE.UU. admitió que les ofreció a criminales de guerra y científicos japoneses cuantiosas sumas de dinero e inmunidad a cambio de información sobre las investigaciones que realizaban sobre guerra biológica, otro Proyecto similar al de Paper Clip para los nazis.

Nuevos virus y bacterias matan seres humanos en todo el mundo. Dengue, el chikungunya, conocido además como artritis epidémica, diversas cepas de gripes, infecciones mortales, enfermedades raras y al parecer incurables y resistentes a todo tipo de medicamentos amenazan a la especie humana y detrás de cada virus mortal o bacteria inmuno-resistente, bien podría estar la mano criminal de la guerra BIOLÓGICA desarrollada por el principal terrorista del planeta: Estados Unidos de Norteamérica.

¿Será este el caso del coronavirus?

enero 2020

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