Por Jaime Chuchuca Serrano
El gobierno de Lasso en cuestiones locales e internacionales ha quedado de lengua larga. Hizo un anuncio presidencial sobre la venta del avión presidencial a Colombia, que a las pocas horas el expresidente Iván Duque desmintió.
En estos días, la cancillería promocionó que la Unión Europea dejará de pedir la Visa Schengen a los ecuatorianos. En un par de días se suspendió la votación, mientras el parlamento europeo, a través de Ylva Johansson, anunciaba que “Ecuador no está listo para este beneficio”, que esto se hace con los países “con pocas visas negadas” y con los que no hay migración excesiva. La discriminación de la resolución es totalmente criticable, pero hay algo de cierto en su análisis. El desempleo estructural ecuatoriano hace que Europa, EEUU y varios países exijan visa a los ecuatorianos. A esto se añade que el gobierno de Lasso en lugar de luchar contra el desempleo, lo que ha hecho es publicitar por los medios “facilidades” de trabajo en el extranjero.
En otro comunicado, Lasso anuncia que hay un Acuerdo Comercial “casi cerrado” entre Ecuador y China, lo que beneficiaría a la economía ecuatoriana. Con las experiencias internacionales que ha tenido el gobierno, debería ser cauto en el informe y esperar a que realmente se cierre el acuerdo. Ecuador exportó alrededor de 5 mil millones de dólares en este año, sin contar con el petróleo. No obstante, algunas proyecciones de la economía China dicen que en este año crecerá 3%, y esperan su contracción para el siguiente período. Así también, el parlamento de EEUU aprobó la Ley de Asociación Estados Unidos-Ecuador 2022, dentro de la Ley de Autorización de Gastos de Defensa. Aunque el gobierno y la cancillería de Ecuador han dicho que se fortalecerá el desarrollo económico comercial, EEUU dice otra cosa, esta ley tiene como objetivo fundamental la lucha contra las economías ilícitas, el narcotráfico y la corrupción. Además, que falta la aprobación y firma del presidente Joe Biden.
La política pública, y mucho más las relaciones internacionales, deben basarse en la materialidad de las acciones. Los discursos políticos deben ser tamizados con el viejo refrán: del dicho al hecho hay mucho trecho.